Ariana, una chica mentalmente inestable, conoce a Mateo, un cantante quien no buscaba amor, pero ambos fueron unidos por el destino para mejorar la vida del otro.
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Sábado por la noche, y tal como habían acordado Ariana y Mateo, estaban yendo a buscar al sobrino de la chica a la casa de su hermana.
En cuanto llegaron, el morocho sintió algo conocida la casa, de por sí ya conocía aquellas calles.
—¿No vas a salir? —Cuestionó Mateo al ver que la chica no bajaba del auto, solo se quedó viendo la puerta.
—Cuando alguno salga, bajo —Explicó y el morocho asintió.
Pasaron unos pocos minutos y vio como la puerta de la casa se abría, dejando ver a su cuñado con una pequeña mochila, al parecer, de Rodrigo. Ariana bajó del vehículo, dejando a Mateo sólo en el auto.
—¿Cómo estás, Ari? —Preguntó Gonzalo al verla, ella se acercó a él y se dieron un amistoso beso en el cachete.
—Todo bien, ¿vos?
—Bien también, todo tranquilo —Contestó su cuñado. —. Ahora viene Rodri, estaba buscando algo. Me hubieras dicho que te lo alcance hasta tu casa en vez de venirte en Uber —Habló al ver el auto que la esperaba.
—No, no. Me trajo un amigo —Aclaró y él la miró insinuando otra cosa.
—No sabía que tenías wacho, igual Abril me contó algo, pero no entendí mucho —Ella sonrió algo incómoda ante los recuerdos que se le vinieron de ese almuerzo.
—¿A vos no te jode que él se quede a dormir estando Rodri, no? A él le re gustan los nenes, y como mañana es el único día libre le dije para que venga con nosotros.
—Quedate tranqui que sé que no van a hacer nada estando Rodri —Le aseguró sin ninguna duda encima. —. Igual por las dudas no le cuento a Abril, capaz se enoja.
—Sí, si podés evitar el tema, hacelo porfa.
Se quedaron unos segundos en silencio y apareció el menor de la familia.
—¡Hola, tía! —Saludó emocionado.
—Hola, mi vida —Lo abrazó despacito.
—¿Vamos? —Soltó rápidamente, Ariana soltó una risa ante el apuro del pequeño.
—Sí, ya vamos —Afirmó. —. Chau, Gonza. Mañana te lo traigo.
—Dale, dale. Chau, Ari.
La pelirroja tomó de la mano a su sobrino y caminaron unos pocos pasos hacia el auto de Mateo.