𝟐𝟓

2.1K 137 37
                                    

✧─── ・ 。゚★: *

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

✧─── ・ 。゚★: *.✦ .* :★. ───✧

—Amorr —Por segunda vez en el día, Mateo despertaba a la menor.

—¿Vos no sabés lo que es querer dormir tranquilo? —Cuestionó acomodándose.

—La gata te extraña —Dijo y subió a la felina naranja a la cama.

Ariana la agarró y la acostó con ella.

—¿Listo?

—No, despertate por lo menos —Se tiró encima de ella.

—La gata, boludo —Avisó y el morocho se levantó un poco, haciendo que Lina salga corriendo.

—Pobrecita —Dijo y la pelirroja rió.

—Hola, mi amor —Pasó sus brazos por detrás del cuello del masculino, abrazándolo.

—Qué bipolaridad que tenés —Se quejó y ella le dio un beso.

—Es que me hacés sentir mal, porque te hablo mal y después me arrepiento. Pero a vos sólo se te ocurre despertarme cada vez que me duermo —Explicó acariciándole la nuca. —. Perdoname por hablarte en mal tono a veces, yo hablo así siempre y no me rescato con vos.

—Mi vida —Habló con ternura. Pues, en ningún momento le había molestado eso, sabía que ella odiaba que la despertaran, justamente por eso lo hacía, le parecía divertido verla enojada cada vez que la levantaba. —, yo sé que no lo hacés de mala —Le aclaró y dejó un beso en su cachete.

—¿Qué hora es? —Preguntó estirándose, por lo que Mateo se separó para dejarle espacio.

—Como las tres —Miró su celular y asintió, afirmando lo recién dicho.

—Dormí una banda —Se sorprendió ella misma, ya que había dormido alrededor de cuatro horas. —. ¿Ya sabés a dónde vamos a ir?

—No, pero vamos a buscar algún lugar piola para cenar.

—Bueno dale —Aceptó y se levantó de la cama. —. Voy al baño y comemos algo.

Mateo sonrió ante tal frase. Prestaba atención a cada detalle de ella, y le fascinaba el avance que tuvo con todo, más que nada con su alimentación.

—¿Vos le diste de comer a los gatos? —Cuestionó volviendo a la habitación. El morocho recordó que no lo había hecho, por lo que la miró con una sonrisa inocente. —Pobrecitos, Mateo —Terminó por decir y fue a la cocina para alimentar a ambos felinos.

𝐓𝐢𝐧𝐭𝐚 ─𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora