𝟐𝟎

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𝑇𝑟𝑒𝑠 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒́𝑠

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𝑇𝑟𝑒𝑠 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒́𝑠

(16/09/21)
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Ya habían pasado cuatro meses de que Ariana y Mateo se habían conocido, en los cuales se decidieron en conocerse y no apurar las cosas con formalidades.

Tenían exclusividad, aunque nunca lo hablaron, lo daban por sabido. Ambos sabían que no era necesario aclararlo, se amaban y respetaban.

Aunque Ariana tenga sus dudas de vez en cuando, no eran más que momentos en los que sobrepensaba y se hacía la cabeza, pero la confianza que le demostraba Mateo era más que sus propias inseguridades.

Tuvo una gran mejora respecto a ella misma en los últimos tres meses. Finalmente había hecho lo que tanto le decían sus personas de confianza y se ocupó de vivir un poco más su vida.

Claro que seguía teniendo el local, pero ya no era ella sola quien tatuaba, había contratado a Antonella, una joven de 26 años de edad, quien reemplazaba a la pelirroja en la tarde, cuando abrían luego de cerrar durante "la hora de la siesta", también la reemplazaba los sábados.

Su círculo de amigos se abrió un poco, regenerando amistades con excompañeros de su curso de tatuajes, algún otro de cuando iba al colegio y tenía conocidos que eran amigos de Milagros.

En fin, en esos pocos meses las cosas habían cambiado bastante, y para bien. La aparición de Mateo en su vida influyó mucho, al igual que la ayuda de su mejor amiga. Esta le aconsejaba que disfrute su vida, mientras que él le daba las ganas de vivirla.

Sin duda eran dos personas con las que ella, pase lo que pase, iba a estar eternamente agradecida.

Así como muchas cosas cambiaron, otras se mantenían intactas, como si fueran clásicos de su vida. Por ejemplo, la relación con su familia. Esta no había mejorado ni un poco, aunque no los veía hace casi dos meses.

Actualmente, Mateo se encontraba sentando en el sillón de la casa de Ariana, cuando vio a esta saliendo del baño, con un buzo perteneciente a él, que le quedaba gigante, con la capucha puesta y sus ojos algo llorosos.

—¿Qué te pasó? —Preguntó, preocupado por verla en aquel estado.

—Me vino —Lloriqueó y se tiró a los brazos del chico.

—Peor sería que no —Quiso alivianar la angustia y mal humor que manejaba la pelirroja.

—Odio el segundo día —Volvió a quejarse y se acomodó mejor en las piernas del morocho, aferrándose más al cuerpo ajeno.

—¿Querés que te compre algo?

—No, quedate así conmigo.

—Bueno, mi mariconcita —Le sonrió y la abrazó más, para luego dejar un beso en su cachete.

Se quedaron así un rato viendo Tik Tok en celular de Mateo, cosa que ya estaban acostumbrados a hacer, mirar vídeos en el teléfono de alguno cuando estaban aburridos.

—Amor —Ariana llamó su atención y él salió de su pequeño trance y la miró. —, te re colgaste, estamos viendo el mismo vídeo por quinta vez consecutiva —Explicó y soltó una pequeña risa. —. ¿Estás bien? ¿Te querés acostar un ratito? —El morocho negó rápidamente.

—¿Por qué no querés que tu familia me conozca? —Cuestionó sin contexto alguno.

La realidad era que esa pregunta rondó por su cabeza bastante tiempo, ya que la chica conocía a su familia pero él no a la de ella, lo que le parecía extraño, y a la vez lo hacía sentir algo inseguro el hecho de que lo niegue ante sus familiares.

Aunque ella, en esas pocas veces que los vio, se la pasaba hablando de Mateo, pero él no lo sabía.

Soltó un suspiro al escuchar su duda.

—No es por vos, quiero que lo sepas.

—¿Entonces? —Alzó una ceja.

—Es complicada mi familia —Explicó sin saber cómo decir las cosas. —. Es como que... No es que no quiero que te conozcan, más bien, no sé si quiero que vos los conozcas a ellos —Terminó con total culpa por decir aquello.

—Pero no entiendo, Ari. ¿Por qué?

—Porque me da algo de miedo lo que pueda llegar a pasar en lo que sería el encuentro y todo —La expresión de Mateo se mantenía seria, como si no creyera ni una palabra de lo que ella decía, pero optó en asentir sin más. —. Eu, no te enojes.

—No estoy enojado —Dijo sin cambiar su semblante serio.

—A ver, ¿vos querés conocer a mi familia? ¿Querés que te presente con ellos? —Cuestionó algo frustrada, Palacios no respondía. —Si a vos te hace sentir bien eso, lo hacemos.

—Tampoco quiero que te sientas obligada a hacerlo.

—No, no. Supongo que es lo justo, yo conozco a tu familia, ¿querés que les diga para arreglar un asado el domingo?

—Para cuando quieras —Contestó sin problema.

—Ahora les digo —Avisó ella, agarrando su celular de arriba de la mesa ratona, mientras que Mateo apoyó su mentón en el hombro de la pelirroja, viendo atentamente lo que escribía en el grupo familiar.

—Te amo mucho —Soltó y escondió su cara en el hueco del cuello de la chica, ella sintió como su corazón comenzó a latir aceleradamente ante esa frase.

Ya se habían dicho "te amo" reiteradas veces, pero no era algo que hacían tan seguido, por lo que hacían saltar de emoción al corazón del otro cada vez que lo hacían.

—Yo también te amo mucho —Correspondió Ariana, y dejó su celular a un costado del sillón para abrazar a Mateo mientras esperaban respuesta de la familia de la menor.

Siguieron viendo Tik Tok en el celular del morocho como hace un rato, hasta que una notificación del celular de Pacheco los interrumpió.

—¿Alguien de tu familia? —Preguntó viendo el dispositivo que ella tenía en mano, quien revisaba de qué era la notificación.

—No, es Facu —Aclaró Ariana.

Facundo era un amigo de ella, el cual Mateo decía que le tenía ganas a su "casi-novia" como la llamaba él.

—Una cara de salame tiene ese —Opinó con evidentes celos y ella rió.

—Que malo que sos, Mateo.

—Es la verdad, amor —Chasqueó la lengua.

—Vos porque sos re celoso nomás —Lo acusó ella.

—Mirá quién habla —La pelirroja lo miró haciéndose la ofendida. —. Dale, dejá de hacerte la enojada y fijate que onda lo del domingo.

—Que ansioso que sos —Mordió su labio inferior, conteniendo una sonrisa, y abrió el chat de grupo con sus padres y hermana, el cual tenía algunos mensajes. —. Dicen que al medio día hacemos algo —Informó y a él se le dibujó una gran sonrisa en el rostro. —. ¿Sabés hacer asado? Mirá que lo vas a tener que hacer con mi papá y Gonza.

—Mirá si yo no voy a saber —Habló egocéntrico, ella soltó una risa.

Y así siguió su tarde, viendo Tik Tok y haciendo boludeces juntos.

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𝐓𝐢𝐧𝐭𝐚 ─𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora