25 Capitulo

51 5 0
                                    

La anaranjada luz del sol me despertó. Totalmente desnuda cogí la sábana blanca tapándome el cuerpo con ella y me fui en dirección de la luz. Llegue hasta una puerta que estaba justo en la otra punta de la entrada. Salí fuera. Desde allí se podía contemplar el precioso paisaje, que mostraba la ciudad al amanecer. Descalza, me puse a caminar hasta el punto más alto de ese monte. Las sabanas parecían un vestido de boda que peinaba el camino que llevaba al altar. En ese campo abierto me senté. Eche un grande suspiro y me quede contemplando el paisaje. El paisaje era precioso. Podías meter toda la ciudad en la palma de tu mano. Todo el mundo a estas horas estaría durmiendo, menos las pequeñas hormiguitas que madrugan para ir a trabajar. Había paz en ese entorno. Se oían algunos pájaros que cantaban para dar alegría al bosque. Sus canciones eran como la banda sonora de una película y yo era como la actriz que daba lugar a una escena romántica.

Cinco minutos más tarde apareció Rubén por detrás y se sentó al lado mío sacándome de mis pensamientos.

-Estaba pensando...- me miro y me sonrió-... ¿por qué me elegiste?, quiero decir...¿ porque decidiste quedarte con migo?

-Por la misma razón que tú me escogiste a mi- reí

-Esa es una buena forma de responder cuando no te sabes la respuesta- Rubén se rio.

-Bale me has pillado no sé por qué te escogí. Quizás por la simple razón de que me dieras la vida y las ganas de vivir- hubo un minuto de silencio

-Ahora es tu turno de que tú hagas algo por mí

-Pídeme lo que quieras- entre estornudo dijo "sexo"

-¡Noo! ayer me dejaste muy agotada... a parte quería pedirte otra cosa.

-Dime

- Cuando ya hayas llegado al cielo, quiero que me hagas una señal de que me estarás viendo y que estas bien. Por ejemplo.... Un corazón de nubes. Cuando llegues coge todas las nubes que puedas y formas un corazón.

-Bale y puestos a pedir te puedo hacer un oso de peluche, un cuadrado, una tortuga y para darle un toque más cursi aun, te hago un unicornio- le di un fuerte codazo.

-Hablo enserio-rio y me beso.

-Cuando me eches de menos ven aquí, siéntate donde ahora mismo estamos sentados, canta nuestra canción y veras como aparezco.

-No tenemos una canción-dije

-Claro que la tenemos- dijo Rubén- Te acuerdas esa noche que salimos a cantar karaoke y cantamos juntos "Say something"

-Es verdad, allí fue cuando empecé a sentir cosas por ti- me beso.

Nos quedamos en silencio un rato.

-¿qué aremos con el último deseo?-pregunte con miedo a la respuesta. Ya estaba todo bien y no quería volver a discutir. Odiaba estar enojada con Rubén.

-Lo he pensado bien y tenías razón. No puedo hacer ahora lo que de mayor no voy a poder hacer. Tengo que asumir que no envejeceré ni me casare ni seré padre. Además sería muy injusto para ti. Y lo siento si te molesto. Lo cierto es que ese deseo lo escribí sin saber aun que terminaríamos juntos.

-¿Entonces qué harás para sustituirlo?

-Nada. Qué importa que sean 40 o 39. Son números que no tienen importancia. Estoy súper contento de haber llegado hasta 39. Nunca pensé que lo conseguiríamos.

Se tumbo encima mío y me empezó a hacer cosquillas.

-¡Para Rubén!- reí-no...ay-corrí hacia la casa mientras que el intentaba pillarme. Me recordó a esa escena que tuvimos cuando fuimos a Irlanda, pero la diferencia era que yo ahora estaba desnuda con una sabana por encima, y sobre todo ahora sí que éramos novios.

Después de estar jugando uno detrás del otro entramos a casa para desayunar. Preparamos unas tortitas muy americanas. Pero creyéndonos que éramos profesionales de la cocina, se nos quemaron. La sartén empezó a arder y casi quemamos la casa.

-Cocinar no es lo mío-dijo Rubén. Yo reí.- se me da mejor besar- me sentó en la encimera y me beso.

-Mmm... yo no estaría tan seguro-reí en medio de otro beso.

-Y entonces ¿por qué los pides tantos?- otro beso se interpuso

-Yo no los pido, eres tú que no puedes vivir sin los míos- dije

- Si eso es lo que piensas, hagamos una apuesta-reí- a ver quien aguanta más sin besar al otro.

-Hecho-me baje de la encimera y me acerque mucho a sus labios para tentarle- para tu información me voy a la ducha- Rubén para resistirse se mordió el labio inferior. A veces me gustaba chincharle-con agua muy caliente que pasa por mis labios y llega hasta mi cadera mientras cruzan las gotas por mis pechos- me aleje de él para irme a la ducha- ahora espero que no eches de menos mis besos- rio.

Mientras que me estaba duchando entro Rubén en el baño, vi como se quitaba la ropa rápidamente y entraba con migo.

-¿Qué haces?

-Ducharme con tigo.¿a ver quien es ahora el que le toca contener sus ganas de besar?

-Por muy moreno... fuerte...guapo...sexi... que estés yo nunca pierdo una apuesta

-Entonces no te importara que te haga un masaje ¿no? O que te acaricie el pelo- dios este chicho conocía todos mis puntos débiles. Pero ni ensueños iba a ser yo la que perdiera la apuesta.

-Hazme todos los masajes que quieras porque no te voy a besar-dije

Entonces sus manos lentamente recorrieron todo mi cuerpo e incluso el rincón más oscuro.

-Ah- se me escapo un pequeño gemido y Rubén se rio.

-eso no vale, así no voy a poder resistirme a...

-A mis besos- me interrumpió- pensaba que te daría igual.

Rubén me tenía contra la pared. Me acariciaba todo el cuerpo pero sin ningún simple beso. No aguantaba más segundos sin besarle así que con mi mano cogí su barbilla y la acerque a mis labios. En ese momento sus labios y los míos se convirtieron en un mismo labio, con dos lenguas que recorrían una el rincón de la otra. Rubén fue el que se tuvo que alejar de mí porque yo no podía parar. Se rio.

-He ganado- dijo Rubén con picardía.

-Has hecho trampa-rio

-Si tú lo dices- el agua caliente de la ducha seguía mojándonos.

Hubo un minuto de silencio. Solamente se oía como el agua chocaba contra su pecho. Nos miramos fijamente a los ojos y sin ninguna palabra nos dijimos todo. Como era posible que una persona te atraiga tanto. Quizás lo distinto a nuestra relación era que vivíamos con pasión cada segundo ya que sabíamos que no íbamos a tener más tiempo. Las parejas normales suelen estar juntas sabiendo que tienen mucho tiempo para estarlo pero en nuestro caso no, y por eso las fuerzas de nuestros imanes eran aun más fuertes.

40 deseos que cumplir contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora