Capitulo 12

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Siguió sin contestar y sin moverse, hasta que reacciono y nos izo la señal de que estaba bien. Seguramente no nos habría oído a la distancia que estaba y por eso no nos contestaba, aun así me preocupe mucho por él. Menudo susto me lleve, no sabía si llorar o reír...

Cuando llegó arriba instintivamente me lance y le abrace.

-¡No me vuelvas a dar un susto así!-le abrace aun más fuerte.

-Solamente he estado 3 minutos sin contestar-se separándose de mí un poco-no es para tanto- dijo con un poco con ironía.

-Enserio...

-Mejorare-dijo sin venir a cuento.

-¿Mejorar en qué?

-No... me refiero a que en tu tatuaje ponía mejorare.

-Eres de los que tienen que saber todo ¿no?- afirmo con la cabeza muy seguro de ello.

-Yo también me quiero hacer un tatuaje- puse una cara de curiosidad que no quedo muy realista.

-¿Y cuál te piensas hacer?

-Una tortuga- hinche los mofletes procurando no reír, pero no pude evitarlo.

-Lo siento, no tiene gracia-enseguida pare de reír- ¿y por qué una tortuga?

-Porqué las tortugas tienen una media de vida de cien años. Cuando me vaya yo solamente me voy al otro barrio pero viviré aquí cien años más. Como las tortugas que viven cien años y siempre en la misma casa.

En su caso era una buena razón para tatuarse. Tuvimos un rato de silencio y cuando ya estábamos preparados para irnos volvimos al hotel. Connor no pudo hacer porqué era menor. Aun así viendo la altura que tenia no se le quedaron las ganas tampoco. En el hotel tuvimos un buen rato de conversación y fue bastante interesante. Pero finalmente a Connor le llego la hora de irse y con unas cuantas fotos de recuerdo nos despedimos. Pero eso no era un último adiós si no un hasta luego o un hasta pronto. Acordamos que íbamos a volver a quedar aproximadamente dentro de uno o dos años. Llore un poco cuando se fue. No me gustaban nada las despedidas aunque fuera solo un año sin vernos. Me pare a pensar un momento. Si lloro por una persona que apenas la conozco de dos días y que dentro de un año lo volveré a ver, como será en el momento que Rubén se valla. A él le conozco de tres meses y se irá para siempre. A demás es a la persona que quiero. Os daré un consejo. Nunca dejéis que nadie sea tu "todo" porque cuando se valla, no os quedara nada. Ojala una persona pueda elegir a quien amar, pero como todos sabemos eso es uno de los defectos del amor. Ojala quiera a una persona que se que tendré una vida entera con él. Sabía que lo mejor iba a ser dejar de quererle, porque claramente lo nuestro no tenia futuro. Pero dejar de quererle era más difícil que volar sin alas, cantar sin voz y amar sin corazón. Era tan difícil como escribir tu futuro o mismamente elegirlo. Y se complicaba mucha más dado que pasaba cada segundo de mi vida con él y era imposible separarme sin romper la promesa que le hice. Nuestro amor era imposible y pensarlo me hacía mucho daño. La única manera seria enamorándome de otra persona para no sufrir tanto pensando en el. Pero la pregunta del año ¿Cómo lo hago? y ¿de quién me enamoro si no paro de pensar en Rubén?...

Estuve pensando en el toda la tarde hasta que alguien toco la puerta interrumpiéndome. Era Rubén queriendo enseñarme algo, pero antes me dijo que me pusiera guapa. ¿Qué quería este ahora? Cada día que paso con él hago nuevas cosas, y pruebo nuevas experiencias. Desde que estoy con él mi vida es una aventura. Pero cada día que pasa es uno menos que le queda. Cuando piensas "12de diciembre" cuando estás en febrero sabes que todavía queda mucho para que llegue la fecha. Pero nunca os ha pasado que en navidades pensáis "hace poco empezamos el cole" y en realidad han pasado tres meses. A mí muchas veces me pasa que el tiempo se me pasa rapidísimo. Y para cuando quiero darme cuenta ya es verano, sobre todo cuando estoy feliz. Eso era algo a lo que temía. Estando feliz con Rubén que el tiempo se me pase volando. Otra vez pensando en él me perdía entre mis pensamientos. Me puse un vestido que tenia de flores y con un cinturón marrón pero claramente con medias viendo el frio que hacia fuera. También me puse unos zapatos marrones a juego con el cinturón y una chaqueta simple para el frio. Finalmente metí en mi bolso el móvil, la tarjeta de la habitación y un poco de dinero. Mientras que me ponía los últimos retoques oí que Rubén estaba pidiendo un taxi. Eso significa que me iba a llevar a un sitio lejos pero ¿a dónde? Y ¿para qué? Demasiadas preguntas en las que no había respuesta.

Narra Rubén:

Estábamos en el taxi y la llevaba al lugar que me recomendó Connor. Allí le iba a decir todo lo que sentía por ella. Tenia planeado llevarla a la cima de la montaña donde se podía aprecias como las olas se rompían contra la montaña. Ese día no llovía y eso fue un buen punto a favor para mí. Quería que el momento en que le dijera todo lo que siento fuera perfecto. Lo que pensaba decirla no era un simple te quiero, sino quería confesar y decir todo y cada pequeño detalle que ella me hace sentir cuando está conmigo. Yo quería oír un simple "sí" saliendo de su boca, pero quien sabe, quizás diga que no sabiendo que lo nuestro no va a ser para siempre.

El taxi llego a su destino, le page lo correspondido y salimos del coche. El taxi se fue y mire a Cristina mientras que ella contemplaba el paisaje. Justamente donde estábamos no se veía aun el mar pero si unos inmensos campos de hierba que te llegaban casi hasta las rodillas. Donde estábamos el viento pegaba muy fuerte, y cristina estaba muy guapa con el pelo hacia atrás acompañando al viento, con los ojos cerrados y con las manos extendidas.

-Me siento libre-dijo cristina-todo es tan bonito- un suspiro enorme salió de su boca mientras que abría los ojos y seguía mirando el paisaje.

-Pues aun no has visto lo más bonito- ella me miro con una de sus mejores sonrisas-¡vamos!- empecé a correr y ella me acompaño por detrás simulando que era una carrera. Pero se me olvido que Cris hacia deporte, y claramente me adelanto. Yo fui por detrás y le agarre por la cintura para que no me ganara. Al final terminamos los dos en el suelo riéndonos. Poco a poco nos fuimos tranquilizando y hubo un momento en la que estuvimos fijamente mirándonos a los ojos en otro incomodo silencio. Cristina se levanto y se quedo anonadada al ver el mar justo enfrente de ella. Se oía como las olas chocaban contra la montaña, incluso olía a mar. Yo me levante al igual que ella. Mientras que ella seguía mirando al mar y me tenía a sus espaldas le hice una pregunta.

-¿Quien te gusta?- ella se giro sorprendida de la pregunta que hice.

-Nadie-miro a los pies y eso significa que era mentira.

-¿Quién te gusta?- volví a preguntar

-Nadie-se volvió a girar para mirar al mar.

-¿Quién te gusta?-no me iba a ir de allí sin respuesta.

-Nadie, ¿Cuántas veces vas a preguntármelo?

-Las veces que sea necesario hasta que digas mi nombre- me miro a los ojos sorprendida. No decía nada asique seguí hablando-¿Quieres salir conmigo?

40 deseos que cumplir contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora