6. Capitulo

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Después de una noche revisando las hojas decidí cumplir el deseo de adiestrar un conejo y después a la noche ir a un karaoke. Así remataba dos deseos en el mismo día. A la mañana, después de desayunar un mísera madalena ya que Isabel se había comido las demás, fui a la tienda de mascotas a comprar un conejo. Anteriormente Isa y yo ya lo habíamos decidido para tener un conejo como mascota y además estábamos muy ilusionados. No sabía porque un conejo y no un gato o un perro como todas las personas normales. Pero conociendo a Isabel y con lo ñoña que es era de esperar.

De momento ya no utilizaba más las muletas aunque cojeaba un poco pero así mejor para poder traer al conejo a casa. Compre un conejo toy que son de esos pequeñitos y con las orejas también muy pequeñitas comparando con los conejos normales. Cogí el más bonito de la tienda, es decir, el de muchos colores. Después de coger también las cosas que necesitaba el conejo me fui para casa. Cuando entre por la puerta e Isa vio el conejo, automáticamente lo llamo colorines y desde entonces se quedo con ese nombre.

-Que cosita más bonita-dijo quitándomelo de mis brazos y con una voz muy aguda-colorines, sabes que de ahora en adelante serás mi amiga preferida - tose, ya que desde que entre con el conejo a casa, parecía que ya no existía-lo siento colorines, eres la segunda amiga preferida, ya que en esta habitación hay gente muy celosa- me miro con maldad.

Mientras que dejaba a colorines y a Isa en casa solos me fui andando al hospital para ir a buscar a Rubén. Por el camino pase por un quiosco y no pude resistirme para parar un segundo a verlo. En la portada del periódico en una esquina salía un reportaje de Pablo Alboran. Solamente vi la palabra Rubén y lo cogí para leerlo mas tarde.

Cuando llegue al hospital le di la buena noticia de que había salido en el periódico y nos dispusimos a leerlo.

"Pablo Alboran publica un twit donde pone: he conocido una persona llamada Rubén con cáncer, y con un año de vida. Este joven de solamente 19 años esta más preparado que nunca para el momento, y no le teme a nada. Este chico es muy buen ejemplo para aquellas personas que os pasáis el día delante de las pantallas sin saber que mañana mismo podéis morir. Por eso fans, quiero que salgáis fuera y viváis.

Esas fueran las palabras exactas de Pablo que le hicieron recapacitar a miles de fans. También ha sido el twit más retwiteado."

Era increíble, Pablo Alboran había hecho que saliera en el periódico. Lo mejor es que sin hacer nada ya había cumplido un deseo mas, el de salir en el periódico.

Después de tachar ese deseo fuimos a casa a adiestrar al conejo. Tardamos casi dos horas o más hasta que el conejo por fin venia a donde nosotros. No parábamos de dejarle en una esquina y de llamarle para que viniera, pero era inútil, incluso chantajeándole con zanahorias, el maldito conejo nunca venia, siempre se iba a otro lado. Cuando al fin el conejo aprendió a venir a donde ti cuando le llamabas, Rubén lo cogió, y lo levanto hacia arriba como si fuera un trofeo. El conejo del miedo salto encima de la cara de Rubén dejándole con un enorme arañazo en medio de la cara. Yo no hice más que reírme hasta que vi que el arañazo le empezó a sangrar. Le obligue a sentarse en el sofá mientras que iba a por el botiquín de emergencia. Me senté encima de él y me dispuse a curarle la herida.

-Para, no me eches esa mierda en la cara- dijo rechistando.

-Esa mierda como tú lo dices, es para que no se te infecte- parecía un niño de dos años quejándose.

- Tienes dos opciones, una parar de echarme desinfectante y la otra cosquillas ¿tu sabrás?- dijo amenazándome. Yo le seguí echando ya que tenía que curárselo. El maldito conejo le había hecho una buena avería en el moflete. Pero pensando en mis pensamientos no me di cuenta de que estaba haciendo una cuenta atrás. Salí de mis pensamientos con muchas cosquillas en la tripa y unas cuantas carcajadas.

-Vale... vale... para...por favor-dije aun riendo más alto. Enseguida paro- idiota- dije mientras que me levantaba tirándole un cojín y mientras que iba a la cocina por algo de beber.

Después de echarle un trago al vaso de agua, me acorde que a la noche íbamos a ir a un karaoke cerca de mi casa.

-vete preparando para ir al karaoke

- Es vedad- dijo levantándose del sofá

- Y avísale a Isa, que tenía intenciones de venir con nosotros-le di un ultimo trago al agua y lo deje en la mesa.

Me cambie de ropa y me puse un vestido bastante bonito con una chaqueta de cuera muy cómoda, como siempre me gustaba ir. Isabel se puso un vestido muy coto y con mucho escote conjuntando con unos tacones rojos. Ella a lo único que iba al karaoke era para ligar más que nada.

En el karaoke todo el mundo se animaba a cantar menos nosotros, que estábamos en una mesa sentados. Según Isa la manera de animarse pasa subir era bebiendo, asique se pidió unos cuantos chupitos y en quince minutos ya estaba arriba cantando la canción Chandelier de Sia, desafinando más que nadie. Rubén y yo intentábamos no reírnos por compasión pero era imposible. La teníais que oír, no sabría cómo definirlo. Pero lo importante era que ella se lo estaba pasando bien aunque hiciera el ridículo. Isabel había bebido demasiado y estaba muy borracha. La teníamos que llevar a casa, pero Rubén no había cantado todavía y no se animaba si yo tampoco lo hacía. Subimos al escenario sin pensarlo dos veces a cantar la canción de Say something. Un mismo foco nos alumbraba a los dos. Cuando empezamos a cantar era como si el mundo se hubiera parado. Me sentía sola con él, y nada más existía a mí alrededor. Simplemente era una canción, pero me llego al corazón aquel momento donde cantábamos juntos. A veces nos mirábamos a los ojos y sentía como si lo conociera de siempre. Era un simple amigo a quien le quería ayudar, pero eso no era lo que yo sentía, sentía algo más que amistad, algo desconocido, supongo que sería amor, ya que nunca he amado a nadie.

40 deseos que cumplir contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora