Y así fue como termino nuestro amor. Nunca pensé que iba a acabar así. Yo creía que la muerte nos separaría pero no una discusión. Todavía no me creía lo que me estaba pidiendo. Quería que me quedara embarazada a los 19 años y además sin padre. Me mataba pensar que había sido tan cruel conmigo.
Las noches se me hacían eternas. La almohada absorbía mis lágrimas y las paredes escondían mis llantos. Rompí una foto que tenia con él en la habitación. Con el pestillo echado en la puerta, Isa intentaba entrar para consolarme.
-¡Cristina abre la puerta!- casi nunca me llamaba por mi nombre completo.
-¡No!- grite para que me oyera desde fuera de la habitación.
-No me abras pero por lo menos escúchame. No sé lo que te ha hecho Rubén pero sea lo que sea creo que no es para odiarle. Le quedan 22 días y no es momento para abandonarle. Ahora el nos necesita más que nunca- enfadada salte de la cama y le abrí la puerta
-¡Lo ves! Ruben, ruben, ruben... es que en este puto año nadie se ha fijado en mí. Acaso nadie se ha preocupado de mi. No ves que los que aquí vamos a sufrir más somos nosotros. El no es todo sabes. Nosotros también existimos, pero veo que soy la única que se ha dado cuenta de eso. Ya es hora de bajar de la luna y pisar la tierra, esta puta historia tenía un final triste desde el principio y por muy feliz que fuéramos todos sabemos dónde iba a acabar. El muere pero nosotros somos los que sufrimos. Para que sufrir si podemos terminar la historia ahora...
-Cris no lo entiende, no se trata del final, se trata del comienzo y del desarrollo. Da igual que esto se acabe dentro de 22 días, lo que ahora realmente importa es que estemos con él. Apuesto lo que quieras que en su lugar tu querrías lo mismo, que tus amigos estuvieran a tu lado hasta el último palpito.
- Si eso es lo que crees, si tanta importancia tiene Rubén ¿Por qué no estás ahora con él?
-Pues mira quizás el me habla y me trata mejor que tú.
Isabel salió de casa furiosa. Yo me apoye en la pared y poco a poco fui resbalándome hacia abajo hasta caer rendida con la cabeza entre las rodillas.
Este si duda fue mi peor día. Había perdido a mi novio y a mi mejor amiga. Cuando conseguí tranquilizarme un poco encendí la tele. El diario de Noa. Pase de canal. Banbi. Volví a pasar de canal. Pero no paraban de salir más y más películas con finales tristes. Tire el mando al suelo. En ese acto escuche que me llegaba un mensaje al móvil. Era de Rubén.
"A las doce en punto en el portal de tu casa. Te estaré esperando para hablar. Si no apareces lo entenderé. Te quiero."
Eran las 11:45. Quizás Isa tenía razón. Estuve reflexionando. No estoy para bromas. Rubén se muere y me gustaría estar junto a él hasta el último soplo de aire. En diez minutos me lave la cara, me seque las lágrimas y me prepare para bajar al portal. Cuando baje, allí estaba en su moto esperándome. Sin ninguna palabra me dio el casco, me subí, me agarre a él, y encendió el motor. No sé a dónde me estaba llevando. Me fui dando cuenta que cada vez nos metíamos mas al bosque y las cuestas cada vez eran más inclinadas. En medio de la carretera sin asfaltar aparco la moto y andando seguí un estrecho camino que me guiaba. Al final de ese estrecho camino llegamos a una casa de madera.
-¿Qué es esto?- pregunte
-Caya-dijo sin ánimos de ofender.
Me abrió la puerta y entramos. Todo estaba tan oscuro que no se veía nada. De golpe encendió la luz y se pudo apreciar ese espacio cerrado. Era una casa cuadrada. No tenía paredes excepto las del baño. Era como un bungaló pero más viejo. En el techo tenía un proyector que apuntaba a una pared pintado de blanco. La única pared pintada.
-¿Dónde estamos?-pregunté
-Este es mi escondite secreto por así decirlo.
- ¿Y porque me lo me enseñas?-hablábamos suavemente como si la discusión no hubiera ocurrido.
-Esta casita la construyo mi abuelo junto a mi tatarabuelo. Una vez construida, mi abuelo se la enseño a mi padre y mi padre me lo enseño a mí. Es una herencia por así decirlo. Cada verano mi padre y yo venimos aquí. A las tardes jugamos a futbol y vamos a andar por el monte y todas las noches vemos películas en ese proyector. Son momentos muy bonitos e íntimos las que pasamos. Son grandes recuerdos metidos en una caja pequeña.
-Sigo sin entender porque me lo enseñas.
-La cuestión es que yo ya no voy a poder heredar esta casa y por eso te la enseño. Cuando yo ya me haya ido tú seguirás con tu vida y encontraras otro hombre que te pueda cuidarte y quererte más que yo- negué con la cabeza mientras que me acercaba a él. No me gustaba que dijera eso. Yo aun le quería a él- cuando encuentres a ese hombre ideal que pienses que será tu futuro marido y padre de tu hijo...enséñale esto, háblale de mi, y cuéntale que lo tiene que heredar.
-No hace falta porque yo solo quiero estar contigo
-No seas tonta Cristina y seamos realistas. No puedes quedarte quieta cuando me vaya. Quiero que sigas con tu vida. Mi intención no es hacerte daño Cris, porque yo te amo, y no sé que habría hecho todo este año si no te hubiera conocido.
Nos besamos suavemente. Sus manos rozaban las mías quitándose por en medio mi camiseta. Yo hice lo mismo con el cinturón de sus pantalones. Me tropecé con el sofá cayendo encima de ella. El me siguió y se tumbo encima de mí. Me quite los pantalones. Luego él empezó a recorrer todos sus labios por mi cuerpo como si fuera un circuito. Cuando llego a los pechos me desabrocho el sujetador de encaje. Yo por último le quite sus pantalones. Los dos quedamos en ropa interior tumbados en el sofá. Se levanto, me agarro de la cintura y me sentó encima de la encimera. Allí fue cuando terminamos los dos desnudos. Nuestras pieles se rozaban entre sí con un sabor de dulzura. Me baje de la encimera y con nuestras manos entrelazadas me dirija a la cama. Me tumbe y él se tumbo encima mío. Los besos no paraban de recorrer nuestros cuerpos. De repente note como su amigo llegaba a mí y me conquistaba haciéndome todo suyo. Me agarraba a las blancas sabanas para sostener el placer. De tantas vueltas que dimos terminamos enrollados con las sabanas. Mis dedos peinaban su pelo mientras que el mordía mi labio inferior jugueteando con mi lengua. Las caricias se convirtieron en besos y los besos en juegos...
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40 deseos que cumplir contigo
RomanceUna chica llamada Cristina tiene un accidente patinando. En el hospital de reposo conoce a su compañero de habitación. Cristina descubre que el chico tiene un año de vida por causa del cáncer. En una pequeña aventura con el chico cumplen 40 deseos a...