28 Capitulo

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El stop se fue y el tiempo volvió a su normalidad. No quería ver mas como la gente lloraba y sufría. Bastante tenía ya con mi dolor, por eso me fui andando. El sol que daba luz a las calles parecía triste. Miraba a mis pies mientras que andaba y me puse a recordar los mejores momentos con Rubén. Empezando por donde nos conocimos, que fue en el hospital. Hablando todas las noches nos hicimos muy amigos. Me acuerdo que una noche salimos a ver las estrellas. O también aquel viaje que hicimos los dos a Irlanda para conocer a Connor. Me acuerdo que nos perdimos en el monte y una pareja de ancianos nos dejaron pasar la noche en su casa. También me acuerdo el día que pintamos su habitación. Terminamos en la bañera con la ropa y estuvimos jugando como dos simples amigos. Y como olvidar el día que navegamos con los amigos y nos perdimos. Ese día si que nos lo pasamos bien. Había tantos buenos recuerdos.

Mientras que tenía esos pensamientos en la cabeza, yo seguía andando. Lloraba tanto que las lágrimas comenzaron a hacer su propio rio en mis mejillas. Pare de pleno, respire hondamente y mire al cielo. Fue entonces cuando lo vi. Vi el corazón que me prometió que me haría Rubén. Un enorme corazón de nubes que flotaba en el cielo. Las lágrimas pararon de caer y no pude evitar sonreír tristemente. Él había cumplido su promesa. En ese instante me di cuenta de todo el valor que tenia Rubén.

Llegue a casa y me metí en la cama. Isa seguía en el hospital por lo que la casa estaba totalmente sola. Puse música en mi habitación para romper el silencio. Cerré los ojos y me dormí. En esa hora que estuve dormida soñé con Rubén. El sueño iba sobre lo que habría pasado si a Rubén no le hubiera matado el cáncer. Nos habríamos casado, y habríamos tenido gemelos. Compraríamos una mansión y viviríamos en ella hasta envejecer. Pero todo era un sueño, y gracias a Isa, salí de él. La tarde se me hico eterna, por eso me fui a dormir. Seguramente dormí más de 13 horas. Prefería tener un falso sueño que una cruda realidad. Pero dormir para siempre como la bella durmiente tampoco era la solución. Me desperté a las 6:00 y fui a aquel lugar que me enseño Rubén, dado que nos dijimos que cada vez que le echara de menos fuera allí y que cantara nuestra canción. Fui andando. Más o menos tarde tres horas en subir todo el monte. El cansancio me quitaba el dolor que me dejo Rubén. Cuando al fin llegue, entre en la casa. Me vino a la cabeza todos los momentos apasionados que tuvimos allí. Recordé todas esas noches especiales como si las estuviera viviendo en ese mismo instante. Echaba muchísimo de menos a Rubén y apenas llevaban dos días. Me quite los zapatos y ande hasta el lugar donde se veía todo el paisaje. Notaba como mis pies peinaban la hierba. Cada paso que daba era una rememoración de la semana que pasamos aquí. Me sentía como si estuviera desnuda con una sabana blanca arrastrándola por la suave hierba. Me quede de pie, con la cabeza apuntando al cielo y con los ojos cerrados. Comencé a cantar con la esperanza de que Rubén apareciera.

"Say something, I'm giving up on you.
I'm sorry that I couldn't get to you.
Anywhere, I would've followed you.
Say something, I'm giving up on you. "

Respire profundamente y seguí cantando, aún con la esperanza de que aparecería.

"And I will swallow my pride.
You're the one that I love
And I'm saying goodbye"

Baje la cabeza y mire al suelo. Era estúpido pensar que Rubén...En fin, tenía que asumirlo ya. Rubén se fue y no volverá.

Me quede escuchando los ruidos. Si te fijabas bien se podía escuchar el viento pegando contra los arboles. El ruido de las hojas caer. De repente escuché algo. Un ruido que no hacia la naturaleza.

-No pares, me encanta escucharte cantar- la voz venía de atrás.

Me gire.

-¿Rubén?


40 deseos que cumplir contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora