-¡Hey! -Le llamé y pareció volver de algún sitio. Se alejó ligeramente hacia atrás pero su mano izquierda seguía en mi cintura, miró a la pobre chica que seguía en el piso con una expresión indescifrable y acto seguido se separó de mi completamente y avanzó por toda la habitación hasta salir por la puerta. Sin decir nada.
Kiara se levantó con lágrimas en los ojos y se fue de allí y yo, me quedé como una estúpida parada en el mismo lugar durante 10 minutos o más.
¿Qué acababa de pasar? Aun podía sentir la cercanía de Aaron y la mirada acusadora de Kiara. Todo se había complicado, meterme entre ellos nunca fue mi intensión, pero, a decir verdad, el remordimiento no era mi punto fuerte. Luego de hacer el tonto durante toda la tarde mi cuerpo no aguantó más y me quedé completamente dormida.
Como si dormir una noche completa estuviese prohibido para mí, me desperté en medio de la madrugada. Fuera todo estaba en completa calma hasta que...
Una sombra escurridiza se movía detrás de mi puerta cerrada, en el pasillo -seguramente Kiara que viene a hacerle una visita nocturna a nuestro queridísimo príncipe -suspiré pesadamente, luego de este pensamiento sería incapaz de dormir. ¡Maldita sea!
Pero la sombra no desapareció, siguió moviéndose como si buscara algo. De un momento a otro se detuvo y desapareció.
No debería salir, en el mejor de los casos sería quien dije o alguno de los príncipes, en el peor, podría ser el intruso que estaban buscando. Pero ¿cómo no?, me levanté de la cama y me fui directamente a abrir la puerta.
No había nadie. En las habitaciones de los príncipes las luces estaban apagadas, me disponía a volver cuando una silueta cruzó más allá de las puertas y continuó moviéndose por el otro pasillo. Una vez más hice lo que no debía y le seguí a escondidas por todo el palacio hasta que salió al exterior. Yo también lo hice y, como antes de irme a la cama me había cambiado a un pequeño camisón, la noche helada me recibió con un escalofrío.
Hice todo el camino del jardín exterior principal, puesto que vi a esa persona caminar por allí pero después le perdí la pista. Luego de dar algunas vueltas me terminé perdiendo, hasta que vi el lugar donde había desayunado con el rey hace unos días. Desde allí solo sabía llegar a un sitio.
El viento soplaba aún más fuerte a las orillas del lago, pero todo estaba tan hermoso como siempre. El agua en calma, la luz de la Luna entre los árboles, los grillos cantando, todo perfecto hasta que...
Algo se movió justo detrás de mí y me asusté muchísimo, me preparé para correr, pero sentí una mano en mi hombro derecho. Sin pensarlo mucho y en menos de un segundo me giré a toda velocidad y le encesté un buen codazo en la cara a esa persona. Ese imbécil.
- ¡Auch! ¿estás loca? -Dijo Aaron completamente sorprendido y adolorido a la vez frotándose la nariz.
- ¡El que está loco eres tú! ¡¿Cómo se te ocurre asustarme?! -Mi corazón quería salírseme por la boca del susto y él estaba sangrando. Sí que le había pegado duro- ¿Te duele mucho?
-Claro que no. -Imbécil. Por supuesto que le dolía, le había pegado con todas mis fuerzas. -De todos modos ¿por qué sales en medio de la noche? -levantó la voz.
- ¿Y a ti que te importa?
-Podría ser peligroso, y mira cómo vas vestida, te puedes enfermar. -Ese tono de hermano mayor luego de que casi nos besamos me enfada muchísimo. Y es que él se cree que somos hermanos, piensa que su padre es el mío por una maldita mentira. Y yo solo quiero gritar porque toda mi vida es una mentira y no tiene sentido...
- ¡He dicho que no te importa! ¿Por qué me seguiste de todos modos? Dices que no soportas estar junto a mí, pero siempre estás ahí. -grité tan fuerte, y la sorpresa en sus ojos pasó de un segundo a otro a un enfado fenomenal.
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Alas de oscuridad
FantasíaCuando Margoth se ve rodeada de mentiras que le han perseguido durante toda su vida y decide afrontar su verdadera identidad, los problemas no dejan de aparecer para complicarle aún más el total caos que es su vida. Desde su nacimiento ha sido marca...