Aaron-¿Margoth?
-Margoth Allen, ese es su nombre. Vive en alguna aldea del Este. ¿crees que puedas encontrarla?
-Soy guerrero, no cazador.
-Ya sé, pero solo podría confiarte esta misión a ti.
-Está bien, lo haré. Pero ¿cómo es ella? Será difícil encontrarla solo con un nombre.
-Es alta, cabello negro y largo. Y tiene unos hermosos ojos oscuros…
Recuerdo esa conversación con mi padre como si hubiera ocurrido ayer mismo. Bajo el concepto de una chica pelinegra y delgada, partí hacia el Este y recorrí varias aldeas antes de llegar a Alyara.
Y fue en aquel poblado junto a la costa donde encontré a la chica más hermosa de los cinco reinos. Desde ese momento no hizo más que darme problemas.
Margoth Stander, como ella misma había dicho que se llamaba luego de soltarme en mi propia cara, estando completamente borracha, que no era la hija del rey.
Yo recordaba ese apellido, Stander. Lo escuché más de una vez cuando era un niño.
Recuerdo tener unos cinco años y ser perseguido por Andrés, que tendría en ese entonces unos ocho años. Estaba huyendo de él porque cuando había intentado hacerme caer al lago, había dado un tras pies y el que acabó empapado de pies a cabeza fue él.
Corrí a toda velocidad por los pasillos hasta llegar al lugar donde Andrés nunca me encontraba. Me encantaba ese sitio, con miles de estanterías llenas de libros, mesas donde esconderse y, ella.
Ella siempre estaba allí. Una mujer de cabellos negros y piel blanca, era como la princesa de ese cuento.
-Hola –me saludó al verme -¿Andrés te está persiguiendo otra vez? –asentí con la cabeza –conozco esa sensación, tu padre solía perseguirme todo el tiempo cuando éramos pequeños, yo siempre me escondía aquí. Y todavía sigo haciéndolo.
Esa fue la última vez que la vi, la última vez que escuché su risa, la última vez que leyó aquel hermoso cuento para mí.
Y ahora, años después, tenía entre mis brazos a su hermosa y rebelde hija.
Y estaba completamente enamorado de ella. Porque qué otra cosa puede significar que sienta un hormigueo extraño en el estómago no solo cuando la veo, sino también cuando escucho su nombre o pienso en ella, que al verla riendo con otro hombre me den ganas de sacarla del lugar y llevármela a un sitio donde solo estemos nosotros.
Porque cuando estoy cerca de ella solo quiero tomarla entre mis manos y demostrarle mucho que me gusta y, cuando no lo estoy quiero ir a buscarla.
Porque al descubrir que no somos hermanos sentí una liberación tan grande, ahora podía intentarlo con ella.
Quería que fuéramos algo, quería todos supieran lo que sentía por Margoth, la quería a ella maldita sea.Pero ahora todo estaba patas arriba. ¡¿Cómo pude ser tan tonto como para no recordar el maldito compromiso?!
Por supuesto que si la reina de los mil demonios venía a nuestro reino para una ''alianza´´ significaba el compromiso de uno de los hijos del Rey con su hija. Andrés es el heredero del trono, así que él no podía ser; solo quedaba el hijo menor.
Lo tenía ante mis ojos. ¡¿Cómo pude no darme cuenta?! La decepción reflejada en el rostro de Margoth me rompió el alma.
-¿No te lo dijo Aaron? Él se casará con la princesa Kayla.
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Alas de oscuridad
FantasiCuando Margoth se ve rodeada de mentiras que le han perseguido durante toda su vida y decide afrontar su verdadera identidad, los problemas no dejan de aparecer para complicarle aún más el total caos que es su vida. Desde su nacimiento ha sido marca...