Peter pan

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Seis, seis mendigas horas junto a una mujer con el niño de 6 años más molesto que he conocido en toda mi vida, no había dormido bien, el enano poseído por satanás se encargó de: halar, babear y llenar mi cabello de comida, oh y como olvidarlo: picoteaba mis ojos con su dedo mientras yo dormía. Como si fuera poco metió su diminuto y asqueroso pie en mi boca mientras su madre lo dormía en una extraña posición. El viaje de regreso fue todo un fiasco y las enormes ojeras que maquillaban mis ojos eran la fiel prueba. Al llegar a Los Ángeles compre un teléfono desechable y llame a Cara quien no chisto en irme a buscar, había llegado a las 6 de la mañana y no tuve ganas de asistir a mis clases, me sentía agotada y no solo física si no mentalmente, todos y cada uno de mis pesares tenían nombre y apellido: Matthew Dominique Schwartz Tedeschi. Debían ser las 11 de la mañana y yo seguía recostada en mi cama con la misma camiseta que él troglodita me había hecho usar... aun olía a él, aun su fragancia se quedaba impregnada por todas partes, incluso en los poros de mi piel, como ese recordatorio de su presencia y de todo aquello que toca y cambia desde sus moléculas. No quería llorar yo solo estaba cansada y adolorida porque por más que quería negarlo... el sentimiento estaba allí. El me había herido.

Quería sumergirme en un largo sueño hasta las 3 de la tarde, hora en que tenía que ir por Nikola al colegio pero me fue imposible por dos razones:1- las preguntas sin respuestas me agobiaban 2- el "clack" de mi ventana partiéndose en montones de pedacitos me hizo moverme despavorida.

Agitada me levante escaneando el área, un gran hueco había sido ocasionado por algo que había atravesado el ventanal, mire hacia el suelo buscando la causa y pegado a mi puerta yacía un objeto rectangular envuelto en papel, temerosa me agache a tomarlo lentamente, dándole tiempo a sea lo que estuviese envuelto explotara, nunca lo hizo. Pero al darle vuelta, en letras grandes y rojas, escrito en labial se leía: MOJIGATA.

Rasgué todo el papel deshaciéndome de cada una de las letras, quería arrancar la ofensa, que no fuese visible y cuando la envoltura fue deshecha sostuve mi celular en las manos, corrí a la destrozada venta y tal como lo supuse todo esto había sido obra de él. Mi celular se había quedado en su mansión en New York y ahora me lo arrojaba envuelto en papel, con ese horrible insulto escrito por un labial de Cusnier, aun así no era la letra de la rubia, conocía la caligrafía del oji azul, el repulsivo termino había venido de él, él lo había usado para definirme, para lastimarme... Los tres estaban abajo y digo los tres porque con ellos se encontraba: Jenko Cavalli uno de los niños pijos amiguitos de Schwartz. Él reía fascinado por mi cara de enojo y esa puta rubia no hacía más que acariciarlo y mirarme con desprecio. Me aleje de la venta, simplemente no podía verlos, quería tirarle mi celular y hacerle un daño más grande del que él le hizo al cristal pero no podía... no podía comprar otro celular.

Enfurecida me metí a la ducha, lo que menos quería era saber de él, quería arrancar su olor de mi piel y lo odiaba, yo si lo odiaba, lo odiaba por abandonarme, lo odiaba por hacerme pasar por una de las peores noches de mi vida, lo odiaba por ilusionarme, lo odiaba por burlarse de mí, lo odiaba por ocultarme tantas cosas y odiaba querer sacármelo de la cabeza y no poder.

Mi celular vibraba y no quería contestar llamadas, mensajes o nada relacionado con hablar con alguien pero después de que mi furia secó opte por revisarlo y encontré una nota de voz de Matthew.

"Espero te haya gustado el servicio de mensajería Schwartz, venga Infinite que cara tan rompe culos la que tenías cuando te asomaste a la ventana- rió como si le hubiesen contado el mejor chiste del mundo -me preocupe por enviarlo empaquetado- si claro, en un papel que decía: MOJIGATA -Nos vemos en la escuela de Niko, hoy es el día de padres e hijos, debes estar a las 2. Alessandra y Magnus no estarán así que pasaremos tiempo de calidad juntos, sé que te emociona tanto como a mí" como lo detestaba! Como alguien podía hablar tan calmadamente después de traer no más que estragos a la vida de otra persona?

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