Estuan Glacies.

-París-

Soundtrack:

Rixton - Whole

Sus manos ataban mi cintura, me protegía de algo que yo no entendía, como si la noche fuese a arrancarme de sus brazos y aun no creyese que los rayos de luz ya iluminaran el alba. Metía mi cabeza en su pecho, podía sentir el tamborileo de su corazón, sabía que él estaba despierto, esa extraña calma que cobijaba su cuerpo llevándolo a un estado de relajación mientras dormía ya no estaba.

-Buenos días Infinite, empaca tus cosas- me estas corriendo hijo de fruta?

-Como que empaque mis cosas?-

-Cómo has oído, nos vamos- apoyé mis antebrazos en la cama para posteriormente levantar mi torso, había escuchado bien? Los planes eran pasar el fin de semana en san francisco y ya nos íbamos? <<Corleone>> habló mi mente recordándome que el castaño posiblemente tendría algo que ver con esto, de igual manera él fácilmente podía seguirnos a Los Ángeles, así que cual era el frenético deseo de Matthew por abandonar San francisco?

-Mhhm, está bien- y que más podía decir si mi transporte corría por su cuenta, sería absurdo negar que quería compartir con él más de este espacio de "calma" si es que se le puede llamar así... con Matthew nada era quietud.

-Por cierto Infinite- mi hasta ahora abrumado subconsciente, debido a los nuevos planes para marcharnos de san francisco termino por apabullarse al contemplarlo en todo su adónico esplendor, mata negra perfectamente enmarañada en su cabeza, ojos de hielo peligrosamente azules, pincelado cuerpo decorado con tinta, estampas negras a lo largo de cada centímetro de su dermis, se pegaban en esa calina y blanca piel abrazándola, como si la adoraran y no pudieran hacer más que reverenciarla, labios carmesí tan insanos como cada cosa en él, cinceladas facciones esculpidas por el Dios mismo y esa sombría presencia que gritaba la venida del averno. Los problemas no estaban mal, pero él trascendía cualquiera frontera. Existe el peligro todo en él era peligro pero la suma de tantas variantes no dejaban margen entre tanto error para la bienaventuranza. Llamarlo peligro hubiera sido un error, el peligro conlleva una variable: las cosas pueden mejorar. Con él, no era así, Con él ya no había esperanzas, con él todo era perdición. Entonces lo recuerdos bombardearon mi mente: él ebrio, él navegando en alcohol, él diciéndome palabras que nunca pensé saldrían de su boca, él cantándome, él siendo tan fiel a sí mismo y a ese conjunto de desenfrenadas acciones de las que nunca se separaba y finalmente: él, enmendado las montaña de escombros que siempre deja a su paso, haciéndome reír con su desentonada canción y arrullándome con la extraña nana que era su alcoholizada voz diciéndome que me cuidaba.

-si?- Respondo enfocándome en el sonido de su voz

- Nuestro jet arriba en una hora y tardaremos unas 7 horas de aquí a parís, deberías ponerte algo cómodo- saco las sabanas de mi cuerpo, dijo parís?

-Que hay con parís?-

-No creerías que nuestro fin de semana como una pareja feliz acabaría aquí o sí?- él sarcasmo vuela fuertemente en su voz.

-No hay modo de que no vaya verdad? Algún otro secuestro de por medio en el cual puedo verme involucrada?-

-Touché*- pronuncia en un perfecto francés [Touché: expresión francesa. La palabra se ha extendido al lenguaje coloquial, empleándose cuando en una discusión una persona desenmascara a la otra]

Algo enojada me levanto de la cama, pasar tiempo con Schwartz estaba más que bien para mí, pero de ninguna manera le hubiese aceptado la propuesta en otras condiciones, yo no quería ser como esas chicas que recorren el mundo a costillas de otro.