La carrera había empezado y el límite de velocidad había sido olvidado en el mismo instante que la chica uniformada arrojo a sus pies la bandera. Matthew estaba supremamente concentrado en el camino, en cada jugueteo de su pie contra el acelerador o el freno, el espacio entre cada auto y su oportunidad para abrirse paso entre dos coches ajenos a este momento del cual hacíamos parte, y por su bien y el mío debía permanecer así. No recuerdo haberlo visto alguna vez en este estado de atención, ni cuando estamos en clases en medio de un nuevo tema importante o escuchaba algo de su "interés". Al comienzo podía distinguir y diferenciar formas, conforme pasaron los segundos todo se difumino a mi alrededor y ahora solo veía una estela de colores que acompañaba nuestro paso. Sentía como mis manos sudaban, una fría capa cubría mi cuerpo, la bilis subía de mi garganta hasta sentir el amargo sabor en mis papilas y recordé que cuando niña no podía viajar mucho tiempo en coche porque las náuseas venían a mí, sin importar que la velocidad del vehículo fuera una prudente y establecida dentro de los límites de seguridad, con dificultad dirigí mi vista a los indicadores del tablero, Íbamos a 300km/h y esta no era la velocidad máxima del auto. No me chinguen, sabía que el lamborghini aventador esta entre los 5 autos más rápidos del mundo, pero esto era más que suficiente para mí, inconscientemente mi cabeza bailaba de adelante hacia atrás en una notoria muestra de lo que las náuseas estaban provocando.
-infinite, te encuentras bien? - Matthew nos detuvo abruptamente, pasamos de estar conduciendo a 300km/h a detenernos en menos de 8 segundos sobre la acera. Bendito seas cinturón de seguridad. Podía ver cómo me observaba evaluando la situación mientras su seño se fruncía, preocupación, para ser exactos eso era lo que su rostros reflejaba. Estaba a la espera de que articulara alguna respuesta a su pregunta. Espere unos cuantos segundos a que el malestar se disipara y mis ojos pudieran acostumbrarse a la imagen solidificada de las cosas.
-Arranca, tenemos una carrera que ganar- una amplia sonrisa lleno su rostro y aunque la escases de luz era evidente su sonrisa lo ilumino todo, en ese momento supe que me encantaba verlo sonreír, su sonrisa era contagiosa, era ver una parte más humana detrás del idiota -no sonrías- que me enamoro -porque me pertenece lo que tú llamaste una "tajada" Después de todo yo te preste mi nombre para que apostaras- miro hacia arriba divertidamente, dándome una perfecta vista de su perfil.
-Acepto - volvió a mirarme directamente a los ojos -pero yo pongo las reglas. Te advierto para que controles tu estado: pasaremos por la estación de policías, hace parte del recorrido hacerles más amena la noche y a mí me alegra hacerlos feliz, esto recién empieza infinite.- y la imagen de su mirada clavada en mí preguntándome como me encontraba volvió a mi cabeza.
-Preocupado por mi estado Schwartz- muy tarde para regresar a mi boca las palabras que acababan de escaparse
-Como no he de estarlo, no quería perder la carrera porque tu vomito llenara el parabrisas- y aquí está de nuevo el egocéntrico, quería golpear la palma de mi mano contra mi frente, Estúpida, estúpida y más estúpida -eso y que hubiera tenido que llevarte al hospital y no quiera que esa fuera la forma en la que terminara esta noche- no vas a decir unas palabras lindas, después de haber dicho algo hiriente y pretender que el mundo vuelve a estar bien. Mardeto.
-Arranca ya Schwartz- fui cortante y me alegre del tono de mi voz
Con mi visión periférica pude observar que un grupo de autos pasaban, tratando de derribar la distancia que llevaban entre ellos y Matthew también lo noto, acelero sacándonos de la acera y volvió a la carretera. Habíamos llevado la delantera hasta ahora porque los 5 autos que iniciaron la trayectoria con nosotros volvieron a encontrarse a nuestro lado y la distancia entre las puertas, parachoques delanteros y traseros era reducida, los otros competidores nos rodeaban y no teníamos escapatoria, la rabia y frustración en la cara de Matthew era evidente, su mandíbula estaba presionada, haciéndola más pronunciada, sus cejas arqueadas y los nudillos que sujetaban el volante estaban blancos. El tráfico no mejoraba la situación, no solo nosotros estábamos atorados.
ESTÁS LEYENDO
Estuan Glacies.
Random"Todo gran amor deja tras de sí efectos devastadores." Bueno, bueno. Antes de que te bajes las bragas empezaré a decirte quién es él. Te haré un favor, linda. Te advertiré... el resto es tu lió NO EL MIO. Él ya actualizó su cuento de hadas, así que...