Duarum Bestiarum.

206 10 7
                                        

LEANMEEE:  :3 He revivido, bueno aquí tienen un capitulo nuevo realmente este no es el capítulo completo pero quise dejarlo hasta aquí ya que era algo que tenía escrito de antes y debido a que no subí en un buen tiempo me dije a mi misma: mi misma, no seas degenerada y sube ese capítulo ya ha pasado un buen tiempo desde que subiste así que aquí esta, de paso cambié la portada con un guapo modelo tatuado, sinceramente no me imagino a Matthew completamente como él, todas nos lo imaginamos a nuestra manera y recuerden que no hay personaje fijo para Schwartz, dejando la cháchara las dejo para que lean espero que les guste porque hago estos capítulos con todo mi amorsh.

-El estadio está repleto, gran parte de la universidad está aquí- prosiguió hablando sin despegarse de mí y ambos sabíamos que aunque sus palabras fuesen ciertas solo las decía para mantenernos aferrados de esta manera al otro –Estaré la mayor parte del tiempo en el campo, cada que pueda llegare a tu lado... y en el entretiempo me sentare junto a ti, no te dejare sola Infinite...-

-Schwartz- Menciono una voz a mis espaldas haciendo que el fuerte brazo de Matthew me pegara bruscamente a su cuerpo.

- Corleone- Respondió y mi corazón emprendió una carrera contra mi pecho. Gire y allí estaba el castaño, observándonos duramente. Finalmente él lo había encontrado.

Las dos bestias erguían su postura disparando relámpagos con sus ojos y allí en medio de la vaporosa luz, en lo que debía ser solo una noche estrellada: el suelo tembló, el aire se helo y el cielo se desquebrajo. Él chico muerto y su opuesto se alzaban para batallar. De cara a una pared levantada por el desasosiego, uno enfrente al otro. Desenvainaron sus rencores y desbocaron su artillería. No hubo tiroteo alguno, no hubo más encañonamiento que el pétreo erguimiento de sus torsos. Mi absorto cuerpo percibió la punzante mirada del chico con ojos color tornasol, sabía que su atención ahora giraría a mí. Él iba atacar.

-Isabella- Pronunció con una sonrisa en sus pupilas que se contradecía con la rigidez en sus labios.

-Stefan- respondí examinándolo. Que se suponía que yo debía hacer ahora?

-Se conocen- Afirmó el peli negro –Así que todo este tiempo estuviste besándome el culo Corleone-

-La conocí hace unos días, en New York- Pauso -en el Upper East Side*- Volvió a detenerse -deambulando sola- replico acabando la inexistente paciencia de Schwartz, lanzaba lentamente pedazos de cómo nos conocimos, como si Matthew fuese un león y él arrojase carne alimentando su cólera. [Upper East Side: zona residencial más cara de la ciudad de Nueva York]

-Así que él fue tu caballero de brillante armadura esa noche Leblanc- incrustó para nosotros dos mientras apretaba los dientes -no me dijiste que era él- No... no lo había hecho y el me lo había preguntado -tu sabias que él estaba detrás de mi maldita sea- Volvió a asegurar con retintín en un férreo susurro solo audible para mí. La mirada azul resplandeció, podía ver como las olas se agitaban revolucionariamente, todo en él cambiaba asemejándose a esos demonios que visten como humanos y en un momento de ira muestran su verdadera forma de bestia. Pero algo debajo del océano en tempestad punzo mis fibras: él estaba decepcionado. Decepcionado de mí. Por no avisarle que el hombre que quería dañarlo estaba en su patio trasero.

-Sí, él fue quien me ayudo cuando tú me abandonaste- Cuchichee bajamente recordando la fría manera en la que me abandono y motas de culpa se arremolinaron en sus esferas (ojos) antes de ser tragadas por el maligno azul en su mirar. –Fue quien cuido de mí mientras tú estabas muy ocupado arrojándome a la calle.-

Estuan Glacies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora