Estuan Glacies.

Not like the movies.

Él desesperado pitido del despertador anunciaba el comienzo de mi nuevo día, eran las 7:00 de la mañana y ya me encontraba saturada por todas las cosas que debía realizar, no estoy segura de sí es algún tipo de karma pero las sabanas estaban frías y a la vez acogedoras, mi colchón amoldaba a la perfección mi cuerpo, dándole confort a puntos estratégicos, tornándose más cómodo y mi almohada congeniaba satisfactoriamente con mi cabeza, el despertador me trajo de vuelta a la realidad, obligándome a levantar el agotado cuerpo de la cama, si viera como en una película lo que hacía seguramente lucirá como una demente, era consciente de la forma en la que miraba renuentemente hacia mi cama como si ella fuera una persona y me negara a decirle adiós. Tome una relajante ducha, sintiendo que el agua me abrazaba, alejándome del frio matutino y fue otra especie de Karma abandonar mi baño, para mi suerte solo tenía pocas horas de clase lo que aprovecharía para pasar tiempo de calidad con Cara y como si la hubiese llamado con el pensamiento, mi celular vibro anunciándome que en 15 minutos llegaba a mi pequeño departamento, saque mi bowl del lava bajillas y el cereal y la leche del refri. Parecía volverse ley el llegar últimamente tarde a clases porque a este paso no dudaba en que lo haría, así que daba bocanadas a mi comida mientras corría buscando mis cuadernos, portátil, esferos y demás útiles. El "toc toc" de la puerta fue señal de que Cara había llegado y aun me faltaba arreglar la indecente melena que tenía por cabellera, antes de llegar a la puerta tome el cepillo en mano y fui directo a abrirle a cara.

-Sigo insistiendo en que deberías  darme un par de llaves de tu pequeña pocilga- entro a zancadas para acostarse en el sofá.

-Y yo sigo insistiendo en que dejes de llamarle "cariñosamente" pequeña pocilga a mi casa- a Cara le divertía llamarla así, por el hecho de que no me gustaba en lo más mínimo, si, no vivía en un palacio pero era un lindo lugar y a la gente le gustaba.

-La loca que tienes por compañera sigue firme en la idea de que no me la des?- Kelly mi compañera de dormitorio y Cara no se agradaban porque el novio de la susodicha había coqueteado abiertamente con mi amiga.

-Me dijo que si te la daba, ella estaba en el derecho de darle una a su novio y gracias pero yo no quiero amanecer con el departamento vacío- mi cabello amenazaba con tragarse el peine, o no sé si viceversa, el cepillo daba batalla y estaba satisfecha con que no se partiera en dos.

-Ese será el menor de nuestros problemas, vamos tarde - apunto a mi geométrico reloj de pared. Resuelve un enredo más pequeño peine luchador, uno más, rogaba. El cepillo blandió para finalmente dejar mi cabellera "presentable"

-Santa mierda- y no lo decía solo porque íbamos tarde, la batalla peine-cabello dejo adolorida mi cabeza. Corrí por mi bolso y levante abruptamente a cara del sofá, mantuve la marcha hasta que la puerta resonó.

-Tenemos que ir de compras hoy, hay promociones hasta del 70% en nuestras boutiques favoritas- chillo Cara, dando pequeños saltos en la misma posición, y tal vez me hubiese unido a su festejo de no saber que tenía que trabajar hoy, ese no era el problema, el problema era que tenía que contarle a cara toda la historia de cómo conseguí mi trabajo, conocía que acarrearía un par de regaños de su parte, porque ambas sabíamos que Matthew no me convenía por ningún lado donde fuese visto, ambas éramos una mártires en la lucha contra corazones rotos por "HEARTBREAKERS" [Rompecorazones] y si una de nosotras no tenia 4 deditos de frente para ver el peligro o encaso de que fuese lo suficientemente terca como para lanzarse sobre él, era el deber de la otra llenarse de luces y mostrar cual era el punto correcto para aterrizar.

-No puedo hoy, tengo un nuevo empleo- era como si mis sentidos se agudizaran porque en cámara lenta pude apreciar como ella abría la boca para pedir detalles y antes de que formulara una frase intervine -prometo que te contare pero ahora no, es una historia larga y no tenemos tiempo- trate de lucir casual para restarle importancia al asunto.