3:40 de la madrugada, esa fue la hora en la que llegue a casa. 4:30 de la madrugada, hora en la que logre finalmente conciliar el sueño, no sé si después de estar con Matthew quedaba siempre una corriente de energía pero anoche mis parpados se negaban a sellar el trato con mis ojos. 10:20 hora en la que abandone los brazos de Morfeo y descubrí que había perdido las primeras clases e iba tarde a mi curso de derecho comercial con la profesora Aiona Abbott. Iba corriendo a través del pasillo, faltaban 5 enormes puertas para llegar a mi aula. Rápidamente mire mi reloj: 10:58 apresure el paso porque solo me quedaba un minuto para entrar a clases, Aiona era conocida por su severidad, escuche como un par de pies venían mucho más atrás de mí solo que la calma los movía, no había tiempo para ser curiosa y saber de quien se trataba. Una puerta más, y ya había llegado al aula con una mirada de advertencia de parte de Aiona, se dirigió hacia la puerta en disposición de cerrarla pero la trayectoria de esta fue interrumpida por el empujón de alguien que se encontraba del otro lado, lo que hizo que Aiona tambaleara hasta la pared con la puerta dándole de bruces. Risas ahogadas llenaban la habitación y el extraño (no tan extraño) que término siendo Schwartz cruzo el aula.
-Aiona, linda que haces ahí? - El sarcasmo era obvio. Se encamino a la parte trasera de la puerta y tomo por la cintura a Aiona, ayudando a estabilizarla debido a que el portazo la había noqueado completamente -Que bien te ves, noto algo nuevo en tu dulce cara, te operaste la nariz?- Esta vez todos estallaron en risas, Aiona era reconocida por su nariz un poco curvilínea y con el golpazo no me sorprendería que se la hubiera mejorado.
-¡¡SCHWAAAAAARRTZ!!- Grito fuertemente Aiona y él se limitó a poner una mano en su oreja en otra fingida reacción de dolor.
-AIIIOONAAA!- contrarresto gritando - Me decepcionas, llego a ayudarte y así es como me recibes- negaba con la cabeza gacha y labios fruncidos que ocultaban una carcajada.
-La petulancia es directamente proporcional a la ignorancia- su voz estaba bañada en desdén, considerando que aun permanecía agarrada de la cintura por los brazos de Matthew.
-ignorancia?- negó con la cabeza, restándole credibilidad a lo recién planteado -Todos somos ignorantes, solo que no todos ignoramos las mismas cosas, hace parte de la naturaleza humana, así como llegar amargados a trabajar por no haber tenido un buen polvo anoche.- Algunos "Doooh" se escucharon en la habitación. Por primera vez apoyaba a Matthew en algo y no era en la parte de porque la profesora Abbott estaba amargada (falta de un buen polvo), apoyaba el hecho de que no permitió ser menospreciado ante las fuertes palabras de esa bruja. Pagaría lo que fuera por ver diariamente la cara que tenía Aiona en estos momentos, era una mezcla entre asombro e incredulidad, definitivamente no lo vio venir. Y mientras yo tenía una vista en primera fila de lo que ocurría, porque aún continuaba de pie a un lado de ellos.
-le ordeno que abandone mi aula inmediatamente- Él larguirucho dedo índice de Aiona apuntaba amenazantemente hacia Schwartz pero el acto ceso cuando Matthew elevo su mismo dedo a la vez que lo dirigía al dedo acusador de la profesora y lo lanzaba hacia abajo. Aunque trato de disimularlo, ante mis ojos no pasó desapercibido el momento en que trago rápidamente y sus ojos se abrían más de lo normal.
-Ainoa conozco perfectamente el manual estudiantil y sé que no me puedes expulsar de clases linda.- A diferencia de Schwartz yo no iba mínimo una vez a la semana a dirección y por ello no conocía los incisos del dichoso manual, pero la situación estaba clara, Aiona agredió verbalmente Matthew y aunque él contraataco de la misma manera la diferencia era que la astucia estaba a su favor, él generalizo y no fue especifico en su insulto. Pero un brillo recorrió la mirada de Aiona y empezó a rondar en círculos a Matthew, como un buitre cuando está a punto de atacar a su presa.
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Estuan Glacies.
Random"Todo gran amor deja tras de sí efectos devastadores." Bueno, bueno. Antes de que te bajes las bragas empezaré a decirte quién es él. Te haré un favor, linda. Te advertiré... el resto es tu lió NO EL MIO. Él ya actualizó su cuento de hadas, así que...