Holaaa chicas, tengan a mano las siguientes canciones: latch de KODALINE y también I wish de cher Lloyd, a medida que avance el capito les dejare una nota diciendo cuando deben reproducirlas.
-Conmigo nunca pasaras frío o hambre. Infinite, duerme conmigo esta noche-
La presente suplica en los sanguinolentos ojos dolió de una manera aguda, la imaginaria mano lo torturaba, su marcada mandíbula resaltaba las moldeadas facciones de su rostro, los témpanos de hielo existentes en la gelidez de su mirada lo acataban desde adentro punzando la fibras sensibles que creía inexistentes en la ser.
-Sácame de aquí, por favor- susurré con delgada voz.
La cazadora de cuero que completaba su atuendo fue situada en mis hombros regalando cierto calor pero había un trasfondo en el incauto acto, la fragancia en su chaqueta, me abrazo, olía a él, estaba a salvo, como aquel muido oso de peluche que rodeamos con nuestro brazos cuando somos niños, para alejar los sueños angustiantes, un efecto aún más satisfactor que ese me invadió.
El único sonido que nos acompañaba era el de la velocidad del auto rompiendo el viento, era una pequeña bola acurrucada en su chaqueta, buscando más y más de la adicta sensación de paz que esta expedía, casi había sido violada, mi mente recreaba una y otra vez el recuerdo de los excitados cuerpos de Dan y Rick rodeándome, sus sucias palabras expresadas en mi oreja, las ajetreadas respiraciones chocando contra mi pecho, la mano rosando mi cuerpo queriendo más de mí y deteniéndose ante el intervalo de llegada de mi Salvador.
Su fuerte empañadura golpeo el volante del auto, justo donde se cernía la característica marca del Lamborghini y un chillido que ocultaba revelo mi silencioso llanto, no me habían hecho daño pero la situación postraumática me agotaba, ya lo superaría, estaría bien, pero ahora no, ahora quería llorar a borbotones, ahora quería desahogarme un poco... Ahora quería recargar mi fuerza entre el llanto.
La puerta del piloto se cerró en el instante en el que Matthew abandono el coche, dejándome sostenida del hilo de sosiego que había generado el halo que se creaba a su alrededor.
La puerta del vehículo en la que mi cuerpo se sostenía se abrió, me encontraba tan pasmada que no me importó dejarme caer cuando esta repentinamente se separó de mi cuerpo, pero unos grandes brazos Premeditando la situación me sostuvieron grácilmente, elevándome hasta un pecho
Tinturado de sangre, sus brazos liados a la cazadora incrementaron la temperatura y aunque el oxidado olor a sangre seca era detectado por mis fosas nasales, no temí, él no olía solo a sangre, cigarrillos, alcohol, secretos y problemas, también olía a un perfume en particular: "Le Male Terrible by Jean Paul Gaultier" y la fragancia basada en un término francés designado a una persona de carácter irreverente o de comportamiento poco convencional, encajaba cabalmente con la titulación que se le había otorgado a Schwartz por su comportamiento carente de esquemas dictados por la sociedad. Las notas sensitivas liberadas por sus poros resaltaban su personalidad incisiva, la insana inclinación por vivir al filo de la navaja, como si figuras de arañazos y surcos hechos con un cuchillo se imprimieran en su entorno, siempre proyectándose en la agresión.
[Inserte Latch de Kodaline aquí, disfrute de la lectura y lea calmadamente XD ]
Y como es que algo así podía tranquilizarme? "Mira que a veces él demonio nos engaña con la verdad" parte de la frase tatuada en su cuerpo fue susurrada en mi conciencia, él era un demonio, y me estaba engatusando con sus verdades, con sus complicados problemas vestidos de certezas (verdades), me atraía a él y ello podía ser mi perdición...
Mi cuerpo fue arrojado con delicadeza en el suave colchón, como si él temiera que en un brusco movimiento la chica que sostenía terminara de desmoronarse, mi cabeza se apoyaba en la fina almohada y su gran figura se posó encima de mí, sin tocarme debido a sus brazos flexionados al redor de mi cabeza, nuestros ojos hablaban en una lengua que la razón no entendía, su críptica mirada me enfocaba consumida en el deseo, las negruzcas pupilas bajaron a mis labios para subir a mis ojos, conocía ese lenguaje, quería besarme, yo lo quería. Mis párpados cubrieron mi mirada dándole una invitación que él no necesitaba, la calmada respiración acariciando mi rostro aviso la venida de sus glaciales labios, primero lento, succionando mi labio inferior, entre abriéndolo para dejarme liberar un gemido a la vez que él lo mordisqueaba uniéndose a mi sonido emitido con un gruñido procedente de lo más profundo de su garganta, la situación se descontrolo exigiéndonos más, su parte visceral predomino tratando satisfactoriamente de complacernos con más, sus adictivos labios rozaban lo ilegal, la menta y el sabor intenso del whiskey se fundían en nuestras papilas gustativas, sus inquietas manos acariciaron mi cuerpo tomando gobierno de mi cintura y de mi trasero, violentamente acerco nuestras pelvis haciéndome conocedora del gran bulto en su entre pierna, una cálida humedad se instaló en mi miembro, me sentía palidecer ante el tumulto de sensaciones pero el gimoteo incesante causado por la fricción de nuestros sexos me rebosaba, mi cuello se arqueo ante el cosquilleo producto de las excitantes caricias provenientes de su boca y sus labios succionando la expuesta piel, con mis manos recorrí cada fibra de su espeso, desordenado y lóbrego cabello, sus manos abandonaron mi cuerpo para quitarse la camiseta y él caliente torso me fue enseñado, lleno de tintes y de marcados músculos, la traviesa sonrisa ocupó su rostro al ver mi atontada reacción, contrario a lo que creí, la camiseta no fue arrojada a un rincón de la gran habitación, la ubicó a nuestro costado mientras volvía a bajar a mis labios, sus fuertes brazos me llevaron a una nueva posición, en la que ambos nos encontrábamos sentados pero mis glúteos no se apoyaban en la acolchada cama, si no en él, tomándome del muslo no espero a juguetear con el final de mi vestido, lo arranco de mi cuerpo, y el choque entre su fría piel y mi cálida dermis solo avivó más la ensoñación, ningún textil además de mi corpiño separaba nuestros pechos, un suave beso se instauro en mis labios y por un momento toda acción ceso, solo éramos él y yo, en este aparentemente irrealizable instante, nuestras sienes descansaban en la del otro, sus brazos me envolvían y las agitadas respiración se acoplaban creando un solo irregular movimiento de cuerpos, el suéter que yacía a nuestro lado fue tomado por sus manos para finalmente ser vestida por él.
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Estuan Glacies.
Diversos"Todo gran amor deja tras de sí efectos devastadores." Bueno, bueno. Antes de que te bajes las bragas empezaré a decirte quién es él. Te haré un favor, linda. Te advertiré... el resto es tu lió NO EL MIO. Él ya actualizó su cuento de hadas, así que...
