El mago y el vampiro ( traducción )

Capítulo 33: El anillo magico

Durante el almuerzo, Harry aprendió que los vampiros no necesitan alimentarse todos los días.

Cuando Alice trajo un suntuoso banquete de Navidad, se sorprendió momentáneamente al ver que incluso los vampiros, que no necesitaban comer, sabían cocinar.

La familia Cullen se sentó junta alrededor de la mesa, pero solo él comía. Los demás simplemente comieron simbólicamente algunos bocados de ensalada o verduras.

Harry notó que sentados a su lado estaban Edward y Emmett, los dos hermanos, mientras que la posición de Jasper Hale era la más alejada de él. Lo había notado en la cafetería de la escuela; El distante vampiro rubio, aunque estaba más dispuesto a hablar con él después de conocer su condición de mago, nunca se acercó demasiado. En la escuela, él era el vampiro de la familia Cullen que se mantenía más alejado de los humanos.

Harry inmediatamente recordó algo que Edward le había dicho; Jasper era una incorporación relativamente reciente a la familia de vampiros Cullen. Supuso que tal vez Jasper no era tan competente en controlar su sed...

En cuanto a los otros miembros de la familia Cullen, generalmente no hubo problemas. El menos tentado por la sangre humana entre ellos debe ser Carlisle Cullen. Como médico jefe del Hospital Forks, este apuesto patriarca sin duda había visto mucha sangre humana durante las cirugías, o tal vez Esme tenía mejor control sobre él.

Los demás... siempre y cuando no vieran sangre directamente o se acercaran demasiado a los humanos en formas como besos o abrazos prolongados, probablemente no habría ningún problema. Por supuesto, esto último era menos probable, ya que todos tenían sus parejas.

En cuanto a Edward... había superado en gran medida este problema por sí mismo.

Volviendo a sus sentidos, Harry se dio cuenta de que sus viejos hábitos de Auror, que habían estado inactivos durante tanto tiempo, de repente resurgieron.

Quizás al darse cuenta de que los vampiros sentados a su alrededor eran la familia más cercana de su novio y que pasaría más tiempo con ellos en el futuro, el ex Auror finalmente comenzó a observarlos. Después de todo, ya no era sólo un niño pequeño; El primer paso para llevarnos bien era entendernos.

Pero esta era la hora del almuerzo, no la hora de los Aurores. Y él era el único que comía, lo que hizo que Harry se sintiera algo incómodo.

Supongo que necesito tiempo para acostumbrarme, pensó el chico de ojos verdes.

Finalmente, la incómoda hora del almuerzo terminó, y Harry no podía esperar para seguir a Edward por las escaleras que conducían al sótano de la casa Cullen.

Antes de esto, Harry había arreglado con Carlisle. El amable patriarca le había pedido que fuera a su oficina media hora más tarde, donde le proporcionaría información sobre los magos.

"¿Harry? ¿Me escuchaste?" La voz de Edward lo trajo de vuelta a la realidad.

"Sí. Lo que quiero decir es que ya estoy lleno. Y estoy muy interesado en esas antigüedades y cosas así", le dijo Harry a Edward "sinceramente".

"Pero para un chico humano de diecisiete años, has comido muy poco", dijo Edward seriamente.

"Edward, estás canalizando a Charlie otra vez", replicó Harry, molesto, luego suavizó su tono, "En realidad, estoy lleno, de verdad".

"Está bien, lo tengo", admitió Edward.

Harry sabía que sus suaves súplicas siempre funcionaban en Edward Cullen. Así como no pudo resistirse cuando Edward le habló en un tono gentil.

Las escaleras que conducían al sótano de la casa Cullen eran bastante profundas y no tenían luces.

Edward tomó la mano de Harry y le explicó: "Las luces de las escaleras se rompieron hace un tiempo y como nuestra visión nocturna es buena, no nos hemos molestado en arreglarlas. Pero no te preocupes, las luces del sótano están bien. Mira, no planeamos traer humanos aquí para una visita, o incluso si los humanos vinieran como invitados, no los traeríamos aquí. De hecho, traerte aquí fue sugerencia de Carlisle porque pensó que, siendo un mago, podrías como nuestra antigua colección."