Un doce para el doce

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Haymitch:

Después de comer acompañamos a Katniss y Peeta a la sala de espera de las sesiones privadas. Nos despedimos y volvemos al pent-house.

-Es un detalle que quisieras venir también a acompañarlos.

-Bueno...- digo yo pulsando el botón del ascensor.- también quiero estar con ellos lo máximo posible.

Ella asiente.

Se abre el ascensor y entramos.

-Pues... Si mañana les damos el día libre ¿qué hacemos nosotros?-le pregunto pulsando el doce.

-Pues... No había pensado en eso, si quieres puedes ir a comer con Chaff.

-¿Tu has quedado con alguien?

-Pues, no, lo verdad. ¿Por qué lo preguntas?

-Porque creo que nosotros también necesitamos un respiro princesa. No solo porque llevamos toda la semana buscando patrocinadores, si no porque el hecho de que los chicos vayan a la arena nos está destrozando. El otro día me dijo Peeta que no tenías el brillo de siempre, y yo estoy haciendo un esfuerzo sobrehumano por no beberme una botella cada hora.

Ella mira al suelo cansada y triste.

-Bueno...¿Y qué sugieres?-pregunta ella intrigada mirándome con esos enormes ojos azules.

-Pues.... Podríamos... Pasar el día juntos. No como el resto de días, me refiero a hacer algo diferente.

Ella solo me mira sorprendida así que  prosigo contándole mi plan.

-Podrías enseñarme alguna parte del Capitolio que te guste....Pero que no tenga que ver con los juegos por favor. Podríamos comer fuera, y después cenar en el pent-house, solos.-digo algo nervioso al remarcar esto último.

-Vaya... Si que lo has pensado.-dice sorprendida.

-No se... Solo... Quería hacer algo para olvidarnos de todo y pasar un tiempo de calidad juntos. Solo si tú... También quieres.

-¿Me estás pidiendo una cita Haymitch?-me pregunta divertida.

-Depende.-digo yo sorprendido por su atrevimiento a decirlo en voz alta.

-¿De que?

-¿Tu quieres que lo sea?-le pregunto. Lo que estoy proponiéndole está prohibido así que necesito saber que ella está dispuesta a correr el riesgo conmigo.

-Quizás...-me contesta. Eso equivale a un sí teniendo en cuenta la delicadeza del asunto.

-Pues entonces, quizás lo sea.-digo sonriendo.

En ese momento se abren las puertas y mi sonrisa se borra al ver quien está en la puerta del pent-house.

Remo. Nada más salir del ascensor, él se acerca a Effie.

-Effie ¿te dio mi número tu.... compañero?-dice mirándome con los ojos entrecerrados.

-Si. Pero ahora no tengo tiempo para relajarme ni estar con nadie.-dice sin detenerse y entrando al pent-house. Me sujeta la puerta para que pase y después le corta el paso a él.

El antes del despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora