El antes del después

Peeta

Effie:

Me despierto pronto antes que Haymitch. Intento levantarme sin despertarlo ya que por una vez duerme tranquilo. Salgo de entre sus brazos y me visto. Hoy iré a ver cómo está Peeta y a terminar los planos del Capitolio. Cada vez los rebeldes están más cerca del Capitolio y debo terminarlos.

Cuando me visto meto el brazo en el agujero de la pared que marca el horario en mi brazo. Lo primero que me marca el horario es ir a la sala de mandos.

Me acerco a la cama donde Haymitch sigue durmiendo sereno, no quiero despertarlo pero debe de seguir su horario también. Además está noche ha dormido sin despertarse ni una vez, así que no me siento tan culpable cuando lo zarandeo ligeramente.

-Haymitch.-susurro.

Este abre los ojos con pesadez y pereza. Yo sonrió como una tonta por lo feliz que me hace que no se despierte sobresaltado y con pesadillas si no más normal, más tranquilo, como debería ser siempre.

-Buenos días.-digo dulce mientras él intenta mirarme evitando la luz.

Me coge y me tira a la cama para después abrazarme.

-¡Haymitch!- me quejo.-me acabo de vestir me vas a arrugar la ropa.

-Mmmm- gruñe el con el ceño fruncido.-Vamos a dormir un poco más.

-Tenemos que levantarnos, ya es la hora. ¡Y suéltame que se me está soltando hasta la bandana!

-tsssss,  al final se te va a arrugar la cara de tanto refunfuñar.

-Y tú vas a llegar tarde a tus deberes y Coin te llamará para echarte la bronca.

-Puaj...-dice soltándome por fin.-No quiero verle la cara a esa mujer hoy.-dice abriendo los ojos por fin y comenzando a levantarse.

Yo me levanto fastidiada e intento arreglar mi ropa en el espejo.

-No tienes remedio de verdad.-digo suspirando cuando terminó de arreglarme.

Él ya se está empezando a vestir.

-Tengo que irme, nos vemos en el desayuno.-digo yo acercándome a él.

Nos damos un beso, uno que me hace pensarme dos veces el irme a hacer las cosas que debo hacer. Nos separamos lentamente y apoyamos nuestras frentes en la del otro.

Los dos sonreímos como estúpidos, la sensación es rara, ya que nunca habíamos estado así, tampoco hemos hablado específicamente de que seamos pareja. Es raro pero eso no quiere decir malo, si no nuevo, diferente y emocionante.

-Nos vemos luego.-digo dándole otro beso algo más corto antes de abandonar la habitación.

-Hasta luego princesa.-me dice.

Plutarch:

Los médicos han vuelto a sedar a Peeta ya que se estaba haciendo daño con las ataduras.

Me quedo mirando el cristal. Le he intentado prometer lo imposible a Katniss, que curaremos a Peeta. Está claro que lo intentaremos pero nuestros médicos no saben ni por dónde empezar. Aún así tengo esperanza. Puede que tenga que estar aquí, en este estado hasta que ganemos la guerra, pero estoy seguro de que cuando estemos en el Capitolio hallaremos la manera de curarlo, hallando exactamente cómo lo enfermaron mentalmente en primera lugar.