Bunker

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Plutarch:

Katniss sale corriendo a buscar a su familia en cuanto suenan las alarmas y Haymitch sale poco después a buscar a Effie. Es lo único que me hace no salir corriendo a mi, saber que la mantendrá a salvo.

-Tenemos que usar el ascensor.-sentencia Coin.

Es algo muy arriesgado, usar el ascensor en un bombardeo, pero nos lleva directos a la sala de mandos de los búnkeres y necesitamos tomar el mando de la situación. Además de que es la única manera de bajar a Beete. Tenemos que correr el riesgo.

Entramos Coin, Beetee, Boggs, el resto de generales y yo.

Boggs entra el último, mira a Coin después de suspirar y Coin asiente. Entonces pulsa el botón y todos entramos en tensión. Yo cierro los ojos con la puesta en movimiento y mientras inspiró hondo comienzo a contar los pisos que descendemos como una cuenta atrás. Noto las gotas de sudor cayendo por mi frente cuando vamos por diez.

Un poco más, solo un poco más.

Hay sacudidas y el ascensor chirría pero no se detiene.

Yo contengo la respiración y de repente, se detiene y se abren las puertas.

Yo inhalo una gran bocanada de aire a la vez que abro los ojos.

Todos salen rápido dejándome el último.

Trago saliva y los sigo cuando todo retumba con otra bomba. Esto no ha hecho más que empezar.

Effie:

Todo el mundo baja en fila serio, sin extremo pánico siguiendo las instrucciones. Yo intento hacer lo mismo que ellos aunque este temblando. Bajo por las escaleras más lenta de lo que debería por culpa de mis tacones. Por una vez me arrepiento de llevarlos. Todo es un descenso ordenado como los de los simulacros. Hasta que una bomba hace que todo se tambalee tanto que incluso una tubería debe de haberse roto porque comienza a caer agua y las luces se apagan.

En ese momento, el caos comienza.

La gente grita, corre y se empuja para llegar antes abajo. Yo me aferro a la barandilla ya que correr y empujar no es una opción. Con mis tacones me caería. Cierro los ojos y noto como las lágrimas se apoderan de mi. Nunca había vivido una situación así, y ahora que estoy en una situación así solo quiero que se acabe. Desde que llegué al trece no han parado de pasar situaciones así, esta guerra es una situación así. Solo quiero que acabe todo pronto.

-¿¡Pero que demonios haces!?-oigo gritar a una voz muy familiar.

-¡Haymitch!-exclamo girándome y aferrándome a él entre la multitud.

Estoy temblando más que un sonajero. Pero parte del miedo se ha ido ahora mismo. La gente sigue empujando asi que acabamos intentando no ser arrastrados en la esquina de la barandilla.

-¿¡Que se supone que haces parada!?

-No... No puedo correr, mis zapatos...-digo y él mira mis pies para después mirarme irritado.

Me obliga a levantar un pie y luego otro. Me quita los zapatos y los lanza por el agujero del medio de la escalera. Yo los miro caer hasta abajo con la boca abierta. No tengo más tacones, esos me los consiguió Plutarch.

-¿¡Has tirado mis zapatos!?-exclamo incrédula.

-Si, si, luego me regañas, ahora ¡Corre!-dice agarrando mi mano y tirando de mí escaleras abajo.

Corremos y llegamos a los búnkeres con tiempo de sobra. No éramos de los últimos, aún queda algo de gente bajando. Antes de entrar voy a buscar mis zapatos y Haymitch rueda los ojos. 

El antes del despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora