Mortal Kombat Fanfic

Can't get enough♡

Era un celoso.

De hecho, le molestaba mucho ver a su amante cerca de otras mujeres u hombres.

Era solo de él.

Su belleza, su poder, su carisma, sus besos, sus caricias, su amor; todo eso le pertenecía a Tremor.

Sabía perfectamente que era un hombre celoso y Johnny parecía hacer todo para molestarlo.

Veía como le coqueteaba a la General, paseándose con ella como si fueran pareja, cosa que no eran. Al igual que muchas revistas lo ponían en las portadas diversas fotografías de las modelos con las que salía y muchos paparazzi habían capturado al actor compartiendo cenas con algunos muchachos lindos.

Cage jugaba con fuego.

Y amaba quemarse.

Y estaba celoso.

Demasiado.

Sabía que Johnny lo estaba probando.

Después de salir en el noticiero de Los Ángeles, en revistas internacionales y en cualquier red social con una foto dónde besaba a una joven y le agarraba el trasero a su co estrella masculino.

Hacía ya casi dos semanas.

En todo ese tiempo había estado en el Cuartel de las Fuerzas Especiales

Hasta ahora, se enteró que el castaño estaba en su mansión de Beverly Hills, por fin lejos de esos bastardos del ejército.

No le importo cuándo Kabal le llamó argumentado que Kano tenía una misión para él, iba a dejarle en claro a ese niño rico quién era el que mandaba.

Burló la seguridad con facilidad, del amor que tenía nació una idea de luego ayudarle a mejorar su sistema de seguridad; paso el muro que dividía el jardín y la hermosa piscina.

Las luces estaban encendidas, pero no se veía a nadie, Cage no tenía sirvientes ni nada parecido, él mismo disfrutaba de asear su mansión –a veces con algo de ayuda de su amante– y hacer los quehaceres.

Pero no había nadie en el primer piso por más que inspeccionó, seguramente estaría en su habitación jalándosela.

Con cuidado y en silencio subió las escaleras, viendo bolsas de comida chatarra y algunas latas de cerveza a un lado de la puerta cerrada.

Escuchaba una canción pegajosa de pop del momento –Tremor no era de gustos musicales exigentes, usualmente escuchaba a Kano borracho con un banjo– y algunos jadeos bastante audibles.

Sintió como la sangre le hervía.

¿Había metido a alguien a su cama?

De un golpe la puerta se fue derribada.

Encontrándose a Johnny con unos llamativos shorts deportivos verde lima, una playera blanca sin mangas, con unas largas medias rosadas que le llegaban casi hasta la rodilla.

Sudaba un montón –tanto que su tatuaje se podía ver– mientras hacía una rutina de ejercicios que se reproducía en su lujosa televisión de plasma.

–¿Pero qué diablos haces? –el castaño tenía una cara de horror, su entrada repentina le había asustado.

–Johnny Cage.

El actor tuvo que detener la música, acercándose a su amante.

–Hey Big Boy no esperaba tú... Visita –le regaló una coqueta sonrisa.

–¿Con quién te acostaste Johnny Cage?

Su expresión no cambió, seguía sonriendo hasta planearle un besito en la máscara del secuaz de dragón negro.