Mortal Kombat Fanfic

Convalecencia Final

-Mmm ... -

Stryker dejó escapar un suspiro mientras se despertaba, saliendo de un sueño cálido y agradable. Lo primero de lo que se dio cuenta fue que estaba medio acostado sobre Kabal, con la cabeza apoyada en el pecho del otro hombre. Ambos estaban desnudos, una de las piernas de Stryker entre las de Kabal. Su brazo yacía suelto sobre la cintura de Kabal, y sonrió lentamente, apretando su agarre sobre su amante.

El sexo había sido increíble, como siempre. Conocían cada centímetro del cuerpo del otro, y ambos sabían exactamente cómo complacer al otro. Era muy raro que el sexo entre ellos no fuera increíble. Fue una de las ventajas de estar en una relación comprometida a largo plazo.

Kabal había ganado la lucha por el control, pero en lugar de superar a Stryker, había asumido un agresivo papel de fondo. Lo rematé desde la parte inferior. Una cosa era que a Stryker le encantaba estar con alguien que era tan puramente un cambio como él. Tomar el control no significaba lo mismo cada vez.

El hombre de pelo negro yacía de espaldas, todavía dormido. Respiraba con facilidad, el ventilador de la esquina de la habitación hacía muy poco ruido. La correa de nylon tejida estaba alrededor del cuello de Kabal, como siempre, conectada al ventilador. Cuando estaba en casa, Kabal usó un ventilador estacionario que permanecía en el dormitorio, una delgada línea de plástico que iba desde la máquina hasta su tubo traqueal. Era lo suficientemente largo como para dejarlo ir a cualquier parte del apartamento, y era lo suficientemente flexible y delgado como para pasar por debajo de una puerta cerrada si quería algo de privacidad, como cuando usaba el baño. Cada vez que salía de casa, se ajustaba el ventilador portátil, el que tenía en Outworld, a la espalda, reemplazando la línea de plástico con una más duradera de nailon y metal. Se podrían conectar cuatro latas de oxígeno líquido al ventilador portátil, que duraría unas pocas semanas si se usara de manera continua. Había muy poca preocupación de quedarse sin oxígeno mientras él estaba fuera, a menos que saliera con un suministro casi vacío para empezar. Kabal no era estúpido, así que nunca lo hizo.

Como la dependencia de Kabal de los ventiladores se produjo en la lucha para salvar Earthrealm, los gastos médicos incurridos por el manejo de su condición fueron pagados al 100%, sin gastos de bolsillo para Kabal. La ciudad pensó que era lo menos que podía hacer por el hombre herido. Entonces, Kabal nunca tuvo que preocuparse por pagar por el oxígeno que necesitaba, y por eso, tanto él como Stryker estaban agradecidos.

Stryker se movió separándose de Kabal, acostado de lado para poder ver a su amante dormir. Ociosamente, jugó con algunas de las largas hebras negras que yacían sobre la almohada. Siempre había amado el cabello de Kabal. Era grueso y brillante, y muy suave. A Stryker le gustaba pasar sus dedos por la densa melena siempre que podía, y a Kabal le gustaba jugar con su cabello. Fue una situación de ganar-ganar.

Su mirada recorrió la cara, el cuello y el pecho de Kabal, observando las extensas cicatrices. Aunque trató de no mostrarlo, de hecho había sido devastado por las heridas de Kabal. Él nunca se vería igual, nunca sonaría igual. Aunque no era para él mismo. Fue porque estaba muy consciente de cómo Kabal se vio afectada por su mutilación, lo mucho que impactó su visión y respeto por sí mismo. Le había costado bastante convencimiento a Kabal creer verdaderamente que a Stryker realmente no le importaba su aspecto.

Y era verdad. Era el mismo Kabal dem que Stryker se había enamorado, solo que en un paquete ligeramente diferente. El hecho de que Kabal estuviera vivo y (en su mayoría) sano era lo único que le importaba a Stryker. Lamentó las heridas de Kabal, no porque le hicieran amarla menos a Kabal, sino por el dolor que causaron al otro hombre, tanto la agonía de su ardor como la inseguridad persistente que ahora lo atormentaba. Stryker también sabía que las cosas nunca volverían a ser lo mismo para ninguno de los dos, y aunque también lo lamentaba, estaba decidido a no dejar que eso afectara sus sentimientos hacia su amante.