Mortal Kombat Fanfic

だ い す け く ん が 恋 し い ♡

Gimió, haciendo que llamas surgieran del suelo y cubriesen su cuerpo.

Las lágrimas no podían salir de su ojos pero si sus gritos cuando se acercó a esa silueta caída.

Aulló de dolor, como si fuera su cuerpo el decayese y perdiera toda esencia de vida.

Scorpion observa en la distancia –a una prudente, no sabe qué diablos pasa– solo había venido al presente para tomar venganza por su clan, se suponía que había llegado para tomar al amor de su vida entre sus brazos y besarla de nuevo.

Sin embargo, sentía un déjà vu.

Vio a Hanzo Hasashi con el cuerpo moribundo de un hombre abrazándolo mientras le rezaba que estuviera con él, que no se fuera, que no lo dejase solo de nuevo.

Sintió remordimiento.

Un dolor fantasmal se extendió por su pecho y sin darse cuenta ya estaba tomando el hombro de Hanzo.

Los ojos oscuros del hombre se encontraron con los del espectro.

Perdieron a Satoshi, perdieron a Harumi y ahora perdió a Kuai Liang.

Se suponía que su venganza era contra Sub-Zero, debía sentirse agradecido por ver muerto al Lin Kuei. Pero su yo del futuro solamente lamentaba la pérdida y él... Él solo sentía ira contra D'vorah.

–Se ha ido –el demonio de fuego se arrodillo junto a Hanzo.

–Kuai Liang es un hombre fuerte –declaró firme, con pesar en la voz.

Scorpion no respondió, conocía muy bien el calvario por el que pasaba su contraparte del futuro; el Gran Maestro Hanzo Hasashi supo cómo superar la muerte de su familia.

El espectro vengativo no.

No podía decir nada.
No podía hacer nada.

La sensación de fracaso y pérdida eran familiares, reconocía esa mirada en Hanzo.

Estaba dispuesto a todo, volvería a vender su alma al brujo con tal de vengar la muerte de su adorado Kuai Liang.

Y el espectro ahora entendía.

Por eso es que Sub-Zero se quedó y lucho hombro con hombro con el Shirai Ryu –algo que ni en sus más retorcidos pensamientos hubiese visto–, sintió en carne propia el hielo y el fervor de Kuai Liang por proteger a Hanzo.

Habían sido implacables en batalla, complementándose perfectamente. Eran imparables.

Hasta que la Kytinn vio una oportunidad y envenenó al Cryomancer en un descuido de este al detener la pelea cuando el japonés hablaba con su contraparte más joven.

Sub-Zero se desvanecía entre los brazos de su par.

Le sonrió, parpadeando de forma lenta.

No hablaba, no porque no quisiera.

Su relación como enemigos fue en base al silencio y el rencor, su relación como pareja fue opuesta; eran comunicativos y cariñosos.

Habían encontrado el balance perfecto a pesar de ser fuego y hielo.

–Wǒ ài nǐ.

Le susurró con sus últimas fuerzas, antes de dar su último respiro.

Scorpion supuso que era el lenguaje materno de Sub-Zero sin embargo, desconocía su significado.

Pero para Hanzo, esas palabras tenían un significado profundo.

Tundra.

Sub-Zero.