Mortal Kombat Fanfic

Espejo de caballeros

Era una noche tranquila en Seido, no obstante, el guardián del orden se encontraba incapaz de ignorar una profunda sensación en su pecho, la cual le advertía que pronto sucedería algo terrible. Deseaba confiar en aquel instinto que fue desarrollándose a través de los años, el que logró empujarlo a reaccionar bajo situaciones que su mente lógica no era capaz de concebir, ni siquiera en sus peores pesadillas. Fue esta sensación la misma que lo acompañó los segundos previos al momento en que perdió a sus compañeros más cercanos en toda su vida, primero a Havik, el seidan más rebelde, pero a su vez el más apasionado en defender lo que creía; luego fue a Dairou, un hombre brillante, talentoso y por sobre todo fuerte, que incluso al renunciar a su moral inicial en busca de venganza, se mantuvo firme y le dejó claro al mundo que no todo le fue arrebatado. Este temor que recorría su cuerpo como un escalofrío siempre lo puso alerta, siempre...con una sola excepción, hace mucho tiempo, cuando era tan solo un niño y conoció el duelo por primera vez. Ese momento quedó incrustado en su memoria para siempre, lo recordaba perfectamente y podía rebobinarlo cuantas veces su mente quisiera atormentarlo.

Había una parte de aquel recuerdo que parecía ser definitorio, justo antes de que decidiera ir través del reino que marcó su destino para siempre, era el titubeo de otro compañero de guardia, que dudaba de arriesgarse frente a lo que parecía ser peligro, aquel hombre probablemente presintió lo mismo que él ahora, algo malo va a pasar, algo... Y entonces una lanza, dos, que lo llevaron hasta aquí, que lo convirtieron en un guardia reconocido y representante del Senado en otros reinos. Hotaru se prometió que nunca ignoraría a su instinto.

Pero ya habían pasado varias horas y no existía ni la más mínima señal que indicará un crimen inminente, algo inusual dentro de la sombría ciudad. La mayoría de las personas estaban durmiendo ya en sus hogares, uno que otro espectro rebuscaba entre la basura y los "criminales" más necios por fin abandonaban sus intentos de pelea que duraban hasta altas horas de la noche para dejarse arrestar sin ser asesinados en el proceso.

Estaba seguro de haber inspeccionado cada uno de los recónditos lugares de Seido y todos se presentaron sin novedades. Si quería conseguir unas míseras horas de sueño antes de tener que levantarse y empezar un nuevo día como su puesto en mediador entre el permanente de los reinos del segundo perfil, debía retirarse hacia su morada, pero se aferraba a esa pequeña posibilidad de que hubiera algo que se le escapara. En ese instante su debate interno fue interrumpido por la voz de su nuevo compañero.

—Has estado rondado la ciudad lo suficiente, falta poco para el amanecer.– Le recalcó el hombre que se detuvo a su lado.

—Estoy seguro de que algo puede ocurrir esta noche Darrius, me quedaré despierto si es necesario.– respondió el guardián sin dejar de mirar su entorno.

—Hotaru... Sin intención de sugerir que actúas de forma paranoica.– carraspeó —No ha habido evidencia de actos criminales que puedan suceder hoy. Además, debo recordarte que mañana temprano tienes agendada una reunión importante. A menos que desees pasar vergüenza frente al parlamento y el senado, te aconsejo que duerma un poco.– Ahí estaba aquel tono de reprimenda, que sin importar cuánto Hotaru hubiera avanzado, Darrius jamás se retenía de regañarlo cuando era necesario.

Hotaru lo consideró por un segundo, tenía que admitir que el hombre negro tenía razón y también estaba el cansancio que inevitablemente hacía que sus ojos se cerraran contra su voluntad, quizás la mejor opción era retirarse por hoy, después de todo, si algo relevante ocurría mientras dormía, algún otro guardián le avisaría e inmediatamente reaccionaría para salir, sino es que antes alguien acudía. Solo podía esperar que ojalá ese no fuera el caso y consiguiera descansar hasta el otro día, porque la verdad, era que lo necesitaba.