Mortal Kombat Fanfic

Ojos (Reptile/Erron Black)

Reptile se sobresaltó de una siesta al mediodía por un gemido profundo y frustrado. Se sentó en la litera y parpadeó la somnolencia de sus ojos, buscando a su pareja a su alrededor. Erron Black no estaba allí, pero escuchó a su compañero caminar frenéticamente en la habitación contigua.

El saurian no pudo evitar la sonrisa divertida que cruzó su rostro mientras se levantaba de su cama y caminaba hacia la habitación contigua a la de ellos. El pistolero caminaba de un lado a otro, un pequeño cuerpo acurrucado en sus brazos y contra su brazos. Estaba balanceando suavemente el pequeño de un lado a otro, murmurando para sí mismo sobre ser un padre terrible, y cómo no podría haber notado esto antes.

—¿Salazar?

—¡Está enferma! ¡Nuestra niña está enferma, mírala! Los ojos de nuestra niña son... son... –

Syzoth caminó hacia adelante y colocó una reconfortante zarpa en el brazo de su amado, sacudiendo su cabeza de buena gana. Ya sabía a qué se refería su compañero.

—Ella va a estar bien, Salazar. Ella se está desarrollando normalmente. –

—¿¡Llamas a esto normal!? – el humano casi chilló mientras empujaba a su hija en la cara del rapaz. —¡Un ojo es más tenue que el otro! ¡Eso es un signo de una enfermedad grave o un problema de desarrollo! Estoy contactando a Cage para que le haga un análisis completo. –

Reptile sonrió y tomó a su pequeña niñ en sus brazos, sintiéndola retorcerse contra su pecho. Chirrió suavemente, mirando a su padre con atención. Reptile la hizo saltar arriba y abajo en sus brazos, pego sus labios a los oídos de la menor y le habló con un tono suave: "Ya le pregunté a Vorpax acerca de tus extraños ojos; ella dice que estarás bien. Las juntas entre nuestras especies son más comunes de lo que crees, mi niña. Este es un rasgó común que pasará con el tiempo."

Ella solo chilló más fuerte con solo escuchar a su padre.

—Voy a llevarla ahora mismo con Cage, para que pueda revisarla, devolvérmela ahora o para que Becrux y Shinnok me ayuden.

—Black. – Reptile se rió entre dientes, su hija agarró las placas de su armadura y gorgojeo suavemente. Miró entre sus padres con amplia sonrisa. —Estás reaccionando de forma exagerada. Ella estará perfectamente bien. Es un rasgo normal en las crías mestizas, especialmente en aquellas tan jóvenes como ella.

—¿Y cómo lo sabrías? ¡No eres un médico! –

—Es cierto, pero ya hice que Vorpax la revisará. Tiene más rasgos de mi especie, se lo que puede tener. – Reptile le sonrió a su compañero, sofocando la risa ante la mirada asesina por parte de su amante. —Explicó que es completamente normal que las crías tengan un ojo más claro que el otra, ya que eso significa que ambos ojos se están adaptando a su ambiente y las membranas protectoras se están desarrollando a diferentes ritmos. Es solo si persiste por más de medio año donde deberíamos preocuparnos.

Erron Black parecía molesto por el hecho de que su pareja había ido a ver a una bruja antes de consultarlo o llevarlo con él. ¡Él era el padre, después de todo! El humano simplemente le la niña de los brazos a su compañero y dijo:

—Todavía me gustaría una segunda opinión. Una de alguien que yo conozca.

—Sí, un médico que nunca ha tenido experiencia con crías que no sean la que estás sosteniendo. – respondió Reptile mientras arqueaba una cresta óptica. —Cuando Zeus estaba ayudando a Vorpax a dar a luz a nuestra hija, echó un vistazo a todo, se desmayó casi en el momento.

—No recuerdo eso, entonces, ¿Cómo sé que es verdad? –

—Por supuesto que no lo recordarías; estabas demasiado ocupado gritando, amenazando con arrancarme los hemipenes y asegurarte de que me los tragará. "¡Estoy así por tu culpa!" –

Su hija gorjeó en voz alta, exigiendo su atención. Ella se acurrucó contra el corazón palpitante de su padre, amasando sus manos en su pecho. Erron Black la miró y tomó su cabeza suavemente. Reptile notó que tenía la misma expresión de asombro en su expresión que tenía cuando Ratchet la había colocado, mojada, chillando y recién nacida, en sus brazos. Envolvió sus brazos alrededor de su hermosa hija, gorjeante y chirriante entre ellos.

—Nunca había tenido miedo de perder nada hasta que descubrí que ella estaba allí. – la voz del humano era baja, en un susurro asustado que Reptile nunca le había escuchado usar antes. El rapaz levantó una mano, acariciando suavemente el rostro del otro, limpiando las lágrimas que goteaban de sus ojos y corrían por sus mejillas.

—Ella esta bien. Verás; dentro de un año, sus ojos estarán abiertos de par en par y podrá ver. Y no estarán de manera desigual. Si tenemos suerte, podría tener tus hermosos ojos.

Salazar apretó a la pequeña cría más cerca de su pecho, inclinándose en el abrazo de su pareja. El humano suspiró derrotado y acarició las mejillas redondas de su primogénita. Ella siseo y extendió sus pequeños servos, agarrando sus dedos con sus pequeñas garras.

—Bien. No la llevaré a las Fuerzas Especiales ahora mismo. Pero si se revela que ella estaba realmente enferma o que tiene un problema de desarrollo. – sus ojos miraron a los del saurio. —Te arrancaré los pitos y la hundiré en tu garganta. –

Syzoth se echó a reír, y la menor gorjeó a sus padres.

—No dudo que lo vayas a hacer. – respondió besando su mejilla.