Mortal Kombat Fanfic

We say no!♡

Algo que el forajido del Outworld jamás iba a entender era un no.

Mujeres y hombres no se resistían a sus "encantos", muchos habían dibujado su silueta en la cama del ex-dragón negro –tampoco es como si a él le molestase hacerlo en el mismo lugar, se consideraba como alguien obsceno– y otros cuantos habían avanzado un poco más en la relación, pero estos nunca duraban tanto como para que el mercenario dejase esa peligrosa vida.

Estaba de más decir que era bastante coqueto –por no profundizar en el tema–, esa era una de las razones por las cuales Erron Black consideraba que podía tener cuanto quisiera.

Tan solo unos pocos habían puesto resistencia ante sus atenciones y halagos, sin embargo, todos habían caído (tarde o temprano, nadie se iba a resistir) a excepción de uno.

Bueno, ni siquiera él sabía si podía llamarlo como "uno" o "unos".

Ermac era alguien bastante difícil para ser sinceros y uno de los problemas que tenía era si podía llamarlo como un "él".

El espectro era su dolor de cabeza más reciente.

Se resistía a todo.

–¿No quieres salir de aquí? –ese fue su primer acercamiento al Señor de las Almas.

–No.

Fue tan directo y serio que el castaño no tuvo tiempo ni siquiera para procesar su rechazo antes de ver a Ermac discutiendo algo sobre las defensas de la ciudadela con el Kahn.

Era la primera vez, seguramente la segunda vez podría atraparlo.

En especial ahora que se encontraba revisando unos documentos.

–¿No quieres acompañarme al Earthrealm?

–¿Irá Kotal Kahn? –despertó su curiosidad.

–Solo tú y yo –sonrió bajo la máscara.

–No.

Entonces parpadeo confundido, ¿en serio?

De esta no se podía escapar, Ermac intentaba alejarse del mercenario.

Que "no" más vacío y lleno de indiferencia.

–Hey –lo siguió por detrás, aun confundido por verse rechazado por segunda vez.

–Sí nuestra salida no es con fines políticos o servicios al Kahn entonces no aceptaremos.

–No haremos nada aquí –dijo refiriéndose al palacio–; podríamos salir.

–No te acompañaremos a ningún lugar.

Apretó la mandíbula, no entendía por qué era tan... inexpresivo –¿no se supone que hay diez mil almas atrapadas ahí, todas eran aburridas acaso?– pero, los retos siempre han sido su entretenimiento preferido.

No iba a rendirse tan fácil, claro que no.

–¿Estás seguro? –acomodo su sombrero sutilmente sin apartar la vista del espectro.

–Estamos seguros de nuestra respuesta –respondió con cierta molestia.

–Supongo que no te importará si invito a Reptile –se dio media vuelta, caminando afuera del enorme salón.

El espectro no le hubiese dado mayor importancia si es que lo que proponía –"salir", eso era una cita, algo personal– chocaba con un horario de trabajo establecido y afectaría a uno de los confidentes del Emperador.

–Reptile no irá contigo a ningún lugar –rápidamente fue tras el vaquero.

–¿Y quién dijo que sería ahora? –siguió caminando, sonriendo bajo la máscara–. Yo sabré cuándo lo haré montar mi caballo.