Mortal Kombat Fanfic

Fixed

De la nada se despierto de repente. El espacio desarticulado se convierte en cohesión, hay fisicalidad, hay consciencia, hay un dolor incomprensible, luego hay un suelo frío y duro debajo de él.

Jadea con consciencia. Él abre los ojos y levanta la cabeza antes de que pueda recordar, la inquietud de la discordante transición a la existencia mengua rápidamente. Las luces invaden su visión, pero es silenciosa. 
Cuando su vista comienza a enfocarse, se pone de rodillas y trata de observar su entorno. Estaba de pie sobre una roca pulida, un piso que se deslizaba en un patrón artístico, pero se agrietó y se hizo añicos y sobresalió entonces en ... la nada, no muy lejos de él. Alguienl lo mira, luego mira a arriba, a la luz que diverge en millones de estrellas.

Inestablemente, Raiden se recupera y se levanta. Los giros en su cabeza empeoran cuando intenta comprender todo. No sabe dónde está. De donde vino. No puede recordar... nada.

Un revuelo entre la bruma lo alerta. Parpadea ante una figura pálida de blanco, se apartó de él y se paró a unos pasos de distancia. 
Sin saber qué hacer, Raiden se atreve a dar un paso adelante, y se anima y gira para mirarlo. 

El pecho de Raiden se contrae. El reconocimiento lo golpea de la nada. 

Shinnok

–Oh ... Has encontrado el camino de regreso aquí – Sonrió Shinnok

Raiden se da cuenta de que el dios parece mas joven, sin arrugas o ese auge de muerte que siempre cargaba, quizás puro por así decirlo, tal vez más joven de lo que lo había visto cuando lo conoció. La alarma y la confusión se erizan en su mente ... luego se desvanece en el resto de lo desconocido. No puede recordar por qué sintió miedo, o si alguna vez había visto al dios de otra manera.

El retrolavado lo deja solo más confuso. Tímidamente, continúa caminando hacia el dios que mantiene su sonrisa.

–¿Qué es 'aquí'? – Pregunta con duda Raiden.

La sonrisa se desvanece. Shinnok suspira y mira hacia arriba nuevamente. Raiden sigue sus ojos y ve ahora que el espacio a su alrededor está cambiando: agrietamientos, despliegues, fusión, colapso era todo lo que podía ver.

–Escombros del último mundo. Algunas cosas se quedan atrás, inevitablemente. – Declaro el contrario mientras veía lentamente como varios objetos que quedaron de la guerra como una gorra policial y un cráneo Zaterrano se desvanecían en arena, flotando a la deriva del espacio lentamente para perderse en este sin la oportunidad de volver o recuperlos –Las arenas del tiempo se deslizan por las grietas del reloj. – Shinnok levanta una mano hacia el cielo. El caos parece que podría estar a unos centímetros de la punta de sus dedos.

–Y aquí nuestras almas descansan, hasta que el espacio y el tiempo se recristalicen para comenzar de nuevo. –

La luz dorada pulsa la piel del dios. Shinnok baja su mano hacia el hombro de Raiden; el contacto hace que este se ponga rígido, pero la energía que irradia es cálida y le envía punzadas de familiaridad y calor.

–No siempre terminas aquí, conmigo, quiero decir. Creo que puede depender de nuestra cercanía en la línea anterior. La gravedad creciente y menguante de nuestros puntos fijos. –

Algo se agita en la mente de Raiden. Shinnok le sonríe de nuevo, pero débilmente, como si estuviera esperando algo o sosteniendo algo. Sus ojos están muy abiertos y llenos de súplica.