CAPITULO TREINTA Y NUEVE

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- ¿Estás listo? - Preguntó Kim desde la puerta de su casa; la sostenía abierta para que Porchay pasará.

Él también había decidido volver a su nombre real. Después de la entrega de chaquetas a Porsche y Pete se dió cuenta que necesitaba empezar a cambiar él también.

Había pasado demasiados años siendo alguien que no era. Aunque solo era el nombre, él sintió que vivía de una manera que su madre no aprobaría. Siempre les enseñó que debían hacerse responsables por sus actos y ellos no lo habían hecho. Huyeron y se ocultaron. Entendía que debía ser así para esta a salvó, pero no por eso tenía que gustarle.

Ahora una nueva oportunidad comenzaba y él estaba listo para eso; solo debía hacer esto primero y su nueva vida comenzaría.

- Sí - Chay le sonrió tiernamente a Kim.

- Chay ¿puedo hablar contigo un momento? - Porsche lo llamó antes de que Porchay saliera.

- Ve. Te espero en la motocicleta
- aseguró Kim.

Chay siguió a su hermano a la cocina. Se imaginaba lo que él diría. No estaba de acuerdo en nada de lo que él estaba haciendo.

- ¿Cuánto tiempo más, Chay?

- Solo dos semanas más - susurró.

- No puedo seguir ocultando esto de kinn.
Entiende - Porsche se revolvió el cabello frustrado - tendrá consecuencias, Chay
¿Eres consciente de eso?

- Porsche. Solo te pido dos semanas más - rogó con la mirada desesperada.

- Bien. Bien. Deja de mírame así - pido Porsche - no estoy de acuerdo con esto. Me callaré pero bajo protesta - y con eso dejo un beso en la cabeza de su hermano y salió de la cocina dejando a Chay solo.

Media hora más tarde Kim miraba a Chay con una sonrisa de satisfacción iluminando su rostro.

Chay comía sus palomitas de maíz mientras veía la película muy concentrado.

Un grito estalló en el cine.

Chay giró la cara y la metió dentro del cuello de su acompañante mientras apretaba el chaleco de cuero fuertemente con su mano.

- Debimos ver otra película - susurró Kim en el oído del tierno chico. Su voz ronca, casi sexy hizo que Chay suspirara con nerviosismo.

- Está bien. No me asustó - declaró Chay alejándose un poco del calor del cuerpo de Kim. Este negó mientras sonreía. No podía con este niño. Era totalmente testarudo. Pero como le gustaba.

Cuando la película terminó fueron a cenar. La noche era fría pero no tanto estos últimos días. Parecía que la primavera estaba llegando.

El teléfono de Chay sonó, pero este lo ignoró dejándolo a un lado en la mesa del restaurante.

Volvió a sonar y él prefirió apagarlo. Está noche era para Kim. Todo lo demás podía esperar.

-¿Todo está bien? - preguntó Kim sintiendo que Chay le ocultaba algo. Hacía días notaba que este no atendía las llamadas de su amigo, Ta en su presencia.

-Si. Nada importante.

Kim decidió dejarlo pasar, por ahora.

Siguieron comiendo y hablando de cosas sencillas. La película, que si lo asustó, pero que le gustó mucho. De que ya tenía sus papeles en orden con su verdadero nombre y apellido. Todo gracias a los contactos de Magui. Kim solo podía escuchar todo lo que Chay decía.

- Eso es genial - dijo alegremente Kim.

- Si. Lo es - estuvo de acuerdo Chay.
- termine - dijo a continuación dejando los cubiertos sobre el plato. Quedaba comida aún, pero él no tenía mucha hambre. Más bien parecía querer algo más. Sus ojos vidriosos llamaron la atención de Kim
- ¿podemos ir a otro lado?

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