Dogs From Hell M.C

CAPÍTULO TREINTA Y SIETE

Vegas se acercó a Ian con cuidado. Era de noche y estaba saliendo de un bar; este nunca lo vio venir, ni lo escucho. Estaba tan borracho que no podía mantenerse en pie.

Desde que su tío Ismael había muerto a manos de Vegas y su M.C, y su otro tío por parte de madre; el oficial de policía le había dicho que no volviera a aparecerse frente a él; Ian se encontraba solo. Nunca imaginó que su vida se convertiría en una patética excusa.

La noche era muy oscura y fría en esa época del año. Las personas no salían de sus casas debido a las bajas temperaturas.

Las luces detrás del callejón del bar no eran las mejores, por lo que cuando Vegas lo jalo del brazo y lo empujó dentro de la camioneta nadie los vio e Ian ni se inmutó debido a la borrachera que tenía.

Vegas sonrió ante lo irónico de la situación. Ian estaba dirigiéndose hacia su muerte y ni siquiera lo había notado.

- ¿Puede ser más imbécil? - acotó US. En realidad era una pregunta retórica.

- Ni que lo digas, bebé - de todos modos JJ contestó. Él iba en el asiento de acompañante y US conducía.

Vegas se veía complacido con el resultado

Los tres y su invitado especial se pusieron en marcha.

Este era el final de Ian Creed

Dos horas después Ian despertó por el golpe de agua helada en su rostro.

Vegas tomó otro balde con agua y se lo echó también.

Ian tomó grandes bocanadas de aire. La borrachera había disminuido y ahora observaba la situación en la que se encontraba.

- No puedes hacer esto, Vegas - su voz fue un susurró alto.

Vegas sonrió.

- ¡SOY UN MALDITO OFICIAL DE POLICÍA! - aunque gritó las lágrimas comenzaron a caer por la cara de Ian.
Temblaba ligeramente y el sudor corría por su espalda aunque el frío era fuerte. Sus ojos veían a todos lados en busca de ayuda.

JJ y US se habían quedado en la camioneta una vez que pusieron al hombre dónde Vegas lo quería.

Esto era algo que Vegas deseaba hacer solo.

- Eres un maldito - escupió Vegas lleno de rabia. - Vienes a mi isla, te metes con mi hombre. Le pides que me maté y lo coaccionan con su familia para que lo haga.

- Él fue mío primero.

Un golpe certero con el puño cerrado dió de lleno en la mandíbula. Cayó hacia atrás con la silla y todo.

Vegas se limpió los nudillos y levantó al hombre que ahora sangraba por la pérdida de un par de dientes.

- Pues él es mío ahora.

- ¿Crees que será para siempre? - Ian no sabía cuándo mantener su maldita boca cerrada - también te va dejar cuando no te necesite.

- Seré el que cambie eso y seré el último con quién Biu esté - declaró Vegas - él ya no tiene que seguir buscando. Lo mantendré a salvó...de todo.

- Realmente crees que será así ¿verdad?
- insistió.

- Me importa una mierda lo que creas, Creed - solo debes saber que TÚ nunca volverás a verlo y jamás podrás ver algo otra vez.

- No, no. Espera. Espera, por favor.

Vegas tomó su cuchillo de caza de la bota.

- Dios. No, no ¡ MALDITA SEA,SOLO ESPERA UN MOMENTO!