CAPÍTULO CUARENTA

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-Y entonces simplemente no volví a Japón.

Estaban reunidos en la casa de los hermanos Sumentikul en una parrillada por el cumpleaños de Chay. El no quiso ir al club, prefería algo más hogareño. Cumplía veinte años ya. Estaban solo los más cercanos a ellos.

- Nita. Lo siento mucho - Pete tomó su mano y la acarició tiernamente mientras le sonreía. La había conocido en el club junto a su esposo y ella junto a Sammy fueron al hospital mientras ellos estuvieron internados. Los cuidaron a los tres. Porsche, Chay y el mismo. Llevaron comida y les contaron cosas sobre el club y como era ser una "propiedad". Le dieron consejos sobre su relación con Vegas. Pete la quería mucho y a su esposó.

- No te preocupes, cariño. Mis padres no entienden mi forma de vivir y está bien
- se encogió de hombros y volteo a ver a su esposó que charlaba animadamente con Vegas y Kim.

  Micky era un hombre de un metro ochenta y cinco, hombros anchos y brazos musculoso, con abundante barba rubia y ojos azules y ella había caído enamorada en cuestión de días,  ya hacia cinco años.

  Él le sonrió ampliamente y le guiñó un ojo cuando noto que lo miraba. La amaba más que a su vida.

- Pero no es justo - agregó Porsche indignado - no está bien que no les importe la felicidad de su hija. Nunca seré así.

- Está bien. En serio. Lo que no les perdono es que hayan arreglado que me divorciara de Micky -Nita se sintió furiosa de repente al recordar cómo acrtuayon sus padres la última vez que fue de visita a Japón.

- ¿¡Qué!? - Porsche y Pete dijeron al unísono

-Si. Tenían planeada una cita a ciegas con un hombre de una empresa importante y los papeles para mí divorcio ¿Puedes creerlo? - Nita se sacudió la sensación de malestar al recordar eso.

-¿Qué fue lo que hicisteis? - Pete estaba sin poder creerlo.

- Rompí los papeles y tiré el champagne sobre ellos - la risa de Nita fue estruendosa al rememorar ese momento
- Y sobre el abogado también. Por prestarse para eso. Luego salí de allí y no volví. Ya van dos años de eso y no podría ser más felíz.

- Van a ser unos padres increíbles, Nita
- Pete puso su mano sobre el enorme vientre de Nita. Tenía ocho meses de embarazo. Esperaban al niño para finales del mes entrante.

- Gracias, Pete - Nita se puso de pie y se acercó a su esposo Micky que estaba a un metro de los sofás dónde ellos charlaban animadamente - Hay algo que quiero pedirte y a Sammy.

Ella se acercó al sofá al oír su nombré.

- Micky y yo querés que tú Pete y tú Sammy, sean la madrina y padrino de nuestro niño - Nita espero la respuesta abrazada de su esposó. La ansiedad la llenaba.

Pete y Sammy no respondía nada, estaban atónitos. Nunca esperaron algo así.

- Si. Claro que sí Nita - Sammy fue la primera en hablar - hemos sido amigas desde hace siete años. Cuando llegue aquí tu me recibiste con los brazos abiertos y me enséñate todo. Nunca me dejastes en mis momentos más difíciles. Seré la madrina de ese hermoso bebé y lo amare como mío propio.

- ¿Y tú, Pete? ¿Qué dices? - Micky miro a Pete y como Vegas se acercó hasta él y lo abrazo desde atrás envolviendo sus brazos en la cintura.

- ¿Crees que seré un buen padrino? - la duda escrita en su rostro.

- Se que lo serás - Nita se acercó a Pete y lo tomó de las manos - Eres perfecto para cuidar a un bebé y no pienso dejar que ninguno de estos hombres - señaló a cada uno en la casa con su dedo índice
- Cavernícolas lo crié si algo me pasa. Tú tienes el toque perfecto de hombre para guiarlo pero a la vez la sensibilidad para hacer lo correcto si mi pequeño se siente sin saber quién es o que hacer ¿me explicó?

Dogs From Hell M.C Donde viven las historias. Descúbrelo ahora