𝐃𝐞𝐬𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫.

capitulo 7

Bethany

Estoy en las gradas para ver el partido de nuestro instituto

Y quiero dejar claro que no vine porque el nuevo capitán es aquel chico de la biblioteca del cual solo sé que está en mi año y se llama o le dicen Kev

Bueeeeno vale , puede que eso me hubiera motivado un poco.

Pero solo un poco.

Cuando desvío mi mirada veo a Kev llegar acompañado de una chica.

¿Será la novia ?.

¿Tendrá él novia ?.

Bueno eso a mí no me incumbe, ni lo conozco.

No me tiene que importar.

¿Cierto?.

Otro chico va a saludarlos y ambos se van a las gradas y el chico se sienta junto a Olivia , así que para dejarlos solos me voy a los asientos de arriba.

La chica que vino con el capitán estaba sentada en unos asientos más abajo de mi y me mira.

¡¡Dios!!...

Viene hacia mi.

Sube hasta llegar a dónde estoy y se sienta a mi lado.

No hablo , no digo nada.

El partido comienza y noto que todos están concentrados.

Estoy de los nervios ,no sé mucho del futbol pero Dios,han pasado 20 minutos y nada.

—No te preocupes van a ganar ,te lo aseguro—me dice y se sienta a mi lado.

—Si , confió en el equipo.

—Kevin es genial.

Kevin , ese es su nombre completo, es lindo.

—¿Tú eres su novia?—le pregunto directamente.

Que torpe soy...

La chica se ríe a carcajadas y me mira.

—¿Yo?, ¿Novia de Kevin?, Nooooo Dios, no es mi tipo, somos amigos desde hace años, solo eso.

—Oh ya , entiendo.

—Por cierto me llamo Paola.

—Yo Bethany ,un placer.

—Igualmente.

Nos damos un ligero apretón de manos.

—Miremos el partido— sugiere ella.

Dirijo mi vista al juego y una extraña sensación recorre mi cuerpo con tan solo el cruce de nuestras miradas.

Le hago señas para que se fije en el juego y no se distraiga , no quiero que pierdan.

Cruzo los dedos para la suerte y los nervios me consumen cuando el otro equipo está muy cerca de meter un gol pero Kevin se interpone y va con todo a jugar.

Y...........

Dios que nervios.

—GOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLL —gritamos Paola y yo , y no se como, no sé si fue la emoción pero nos abrazamos y saltamos juntas.

No me cabe la alegría en el cuerpo y al parecer a Paola también.

La gente nos mira como si estuviéramos locas y creo que lo estamos.

Cuando nos damos cuenta nos sentamos nuevamente.

—Fue la emoción, lo siento-me dice Paola.

—No importa.