Bethany.
Como mis snacks sabor queso mientras escucho atentamente lo que dice Olivia, mi amiga de rizos rojos.
Estamos sentadas en las mesas de afuera del comedor. Hace frío y no hay nadie, bueno, nunca hay nadie.
Es como otra parte olvidada de un puzzle infinito, como yo.
-Entonces, entró, así de la nada y yo estaba en shock.Se acomoda un rizo detrás de la oreja y suspira.
-¿Crees que él sienta algo por mi? -Me susurra con delicadeza.
-Puede ser.
Suspira frustrada.
-Ayudas mucho, Beth -dice con claro tono de sarcasmo.
Me encojo de hombros.
-Deberías de preguntarle a él directamente, ¿no crees?
-Pero quedaré como una idiota si me dice que no.
Se tapa la cara con las manos.
-Tú nunca quedarías como una idiota -la veo dudar-Quizás si me dijeras el nombre del famoso chico te pueda ayudar aún más.
Me mira con nerviosismo y niega.
-No quiero que lo asustes con tus miradas asesinas.
-¿Yo? Pero si os apoyaría y le daría consejos para conquistarte cada día.
-Seguro serán amenazas.
-Ok, si no quieres contarme no pasa nada.
Me cruzo de brazos.
-Vamos, no te enfades. Cuando sea el momento te lo diré.
-Bueno, pero solo si me acompañas al cine este fin de semana.
Asiente mientras yo me acabo mi bolsa de snacks.
Veo mi reloj y notando que ya es hora de que salga el último autobús.
Recojo mis cosas y me despido de Olivia.
Ella es tan especial para mí.
Llegó hace unos meses de un pueblo vecino y desde entonces somos inseparables. Le encantan las fiestas y siempre me saca de casa con la escusa de que mi malhumor se debe al estrés escolar.
Yo creo que lo hace por qué no le gusta ir sola, pero no me quejo.
Subo al autobús y me siento en el asiento más alejado de los pocos estudiantes que quedan.
Me coloco mis audífonos y escucho lo primero que me ofrece mi playlist.
Diez minutos después llego y busco la llave para entrar.
Son casi las nueve de la noche y mis padres están en su habitación discutiendo, como siempre.
Me acerco al salón y escucho un sollozo proveniente de detrás del incómodo sofá situado en medio.
Encuentro a mi hermana pequeña sentada en el frío suelo con su cabeza entre sus piernas.
Me siento a su lado y paso un brazo por encima de sus hombros acercándola a mí.
Nos quedamos ahí, sin decir nada hasta que los gritos cesan y el silencio llena la pequeña casa.
-¿Por qué están siempre discutiendo? -Dice levantando la cabeza y limpiándose las lágrimas.
Nuestros padres antes no eran así. Antes esta casa estaba siempre iluminada y las risas llenaban todo el lugar. Pero despidieron a mi padre de su trabajo, supuestamente por robar dinero en pequeñas cantidades de un trabajo bien pagado.
Lo teníamos todo y por eso mi madre discutía más con él culpandole por todos nuestros problemas económicos. Ahí empezaron las peleas. Mi padre evitaba a mi madre y llegaba ebrio a las 4 de la mañana. Mi madre decía a veces que llegaba oliendo a perfume de mujer y se lo echaba en cara. Mi padre no soportaba y volvía a salir de casa.
Todo sucede así, desde hace 3 años.
Miro a mi hermana pequeña y frágil, esperando mi respuesta.
-Las parejas a veces discuten, aunque se quieran mucho -asiente y yo le ofrezco que nos vayamos a dormir.
La acuesto en su cama y le cuento un cuento.
-Buenas noches, pequeña hada, dijo el duende verde a la pequeña hada. Fin -cuando miro hacia arriba ya está dormida y decido salir sin hacer ruido.
Me dirijo a mi habitación y me acuesto. Intento dormir pero no puedo.
Todo, absolutamente todo me absorbe cada día más. Llevo soportando esto desde hace 3 años y no me marcho por mi hermana menor. Imaginar dejarla aquí sola no me dejaría dormir por las noches.
Pienso que solo me queda este año para terminar y podré conseguir un trabajo para mantenernos a las dos.
Pienso en mi amiga Olivia y en lo mucho que me hace sonreír, será difícil acabar este año y se que la echaré de menos.
Y como una bomba de pensamientos llega a mi el chico de ojos verdes. No sé cómo se llama pero me pongo nerviosa cuando me mira. Lo he visto jugando fútbol en el equipo y en algunas fiestas, pero soy lo bastante pequeña y astuta para que no me vea.
Fue un error ir a la biblioteca y encontrarlo ahí, cuando lo vi lo primero que hice fue arrastrar a mi amiga fuera de la biblioteca pero ya era demasiado tarde.
Cuando me lancé sobre Steven no sabía que estaba ahí y me sonroje cuando lo vi tan cerca de nosotros y con claro desconcierto pintado en su cara.
Antes de que pudiera hablar con él entró todo el equipo y lo empujaron hacia el campo de fútbol.
Steven me saludó y mientras hablábamos sentía como la mirada del chico de ojos verdes quemaba en mi espalda y cuando me giraba el estaba mirándonos con enojo mientras yo sonreía interiormente.
Me atreví a darle un abrazo más a Steven y veía que el chico de ojos verdes corría hacia nosotros pero antes de que pudiera hacer algo más otro chico lo empujó contra el suelo y Steven me saco de ahí con la excusa de que me desmayaría si veía sangre lo que hizo que me preocupara aún más.
Cuando me doy cuenta estoy pensando en lo guapo que se ve sonriendo y me encuentro yo también sonriendo como una idiota en la oscuridad de mi habitación.
Decido levantarme a hacerme un té o una leche caliente y me encuentro a mi madre sentada en la mesa de la cocina mientras revisa las facturas por pagar.
Me acerco le doy un beso en la cabeza y me preparo una leche caliente.
-No me salen las cuentas -dice con un tono de voz muy agudo lo que me confirma que estuvo llorando.
Ella trabaja en un restaurante, bien pagado pero las cuentas se van cuando mi padre desaparece y se gasta la mitad de nuestro dinero.
-Quizás deberías cambiar la contraseña de la cuenta bancaria.
Suelta un jadeo no sé si es una carcajada o un sollozo.
-Como si eso detuviera a tu padre y su adicción a gastar nuestro dinero en alcohol y en prostitutas -Se lleva las manos a la cara y se levanta. Me da un beso y me desea buenas noches antes de irse a dormir.
Pienso y aunque mi padre sea un alcohólico nunca le sería infiel a mi madre pero estos años a hecho cosas que no lo haría mi padre de hace 3 años.
Me voy a mi habitación cuando termino mi leche caliente y me acuesto para dormir profundamente está vez.
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Siento que necesitaban saber sobre la vida de Beth. Espero les guste. :)
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𝐃𝐞𝐬𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫.
Teen FictionKevin Huxley es un chico decidido, lindo e increíblemente simpático, todos lo catalogan como el chico dulce de la clase. Bethany Elsher una chica fiestera, preciosa, inteligente, complicada, con pocas amigas, su carácter es fuerte y eso la hace mete...