Kevin.
Por décima vez en el día no podía dejar de pensar en los hermosos ojos miel que no me dejaban estudiar.
De acuerdo con mi yo interior decido salir a por un café a una cafetería cercana.
No es que no me guste el café de mi madre, es solo que quizás tiene más agua que café.
No juzgo a los que les encanta el café así pero yo lo prefiero más fuerte.
Entro a la acogedora cafetería absorbiendo todo las buenas vibras y el olor a café recién hecho.
Es un local amplio y con un mostrador rosa pastel junto a la entrada.
Un negocio familiar nunca decepciona y llevan siglos llevándolo entre linajes.
Alguna vez me pregunto si pensaron en cerrarlo pero solo entrar y ver lo lleno que está a todas horas me hace borrar enseguida esa idea.
Saludo a María que me mira desde el mostrador mientras le pido mi orden.
María es una chica dos años mayor que yo. Está en la universidad y por las tardes ayuda a su madre. Ella es la rebelde que decidió que no quería seguir con el negocio y anteponer su sueño de ser arquitecta.
De pequeños ella dibujaba muy bien así que le veo futuro.
Siento a alguien gritarle a María que deje de coquetear y enseguida se que es Mía, la hermana gemela de María.
Son muy parecidas si intentas distinguirlas en persona pero con el tiempo te das
cuenta que no lo son en absoluto.María decidió esforzarse por tener una carrera; en cambio Mía, su sueño siempre fue llevar el negocio como su madre y su abuela lo hicieron, pero no sé equivoquen ella también aspira a tener un amor como el de sus primogénitos y es que todo el que trabaja en esta cafetería acaba enamorándose.
María no cree en eso y se rindió cuando un chico de traje la crítico por hacer el café con menos azúcar de lo normal.
Desde entonces decidió estar como cajera y no cocinera o camarera.
—¿Te podrías callar? Cada día que paso aquí creo menos en la profecía del amor tendré que forzarlo un poco.
Mía rueda los ojos con una gran sonrisa.
Quizás en el fondo esperaba que su hermana se quedara a ayudarla con el negocio.
Su cara cambia repentinamente como si se acordará que estaba ahí y me sonríe.
—Paola está sentada por ahí atrás metida en su libro como siempre. Le pregunté que si quería algo más para acompañar el café y me dijo «Haz lo que quieras pero yo no me hago responsable». -dijo María.
—Veré que puedo hacer, sírveme lo que te pedí en su mesa. Si me arranca un brazo por haberla interrumpido verás que ese "yo no me hago responsable" lo dirás tú.
Las dos se ríen y vuelven a sus labores mientras yo me giro y camino hacia mi amiga.
La encuentro enseguida, sentada en nuestra mesa favorita. En un rincón alejada, con una ventana medio abierta y con buena iluminación.
Me siento y hasta que no siente mi mirada en ella no me mira.
—¿Qué me miras? —Baja su libro y toma un sorbo de su café, seguramente frío ya.
Me acomodo y con la mejor de mis sonrisas arrogantes lo suelto.
—Estás hablando con el nuevo capitán del equipo de fútbol ten más respeto.
Escupe el café y empieza a reírse.
Pasa un minuto más y sigue riéndose, menos mal que estamos lejos y nadie puede juzgarla pensando que quizás su café frío le afecto.
Inhala y exhala consiguiendo calmarse.
—Espera, ¿es verdad?
—Sí, ¿creías que no lo conseguiría o que?
—No, es solo que Steve —hace una pausa dramática y continúa. —No es que te ame, por así decirlo. ¿No has notado como te mira? Al principio creí que estaba enamorado de ti pero después me di cuánta que tenía miedo de que le quitarás el puesto y que te lo entregara en bandeja me hizo pensar en que era una broma.
Asiento y entramos en un silencio incómodo.
Mira de reojo detrás de mí y enseguida pasa Mía dejando mi café y sale corriendo, no sé si por qué tiene mucho trabajo o ha notado el ambiente tenso.
¿Cómo que no le caigo bien a Steve?
Si era su mejor jugador.
Quizás cuestionaba sus jugadas y le decía de vez en cuando cosas que podrían mejorar el equipo.
Incluso le hice una presentación en la sala de reuniones de la biblioteca de cosas que podría hacer para animar al equipo.
Se lo tomó bien y dijo que vería lo que hacía pero al final no hizo nada.
¿Es posible que me viera como un rival?
Pero si es así, ¿cómo y para qué me nombró capitán?
—Bueno, igual no te quita que te mereces ese puesto y se que lograrás sacar ese equipo adelante. Así que enhorabuena.
Soltó mi amiga de la nada viendo que estaba sobre pensando demasiado.
Le sonrío dulcemente y tomo un sorbo de mi café.
—Y bueno, ¿qué tal tú rubia misteriosa?
El pensamiento de ella me llega a la cabeza de golpe aturdiéndome unos segundos.
Me acomodo y dejó la taza de café.
Miro a mí amiga dejar su libro y mirarme con los ojos brillantes de curiosidad.
Lo que más le gusta es que le cuentes sobre tu vida amorosa y darte consejos. Aunque a veces te dice que en un libro no sería así y te empieza a contar sobre su última lectura para distraerte.
Toso un poco ya que se me ha secado la boca.
¿Desde cuándo me pongo tan nervioso?
—He avanzado un poco. Bueno no he hablado con ella todavía pero sé que se llama Bethany y es amiga de Steve.
Paola frunce el ceño y toma un sorbo de su café. Seguramente esta pensando en muchas teorías para nada buenas.
—Para. Si no has hablado con ella. ¿Cómo sabes su nombre?
Le sonrió incómodo.
—Se podría decir que se le fue encima a Steve y este le hablo por su nombre.
—¿Me estás diciendo que se besaron?
Esta chica solo ve besos y sexo por todos lados.
—No, más bien fue un abrazo demasiado íntimo. Si no lo conociera diría que es su hermana o algo parecido.
Pone su cara de mafiosa problemática y se pone a pensar.
—Entiendo.
No dice nada más y me está poniendo de los nervios.
—¿Qué pasa?
Da un salto y como si se diera cuánta que sigo aquí pone la mejor de sus sonrisas.
—Nada, nada. No te preocupe, mi querido Kev. Lo investigaré profundamente. Este es un caso para la espía que llevo dentro.
Suelto una carcajada y un recuerdo de cuando éramos pequeños desbloquea mi mente.
—De acuerdo.
Acabamos nuestros cafés entre carcajadas olvidándome de todo lo que me abruma y nos despedimos.
Continúo mi día con mejor ánimo pensando en una cosa:
Sólo quiero que llegue este sábado.

ESTÁS LEYENDO
𝐃𝐞𝐬𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫.
Teen FictionKevin Huxley es un chico decidido, lindo e increíblemente simpático, todos lo catalogan como el chico dulce de la clase. Bethany Elsher una chica fiestera, preciosa, inteligente, complicada, con pocas amigas, su carácter es fuerte y eso la hace mete...