Capitulo 14

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Paola

Aún estamos en el hospital, Kevin no ha llorado más, no ha hablado, tampoco ha comido y la verdad estoy preocupada.

¿Pero como no entenderlo?.

Acaba de perder a la única familia que tenía y que más amaba en el mundo.

Salgo de la habitación ha hablar con Mark.

—¿Que haremos ahora?- me pregunta Mark.

—No quiero que esté solo, lo voy a llevar a mi casa para que descanse, y tú vas a ir a su casa para buscar algunas cosas, tampoco quiero que esté ahí—Le digo a Mark con un todo calmado.

—Vale.

—Y Me llevo tu auto -le aviso

—Si... no, espera, ¿que?-Dice Mark con expresión de confusión.

—Claro, ¿Cómo me voy a ir?-Digo viéndole con ojitos de Bambi.

—Mi auto es sagra...

—Hazlo por Kevin.

—Vale, pero solo porque es por Kevin, ¿Y como me voy a ir yo?—Acepta.

—Llama a una de tus amiguitas—Sugiero.

—Al parecer lo tenías todo pensando.

—Dame las llaves—le pido y extiendo la mano.

Mark toma las llaves en sus manos y las mira y me mira a mi y así varias veces.

—No tengo todo el día idiota—le digo viéndole mal.

—Que no me le suceda nada a mi bebé, que te conozco y si como conduces.-dice serio.

—Vale-respondo viéndole mal.

Me da las llaves y entro a la habitación de Kevin, no ha hablado, ni ha llorado, ni ha hecho nada en las últimas horas.

¿Me preocupa?.

Sí.

¿Lo entiendo?.

También.

No es fácil perder a alguien, y menos si es alguien tan importante que para tí siempre iba a estar.

—Kevin ya es hora de irnos-le aviso.

—Vale—dice con un tono apagado.

Se me estruja el corazón verle así, su voz apagada, triste, sin ese brillo que lo caracteriza.

Agarra sus cosas, su móvil, su chaqueta y sus llaves, y le veo como zombie, es duro para mí verle así, de esa manera, ya que me acostumbré a verle siempre alegre y positivo.

Y quisiera poder quitarle ese dolor pero no puedo, solo puedo estar ahí para cuando él lo necesite.

Nos vamos del hospital y conduzco hasta mi casa.

Kevin solo mira por la ventana en silencio.

—¿A dónde vamos?— pregunta.

—A mi casa.

—No tienes que molestarte, estaré bien—Dice sin quitar la vista de la ventana.

—No me molesta—Digo sin despegar la vista del camino.

—No tienes que tenerme lastima

—No te tengo lástima Kev—Digo viéndole por un momento

—Si tienes y ...

Paro el coche.

—No, no es lástima es que eres mi amigo y no cualquiera, te considero como mi hermano y cuando yo te necesite ahí estuviste, y me escuchaste y me consolaste, así que no esperes que me vaya y te deje, porque no lo voy a hacer—Digo viéndole y con solo verle, me dan ganas de llorar, pero tengo que ser fuerte por él.

𝐃𝐞𝐬𝐚𝐩𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞𝐫.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora