Capítulo 19: El corazón del monstruo y el amor del perdon

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El silencio cayó sobre la sala cuando Celestine irrumpió en el caos, su presencia radiante y su acto de valentía deteniendo a Kuro en su frenesí asesino. Con su abrazo, una calma momentánea descendió sobre el Ghoul de Tokio, sus ojos salvajes encontrando los de Celestine, llenos de dolor y confusión.

"Kuro, detente", dijo Celestine con voz suave pero firme, su mirada penetrando en el alma del guerrero. "No dejes que la oscuridad te consuma. No eres un monstruo."

Kuro vaciló por un momento, la influencia de Celestine desgarrando la niebla de ira que lo envolvía. Por un instante, recordó quién era realmente, un ser humano atrapado en un mundo de guerra y desesperación.

Guilliman, aprovechando la oportunidad, se puso de pie con esfuerzo, su armadura dañada pero su determinación intacta. "Kuro, escúchame", dijo con urgencia, su voz resonando con autoridad. "La violencia no es el camino. Debemos encontrar una solución juntos, antes de que sea demasiado tarde."

El Ghoul de Tokio vaciló, su mente luchando contra la oscuridad que amenazaba con consumirlo. Lentamente, su kagune se retractó, y el fuego salvaje en sus ojos se desvaneció mientras se dejaba caer de rodillas, agotado por el conflicto interno que lo había consumido.

Celestine lo abrazó con ternura, su presencia reconfortante ofreciendo una ancla en medio de la tormenta. "Estás a salvo ahora, Kuro", murmuró, sus palabras llenas de compasión y esperanza. "Juntos encontraremos una salida de esta oscuridad."

Mientras Kuro y Celestine se abrazaban, el Ghoul de Tokio se encontraba en un estado de incredulidad y asombro. "¿Cómo es posible?", murmuró, su voz llena de sorpresa y confusión. "Pensé que estabas muerta..."

Celestine le acarició suavemente el cabello, sosteniéndolo con ternura en sus brazos. "Estoy aquí, Kuro", susurró, su voz llena de consuelo. "Gracias a la ayuda de Adamas, pude sobrevivir."

Adamas, quien había entrado en la sala en ese momento, asintió con solemnidad. "La tecnología en la nave de las Adeptas Sororitas es sorprendente", explicó, su tono lleno de admiración. "Pude estabilizarla y salvar su vida."

Kuro miró a Adamas con gratitud, sus ojos reflejando un atisbo de esperanza en medio de la oscuridad que lo rodeaba. "Gracias", dijo con sinceridad, su voz llena de emoción. "No sé qué habría hecho si la hubiera perdido."

Celestine sonrió cálidamente, su mirada llena de amor y gratitud. "Estoy agradecida de estar viva, gracias a ti, Kuro", dijo, su voz llena de ternura. "Juntos superaremos cualquier desafío que se interponga en nuestro camino."

Y así, en medio del caos y la destrucción, un rayo de esperanza brilló una vez más, recordándoles que, incluso en los momentos más oscuros, el amor y la amistad pueden iluminar el camino hacia la redención y la paz. Juntos, se prepararon para enfrentar los desafíos que les esperaban, fortalecidos por el vínculo que compartían y la determinación de superar cualquier adversidad que se interpusiera en su camino.

Guilliman miró la escena con una mezcla de asombro y alivio, su expresión reflejando el peso de la responsabilidad que llevaba sobre sus hombros como líder de los Ultramarines y del Imperio.

"Ha sido un día oscuro para todos nosotros", comenzó, su tono serio pero compasivo. "Pero en medio de la tragedia, hemos encontrado una luz de esperanza. Celestine, Kuro, admiro su valentía y su capacidad para encontrar la humanidad en medio del caos."

Kuro asintió, su mirada encontrando la de Guilliman con una mezcla de respeto y gratitud. "Gracias, señor Guilliman", dijo con voz ronca, su semblante marcado por la fatiga y la angustia. "No habría encontrado mi camino de regreso sin tu ayuda."

Guilliman inclinó la cabeza en señal de respeto, reconociendo la valentía y la determinación de Kuro. "Estamos juntos en esta lucha, Kuro", respondió con solemnidad. "Y juntos encontraremos una manera de superar los desafíos que enfrentamos."

Celestine se acercó a Kuro, colocando una mano reconfortante en su hombro. "Estamos aquí para ti, Kuro", dijo con suavidad. "Juntos podemos superar cualquier adversidad que se nos presente."

Adamas se unió al grupo, su rostro iluminado por una sonrisa de alivio. "Gracias a la tecnología de la nave, pude salvar a Celestine", explicó, su voz llena de gratitud. "Pero aún nos queda mucho por hacer. Debemos unirnos y encontrar una solución a esta crisis."

Guilliman asintió en acuerdo, su mirada fija en el futuro incierto que les esperaba. "Debemos permanecer unidos y trabajar juntos", declaró con determinación. "Solo así podremos enfrentar los desafíos que se nos presenten y asegurar un futuro para el Imperio y la humanidad."





Un ghoul en Warhammer 40000Donde viven las historias. Descúbrelo ahora