Un ghoul en Warhammer 40000

Capítulo 7: Testimonio de Batalla

Mi nombre es Celestine, una Adepta Sororita de la Orden del Martillo de la Justicia. Acompañada por mis hermanas de batalla, fuimos enviadas en una misión de purificación a un remoto planeta sospechoso de actividades caóticas. Nuestro deber era erradicar cualquier indicio de corrupción y restablecer la paz en nombre del Emperador.

Desembarcamos con determinación, nuestras armas sagradas listas para el combate. Pero fuimos emboscadas por los despiadados Marines Traidores, cuyas formas retorcidas y blasfemas acechaban entre las sombras.

La batalla estalló en una cacofonía de violencia y furia. Líneas de fuego cruzado iluminaban el cielo, mientras el fragor de la guerra llenaba el aire con su eco ensordecedor. Mis hermanas de batalla luchaban con valentía, enfrentándose a la oscuridad con una fe inquebrantable en el Emperador.

Pero la marea del Caos era abrumadora. Los Marines Traidores avanzaban sin piedad, sus armas blasfemas destrozando nuestras filas con cada ráfaga de fuego. Grité órdenes y rezos, pero el horror de la batalla amenazaba con consumirnos.

Entonces, en el momento más oscuro de la lucha, aparecieron dos extraños guerreros. Su llegada fue como un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Con habilidades desconocidas y una determinación feroz, se enfrentaron a los Marines del Caos con una furia implacable.

Vi cómo uno de ellos desataba una especie de tentáculos con una destreza mortal, arrasando con los enemigos con una fuerza sobrenatural. Mientras que el otro con su mirada fija en el objetivo, luchaba con una magia blasfema, cortando a través de los enemigos con ondas de relámpagos.

La batalla alcanzó un punto crítico, y gracias a la intervención de estos guerreros desconocidos, pudimos recuperar un breve respiro en la lucha. Pero el precio había sido alto. Mis hermanas yacían caídas a mi alrededor, sus cuerpos marcados por el sacrificio y la devoción al Emperador.

De repente desperté en un lugar iluminado por una tenue llama, uno de los misteriosos guerreros posado a mi lado mientras el olor de la sangre entraba en mis fosas nasales y un extraño sentimiento de incertidumbre me envolvía.