Primera noche de navidad

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LA MADRIGUERA - DICIEMBRE DE 2000

Fue una Navidad inolvidable en la casa de los Weasley. Por primera vez, todos compartieron este momento mágico juntos. La casa estaba llena de gente, y el ajetreo y el bullicio llenaban el aire. Aunque Hermione se sintió abrumada por el número de personas en el pequeño espacio de esa casa y el ruido, no pudo evitar disfrutar del tiempo que pasó con su querida familia. Parecía que la vida finalmente le estaba sonriendo; después de un año lleno de adversidades, una nueva era de paz estaba en el horizonte, y eso la hizo sentir bien en lo más profundo de ella.

Hermione había sido ascendida recientemente en el Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas. Aunque su trabajo allí todavía era a tiempo parcial, no podía contener su felicidad por haber alcanzado ese puesto. Además, se había mudado con Ron a un pequeño apartamento en Londres. Aunque el espacio era limitado, y solo tenían un par de habitaciones pequeñas, ese lugar era suyo, lo que representaba un nuevo comienzo, y se sentía reconfortante. Hermione se sintió estable y feliz en su nueva vida. O al menos, eso es lo que ella creía hasta que Fleur y Bill llegaron a la cena, anunciando que Fleur estaba embarazada de casi cinco meses.

De hecho, Fleur estaba esperando su segundo hijo, y la noticia llenó de alegría a todos en la casa Weasley, excepto a Hermione, que fingió ser feliz. Hizo todo lo posible para ocultar la incomodidad causada por el embarazo de la esposa de Bill, pero se volvió cada vez más difícil de ocultar. Esa noticia había sido un golpe devastador para ella.

Hermione decidió no profundizar en las razones ni nombrar sus emociones. Al final de esa noche, estaba agotada. Buscó refugio en el baño, donde permitió que algunas lágrimas se le escaparan a sus ojos sin estar segura de por qué. Se sintió tonta por tener que esconderse para llorar, pero no pudo evitarlo. Finalmente, decidió retirarse temprano al dormitorio que compartiría con su marido, atribuyendo su cansancio al exceso de vino. Sin embargo, el sueño la eludió toda la noche. A la mañana siguiente, antes del amanecer, se fue a la casa de sus padres con una excusa improvisada, distanciándose de Fleur y evitándola durante otro par de largos meses.

En algún momento, dada la incomodidad de la última reunión, los incómodos encuentros con la otra mujer y su pobre intento de ocultar su incomodidad por la felicidad que emanaba de la familia que Fleur y Bill estaban formando, todo aquello comenzó a pesar mucho sobre Hermione. En un intento por liberarse de esa memoria confusa, Hermione tomó la decisión de eliminar el pensamiento de su memoria y encerrarlo en una caja de madera encantada, ocultándolo en el rincón más escondido que pudiera encontrar.

A partir de ese día, la vida de Hermione mejoró. Su felicidad floreció cuando nació Dominique, sintiendo una alegría genuina en su corazón. Si no hubiera estado tan ocupada con el trabajo, habría acompañado a Ron en su viaje para conocer a la pequeña.

Perdida en la tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora