Perdida en la tentación

Las cosas siempre pueden empeorar

LONDRES, OCTUBRE DE 2005.

Los problemas de Hermione no habían terminado; más bien, acababan de empezar.

Desde esa confesión inesperada, se había sentido más perdida y deprimida que nunca. Encontrar el coraje para decir algo así, mientras se liberaba, también se había convertido en un momento deprimente. Había sido un error terrible, así que había estado evitando cualquier contacto con la mujer rubia durante un tiempo. Incluso puso excusas para enviarla a investigaciones de campo o para involucrar a otros departamentos para mantenerla alejada hasta que pudiera superar la vergüenza de lo que había hecho. Fleur intentó hablar con Hermione de varias maneras, pero la rechazaba cada vez hasta que la rubia se dio por vencida. A Hermione se le permitió continuar por fin en una reunión de colaboradores donde la rubia se distinguió no solo por su apariencia encantadora, sino también por sus comentarios precisos, su investigación exhaustiva y sus planes de acción reflexivos. La mayor no insistió en hablar con ella sobre nada personal; se limitaban solo a temas de naturaleza profesional. En algún momento, el sexo regresó con cierta regularidad, y Hermione estaba más que satisfecha con eso.

Hermione era seca y descortés con la rubia cuando intentaba sacar a relucir sus sentimientos, y nunca volvieron a hablar de ellos. Esto era mejor que no tener nada en absoluto, y parecía funcionar de alguna manera.

Por otro lado, acababa de comenzar la terapia de pareja con su marido pelirrojo hace solo un par de semanas, ya que las cosas con Ron no eran completamente estables. Hubo días en los que eran muy buenos, y otros en los que no podían estar en el mismo espacio sin discutir sobre algo. La morena lo había pillado revisando sus cosas, preguntándole a los colegas del Ministerio sobre ella, siguiéndola al trabajo o esperándola fuera del Ministerio para ver a dónde iba, y afortunadamente, todas esas veces, Hermione lo había pillado en el acto. Ron la había acusado en varias ocasiones de ver a otra persona. Sin embargo, nunca había encontrado pruebas de esto.

El joven pelirrojo se había vuelto muy inseguro y constantemente necesitaba que Hermione le recordara que lo amaba. Esta vez, incluso Harry y Ginny se involucraron para decir que esto era ridículo. Si Hermione era infiel, eso era con su trabajo. Todo se había vuelto cada vez más complicado. El único "descubrimiento" real de Ron fue el estrecho vínculo que compartió con Fleur, que nadie parecía pasar por alto. Parecía que nadie tenía sospechas al respecto.

Hermione estaba segura de que perdería la cabeza haciendo malabares con Ron y Fleur en algún momento. Cada vez era más difícil mantener la calma y tener una buena noche de sueño, ya que ella se estaba estresando y agitando cada vez más.

Así que tomó una decisión.

En un intento de poner orden en su vida, tomó la decisión de centrar toda su energía en reparar su matrimonio con su cónyuge y trabajar en la terapia de pareja, limitando a Fleur a unas pocas reuniones mensuales y manteniendo sus conversaciones exclusivamente en temas relacionados con los negocios. Todo lo que no estaba relacionado con el trabajo o el sexo estaba totalmente excluido de su relación; no hubo más discusiones amistosas ni esfuerzos por conocerse. La morena estaba decidida a quitarle a la rubia lo que inicialmente las había unido tanto como fuera posible sin seguir arriesgándose a perderse en el proceso.

Por otro lado, frente a su insistencia y su vida cada vez más estresante, Hermione estaba empezando a considerar la terapia individual para sí misma. En algunas conversaciones con Fleur, hablando de sí misma en el pasado, la rubia había comentado en varias ocasiones que no la veía bien, que todavía parecía muy afectada por la guerra, que no tenía que seguir fingiendo ser fuerte debido a lo que había pasado. Estaba casi segura de que era algún tipo de trastorno de estrés postraumático, y siempre la presionaba para que la diagnosticaran. En varias ocasiones, Ron le dijo que necesitaba ayuda y que estaba cansado de tener que presionarla todo el tiempo para hablar con él y dejar de retirarse a sí misma. Por su parte, Hermione creía que necesitaba ayuda para poder dejar a Fleur, dejar de estar cansada todo el tiempo y poder dormir por la noche. Después de pensar en ello durante varias noches, la morena finalmente decidió buscar un terapeuta bueno y discreto en la comunidad mágica. Tal vez, solo tal vez, toda esta confusión y apego a la rubia eran solo las cicatrices emocionales que había estado tratando de ignorar durante mucho tiempo, y tal vez entonces estaría bien con Ron de nuevo. Todo volvería a donde se suponía que debía estar.