No quiero ser tu amiga

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LONDRES - SEPTIEMBRE DE 2007

El aroma del café impregnaba el aire espeso del pequeño café en el centro de la ciudad, donde Hermione se sentaba, nerviosa y con el corazón latiendo salvajemente en el pecho. Ella y Fleur acordaron reunirse una semana después de la gala en un pintoresco café de la ciudad después de un año y medio de silencio lleno de preguntas y recuerdos sin respuesta que todavía pesaban como cadenas en su alma.

Fleur había decidido que estar rodeado por el mundo muggle era mucho más seguro y discreto que estar en lugares donde Hermione era considerada una celebridad y sería fácilmente reconocida. Ambas habían estado de acuerdo en que preferían un perfil bajo para esta reunión. Eso parecía lo más sensato que se puede hacer.

Hermione llegó antes de la hora acordada, eran casi las diez de la mañana, así que pidió un té con leche y algunos sándwiches con la esperanza de que fueran del gusto de la rubia mientras la espera se prolongaba. Ella había hecho un esfuerzo especial en prepararse, pero al mismo tiempo trató de no parecer demasiado emocionada.

Esta reunión había sido un largo debate de varias horas con su terapeuta, que no estaba preocupada por la opción, pero estaba preocupada por cómo podría reaccionar Hermione o sí, en algún momento, las cosas se irían de control. Hermione todavía estaba trabajando para priorizar sus intereses, recuperar sus valores y ganar autonomía. Todavía tomaba periódicamente una poción para la depresión y todavía visitaba a su terapeuta una vez a la semana. Hermione no sentía que su vida todavía fuera cuesta abajo, pero aún así, con demasiada frecuencia, se enfrentaba a cosas que parecían "resueltas". Entre ellos, su completa negativa a considerar separarse de su marido y, en su lugar, perseguir la búsqueda de un hijo.

Tal vez solo quería darle más significado a su matrimonio, pero... ¿Era necesario?

La rubia llegó a tiempo para su tan esperada cita, y Hermione, al verla, se puso de pie para saludarla con una cálida sonrisa. Sin dudarlo, Fleur se apresuró hacia ella, envolviéndola en un abrazo que parecía emanar una esencia reconfortante, como si todo el calor del mundo se hubiera concentrado en ese gesto. La sensación era envolvente, embriagadora.

En ese abrazo, todo el nerviosismo que había atormentado a Hermione durante la noche anterior y la mañana de ese día desapareció como por arte de magia, disipando la seguridad y la familiaridad de esos brazos delgados pero acogedores.

"Me alegro mucho de que hayas venido", susurró Fleur casi al oído de Hermione, cuya cercanía envió un escalofrío placentero a través de su cuerpo.

"También estoy feliz de estar aquí", respondió la morena con una sonrisa sincera, acercándose al cuerpo de la rubia. Su corazón latía rápidamente, sintiendo el pulso de la emoción a través de cada fibra de su ser.

El abrazo duró más de lo que sería típico en un encuentro casual, pero ninguna de ellas parecía incómoda con la duración. Era como si ese gesto de afecto fuera un bálsamo para ambas, reconfortándolas a un nivel más profundo de lo que las palabras simples podrían expresar.

Durante un par de horas, charlaron animadamente sobre sus respectivos trabajos. Hermione compartió detalles emocionantes sobre sus proyectos en el Ministerio, mientras que Fleur relató el progreso de su investigación, mencionando sus recientes viajes a Francia en busca de información y los recursos que la universidad le proporcionó para continuar con sus publicaciones. Evitaron cuidadosamente cualquier tema delicado relacionado con su pasado, manteniendo el ambiente cálido y acogedor que las rodeaba. Hermione estaba decidida a preservar esa atmósfera de complicidad y amistad, negándose rotundamente a permitir que cualquier cosa perturbara esa reunión especial.

Pero había realidades inevitables que no se podían evitar para siempre. A medida que el tiempo avanzaba inexorablemente, se hizo cada vez más evidente que, tarde o temprano, tendrían que abordar esos lugares incómodos que colgaban en el aire como gruesas nubes de tormenta.

Perdida en la tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora