Friends

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Sentí un fuerte estruendo proveniente de la planta baja, el cual fue la causa de mi madrugar.

Un Sábado.

Bonita forma de despertar.

Quise estirar mi cuerpo, pero había algo, o mejor dicho alguien que me lo impedía.

Sonreí.

— Hey..- susurré en su oído al mismo tiempo que sacudía su brazo. Él apretó mas el agarre por mi cintura y enredó nuestras piernas creando un mayor calor y, por supuesto, bienestar.

No quería salir de aquí, definitivamente.

— Lukey, por favor.. tengo que ver que sucede allí abajo. Suéltame y vuelvo-. Besé su cuello y ronroneo.

Es un chico demasiado insoportable en las mañanas, es raro que este tan dulce.

Susurró ciertas cosas entre dientes, que no logré comprender, y me soltó.

Me levanté, alarmada, al instante que escuché otro ruido. Volví a escuchar a alguien susurrar, me di la vuelta y miré a Luke abrazar mi almohada.

— Huele a ti, me gusta el olor a vainilla de tu cabello.- dijo con la voz ronca.

Dios... es tan tierno y sexy a la vez con su pelo revuelto. Amigo.. mi dios.. amigo..

Reaccioné cuando escuché otro golpe.

Abrí la puerta de mi habitación y corrí hacia el lugar de donde provenía el ruido; tropezando con las escaleras una que otra vez.

Tomé una vieja baqueta, regalada por Michael, que encontré en mi pequeña mesa de objetos preciados para mi; la cual seguramente me servirá de defensa.

— HOL..-. No dejé terminar de hablar a la persona y la tiré al suelo.

- HA- IA! -. Exclamé moviendo la baqueta de un lado a otro, haciendo equilibrio con una pierna extendida hacia arriba, y la otra encima de la espalda de la persona que quiere matarnos... creo; y otra cosa que creo es que tengo que dejar de ver la vieja serie las tortugas ninjas.

- ¡MIERDA! Clar lo siento si te asuste, solo quise venir de sorpresa y te hice el desayuno... podrías ayudarme? creo que me rompí un hueso-. Gimió Steffy.

Oh mi dios, algún día terminaré por matar a mis amigos.

— Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento-. Comienzo a decir rápidamente.

Repito, Algún día terminaré de matar a los pobres de mis amigos.

La ayudé a levantarse y una vez ya arriba con muecas de dolor en el rostro y estirar un poco su columna, me abofetea.

Que dulce.

Hermosa la manera de madrugar.

— Listo-. Sonrió satisfecha por mi cara de dolor y disgusto.

Observó mi atuendo y una mirada pícara recorrió su rostro.

Ugh sospecho lo que vendrá a decir .

— Estás sólo en bragas y la remera de nirvana de Luke?-. Se cruzó de brazos divertida. Reí y bostece.

Sabia lo que diría.

— Si.. pero no mal pienses; sabes que solo hay amistad, Estefania-. Talle mis ojos. Tenía sueño y quería volver a la cama.

— Yo sé que algún día terminan juntos-. Hizo un chasquido con su lengua. - Y no digas mi nombre completo, que no me gusta-.