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Hugh

Tomé un pequeño zumo del frapucino que pedí en la cafetería a unas cuadras de mi psicólogo nuevo, que tendré algunos días más.

Luego de lo sucedido no tuve opcion. Mis padres comtrataron uno desde la distancia.
Tengo una especie de shock nervioso por lo que escuché. Todo lo último, todo aquello que era algo bastante nuevo, y que sin darme cuenta, en mi subconsciente, muy allí en el fondo, todas aquellas pequeñas lindas cosas ya no estarán por un tiempo, muy en el fondo de mis pensamientos quedaron mis ganas de volver a todo lo viejo, mi familia, amigos, mi tóxica relación con Manuel...
Es una pequeña depresion, que con acompañamiento es de rápido recupero, pero duele el proceso. Siento sentimientos de cariño hacia esos chicos, pero es duro, puedo llegar a frialdad y no lo merecen.

— Clark vamos, tenemos ensayo de banda-. Michael sonrie y muerde su mejilla. — Tú eres una de las más importantes allí. De hecho si no fuera por ti, no estaríamos-. Toma mi mano y me levanto.
Sé que lo dice solo por el hecho de que mi recuperacion se basa en sentirme importante y que ocupo un roll en la vida. Pero no quiero que se moleste.

(...)

— ¿Qué te pareció?-. Pregunta sonriente Ashton, que tocaba una caja de madera de percusión.

- Son cada vez mas geniales-. Les sonrío grandemente.

 Sonríe sin despegar sus labios y se le marca un pequeño hoyuelo en su mejilla, lo que me parece tierno. Era alguien encantador, fuera de mi alcance, sin embargo era bastante embriagador, pero sin intención alguna.

No era más que un tímido adolescente.

— Tus hoyuelos son tiernos-. Las palabras salen como disparo al aire. Casi sin pensar, y me sentí avergonzada al instante. Sus mejillas se tornaron de un color carmesí. — Lo siento, no se por qué dije eso-. Río nerviosa. Él sonríe incómodo y Michael ríe. Me cruzo de brazos.

—  No fastidies-. Hablo hacia él. Se encoge de hombros.

(...)

Los gritos en la casa no cesaban y comenzaba a inquietar la situación.
Hacían unos 15 minutos en los que la pareja, Luke y Aleisha, estaba peleando, y Ashton y yo estábamos presenciando el hecho, sin conversación alguna, sin movimiento alguno. Giro mi cabeza y lo observo de reojo.

— ¿Te molesta si te invito a salir por un helado?-. Pregunta nervioso y rasca su cabeza. Sonrío tímida y niego. Nos levantamos y salimos por la puerta.

(...)
Ya estábamos en un pequeño parque donde había juegos para niños pequeños y adolescentes.

Observé algo maravillada el lugar.  Los banderines, las pequeñas luces de colores, su estilo tan viejo me hizo suspirar.
Observé donde había un tumulto de gente que reía y apostaba. Me acerqué casi corriendo y Ashton tomó mi mano para no perderme luego, o eso creo, de todas formas me hizo sonrojar.
Llegamos allí. Uno de los jóvenes, que debía tener unos dieciocho años, pagó cinco dolares al chico que trabajaba ahí, y le marcó las reglas del juego, con el arma de paint ball debes explotar tres pequeños globos, si explotas uno, te dan una sorpresa; dos, una pelota mediana y veinte dólares; y tres, una pelota de gran tamaño y treinta dólares.
El chico apuntó bien en las tres y ganó la pelota de gran tamaño, festejó y se la regaló a una niña a su lado, quien lo abrazo y podría deducir que era su hermana menor. Sonreí enternecida.

— Nuestro turno-. Tiró suavemente de mi mano Ashton hacia el juego. Pagó, e hizo el primer tiro, le fue bien, explotó el primero, el segundo fue malo, y se frustró. Acaricio su espalda.

— Aún queda otro tiro-. Doy ánimos. Él sonríe y vuelve su mirada al juego, cierra un ojo, apunta y vuelve a explotar el segundo globo. Salté emocionada y lo abrazo. Luego me alejo, ya que fue algo infantil y vergonzoso de mi parte. Él me sonríe y queda observando hacia mi algunos segundos.

— Oye niño, tu pelota-. Bufa el empleado, al parecer cansado del trabajo y de la vida. Él lo observa y asiente. El hombre le entrega la pelota, una sorpresa envuelta y veinte dólares.
Nos alejamos de allí.

— Ten, para ti-. Extiende sus manos con la pelota en ellas. Yo niego. — ¡Vamos la saqué para ti!-. Sonríe divertido. Yo sonrío de vuelta y la tomo.

— Gracias-. Murmuro. Él me abraza por los hombros mientras seguíamos caminando.

— No hay de qué-. Canturrea. — Hay una heladería a unos pocos metros-. Informa. Yo asiento.

— Así que Ashton-. Comienzo. — Tocas la batería-. Hablo de lo poco que sé.

— Si ... La historia es algo larga -.. Sonríe observando hacia adelante. Me encogo de hombros.

— No me molesta-.  Parpadeo divertida y el ríe.

— Bien. Yo tenía doce cuando tuve una fuerte pelea con mamá, ella tenía pareja y a mi me costaba admitirlo, él tenía una banda de rock, tocaba la batería y cantaba, no les iba muy bien, y eran pocos los ingresos de dinero en casa. Yo estaba muy enfadado de todo, algo harto. Quise ser vengativo y comencé a tocar aquella batería que dijeron que jamás tocara-. Ríe mientras hace un gesto de negación con su cabeza. — comencé a golpear una y otra vez los elementos del instrumento y comencé a hacer unos cuantos tonos, llegó él, con enojo, sin embargo estaba emocionado, nunca había visto algo así-. Acaricia mi hombro con sus dedos y siento mi piel erizarse levemente. — Luego de un par de clases que él me dio, pude aprender rápidamente y en un abrir y cerrar de ojos estaba tocando en un bar, luego boliches, pequeñas cuevas-. Suspira. — A mi madre no le agradaba tanto la idea, ella aún está empeñada en que sea un corredor de carreras en natación, o profesor-. Lo observo por el rabillo del ojo morderse el labio. - Soy muy bueno en natación, de hecho aún voy a entrenamiento pero ya no es mi pasión, no es algo que quiera hacer toda mi vida, mi madre se frustraría si se enterara que mi vida es la música, ella gastó mucho por esto-. Susurra.

-Tranquilo Ashton, estoy segura que ella te ama, ella aceptará lo que sea con tal de hacerte feliz. Es tu madre. No es como si hubieras decidido ser gay-. Río y despeino su cabello. Levanta el rostro serio.  - ¿O sí?-. Pregunto confundida. Él ríe con un tono tan particular.

- ¿Quieres comprobarlo? -. Eleva ambas cejas insinuante. Ruedo los ojos y golpeo su hombro.

- Tonto-. Rio fuertemente. — ¿con un abrazo eso podría comprobarse?-. Corre a un lado mi cabello. Yo río tímida.

— ¿Qué haremos con la pelota en medio?-. Hablo apenada. Él sonríe y muerde su labio aguantando una carcajada.

— Siempre tan especial-. Bromea. — Entremos a la heladería, queda a unos pasos, luego te abrazo-. Comienza a caminar. Yo hago pucheros.

Quería abrazo.

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FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora