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La casa a puertas abiertas

Mí aburrimiento era de una escala extrema, donde siquiera se me permitía pensar algo divertido por hacer, estaba bloqueada.

Michael y Calum estaban comprando unas cuerdas, Luke y Aleisha estaban en sus cosas de novios de salida o no lo sé, y hasta donde sé Ashton vendría para el ensayo que se supone que sería en diez minutos, pero conociendo a los chicos, llegarían todos tarde.

Estaba tranquila sin embargo. Era mí día de estar sola, hice mascarillas a mí rostro y cabello, me arregle las uñas, suavice mí piel; algo así como un "auto - spa".

Ya había terminado con todo aquello por suerte ya que es algo que me da pereza a su vez.

Bajé de la habitación por algo de beber, moría de sed.

Pero como por costumbre, no acostumbro a convivir en una casa de gente alta. Los vasos estaban todos en el estante de arriba, el cual no llegaba.

Doy un suspiro.

Estuve pensando un mecanismo para alcanzarlo por unos segundos. El mejor a mí parecer, sería que me eleve, con el empuje de ambos brazos, contra la isla que está debajo y luego usar uno de los ellos para tomar algún vaso.
Y así lo intenté, fracasé a la primera.
Lo intenté nuevamente. Fui interrumpida por un sentir de una tos a mis espaldas, falsa y grotesca.
Asustada quité mis manos sin tiempo alguno y resbalé al suelo. Ashton corrió a ayudar.

- Perdón, no quise asustarte-. Ríe intentando guardar la gracia, pero no pudo hacerlo. Lo observé con mirada desafiante, finjiendo estar molesta por aquello, pero yo también me reí.

- ¿Cómo es que...?-. Juego con mis manos señalando a todos lados. El asiente entendiendo.

- La puerta estaba abierta-. Se explica. Yo sólo atino a responder de forma tonta cuando lo observo como me mira de arriba a abajo, inspeccionando algo nuevo para él.

Mi pijama no pijama.

Se había roto la ventilación, por lo que las altas temperaturas de Sidney no se molestaban en disfrazarse, y el calor era increíble. No quería transpirar más de lo que ya estaba comenzando a sentir de los nervios de este momento.
Llevo unos shorts pequeños algo holgados, una camiseta de tirantes que la tenía levemente levantada, mis pies descalzos y un peinado que no tenía descripción, estaba despeinado.

- Disculpa la vista esta-. Siento el calor subir a mi rostro. - No creí que llegaría tan temprano alguno de ustedes-. Reí incómoda. Él me ignora y como si ya lo supiera, se acerca a mí y nos observamos a los ojos unos instantes. Estira su brazo por encima de mí chocando su cuerpo con el mío, sirve con agua, lentamente y me lo entrega.
Debido a su cercanía podía observar sus pequeñas gotas de sudor en su cuello, tal vez no era la única con calor.

- Treinta y ocho grados-. Susurra estirando su mano en corta dirección, nuestras manos se entrelazan al tomar el vaso y no nos soltamos. Mi respiración aumentó al observar sus preciosos ojos y no podía pensar en otra cosa que no fuera en los chicos, estarían tan molestos si entraran a mis pensamientos y vieran que mis deseos era besar a Ashton, tomar su rostro y no soltarlo. Obstrucción de obstáculos hubieron en el mismo cuando intento razonar las palabras de Ashton. Qué tendría que ver la temperatura del ambiente, cuando nuestros cuerpos en lo que menos piensan es en el calor.

- ¿Disculpa?-. Respondo vagamente. Nuestros ojos bailan de lado a lado. Era un vaivén.

- El calor está fuerte, tienes que tomar mucha agua así tu cuerpo no se deshidrata, mejor prevenir-. Suelta el vaso y coloca su brazo sobre la isla donde mí espalda se encuentra apoyada cómoda, su piel rozaba la curva de mí cintura, y ahora puedo saber que lo hace con un sentido.

FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora