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Sorpresa


Todos en la habitación nos observamos a los ojos, la sorpresa que nos causó el castaño fue grande, no es que no confiaramos de él, sino que su gran talento parecía de experiencia de años.

Debería de ser él.

— Oye, hermano-. Comienza a hablar Calum. — Eres fenomenal-. Asiente con emoción. Ashton sonríe y suspira aliviado. Pequeñas gotas de sudor comenzaban a hacerse notar en su rojizo rostro por el calor que le produjo tocar tan esmerado.

— ¿Vas desde pequeño a clases de batería o...?-. Pregunta Michael. Ashton hace una mueca.

— En realidad mi padrastro tiene una batería-. Se rasca la parte trasera de su cuello y sonríe. — Larga historia, pero en fin, desde los doce años toco con él, en diferentes clubes o barras-. Seca su sudor con las palmas de sus manos. Los chicos asienten entre ellos emocionados.

— ¿Podrías esperar un momento allí en la sala de estar? Aleisha ve-. Le sonríe amable Luke. Ella sonríe y lo toma suavemente por el codo a Ashton.
Los vemos desaparecer por las escaleras.

— Sin duda es el correcto-. Afirma convencido Calum. Yo asiento.

— Era muy linda la chica, pero no se compara con Ashton-. Sonríe Michael. Ruedo los ojos.

— Oh por favor-. Bufo. — Te mostró un par de pechos y ya querías agregarla-. Me quejo. Los tres asienten sonrientes. — mejor lo Olviden. Le resto importancia.

— Bien, pues, Ashton será-. Sonríe Luke. Suspiro aliviada.

(...)

— Tú tonto-. Río sin control y me tiro hacia atrás. Calum sigue riendo.  — Ya basta, deja de reír de mis desgracias-. Me quejo aún sin poder terminar con mis carcajadas.

— Es que... -. Intenta hablar y aún así su risa no cesaba. — Dios nunca hubiera hecho eso, sólo tú-. Bajo sus ojos comenzaron a juntarse pequeñas lágrimas.

— Deja de reírte-. Me quejo y tomo con una cuchara un poco de helado, lo hecho en su nariz y su mirada se torna seria, pero no puede evitar volver a soltar una pequeña risa.
Me levanto rápidamente de el columpio de tela y comienzo a correr. Calum comienza a carcajear.

— Voy a atraparte pequeña mosca-. Exclama. Sentía sus pisadas en el césped, lo bastante cercanas. Comencé a reír.

— Alejate rarito-. Me quejo. Y por unos centésimos de segundos ya no sentí mis pies en la hierba. Sentí unos grandes fuertes al rededor de mis piernas y cintura.
Debí tomar en cuenta que el cuerpo de atleta de un futbolista como calum me alcanzaría.
Comienzo a gritar y Calum ríe.

— Deja de reírte-. Exclamo soltando una blasfemia.

— Digan, que siguen grabando, por favor-. Grita Calum en medio de carcajadas. Escucho una afirmación por parte de Michael.

— Te odio-. Exclamo en medio de risas.
Pronto, saltó la pequeña seguridad de la pileta y terminamos en el borde de ella.
Me soltó y volvió a acomodarse con rapidez, en una maniobra de volver a tomar mi cuerpo pero lo paré.

— Espera no puedo mojar mi vestido, me lo trajo mi tía de Italia y es algo especial-. Comienzo a exclamar y hacer señas con mis manos. Calum ríe y eleva sus manos rendido.

— De acuerdo-. Ríe. Yo suspiro. Me doy la vuelta y los chicos seguían grabando y riendo. — ¿Qué graban?-. Me quejo. Siento como algo más hace contacto en mi piel y la tela de mi vestido comienza a subir, me doy la vuelta y en un rápido movimiento la prenda esta por mi cabeza.

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