⚜️XVI⚜️

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— ¿Qué?... — La voz abatida de Logan quedó suspendida en un silencio inquietante.

— Anticipé tanto como pude, pero con esto demuestra estar un paso adelante. No es novedad ¿No? Él siempre está adelante.

— Mierda... no, ella no puede

— No lo hará — interrumpió Eli — Pero Logan, Hoocke va a intervenir, eso dalo por hecho. Tenemos ahora dos opciones, y como ves, la amnesia no es de mucha ayuda.

»Amnesia...«

Aquella palabra resonó en mi cabeza como eco. Sus voces no denotaban precisamente al bueno, y no fui capaz de seguir oyendo porque en algún momento, todo a mi al rededor se hizo pequeño. Casi asfixiante. No entendía nada, pero de algún modo se sentía peligroso y eso me empujaba a huir del lugar.

Había despertado después de un día entero, nadie volvería a desmayarse en esas circunstancias.

Caminé despacio hacia las escaleras, evitando cualquier sonido que hiciera mis pies en contacto con el piso. Un fuerte golpe se oyó detrás de mí, me sobresalté y giré abruptamente para encontrarme con Logan, que había azotado la puerta de par en par.

— Leora — murmuró, y no pude percibir nada más que dureza en su voz — ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo? ¿Que haces aquí?

— Buscaba a Lilian. Esta casa es un laberinto... es tan grande que no recuerdo las habitaciones.

Logan Knox sonrió amablemente, muy diferente a como se oía hace solo unos minutos.

— ¡Oh! ¿Te parece muy grande? —preguntó extrañado y luego me miró otra vez — Hoy es... el día libre de Lilian.

Mi mente comenzó a trabajar velozmente en busca de una excusa. Nada de lo que dijese a partir de ese momento lo convencería de no haber estado espiando a través de su puerta.

— Me atrapaste — dije sinceramente — Quería hablar con Eli. He estado buscándolo, dijo un par de cosas que me han dejado... muy sorprendida.

Logan frunció los labios, ahí tenía otra vez esa expresión que pone cada vez que mencionaba a Eli Sedman.

— Prepararé la cena y hablaremos, ¿te parece bien? Y por favor descansa, yo te avisaré cuando esté servido.

Yo acepté con un gesto y el caminó hacia mí para depositar un beso en mi frente, luego se dirigió a los pasillos que llevan a la cocina y se perdió en ellos.

— Fue una buena excusa — comentó Sedman mientras se recostaba en la pared — pero no te creyó, y tú lo sabes.

— No era una excusa, si me disculpas...

— Entonces es verdad que estabas buscándome— Dijo detrás de mi — Bueno, aquí estoy.

— Olvidé lo que iba a decirte.

— ¿Qué oíste? — cuestionó y su voz era helada otra vez, tan filosa con un cuchillo.

Ignoré su pregunta y caminé nuevamente por delante de él. No imaginé que Eli me detendría con su brazo, impidiéndome el paso y me me acorralaría contra la pared.

Otra vez.

— ¿Qué oíste, Leora? — Volvió a preguntar muy cerca de mí. A esa distancia podía ver, incluso, que sus ojos no eran tan azules como parecía.

Mi corazón latía más rápido, no podía evitarlo, era como algo programado en mi sistema, mi respiración estaba más agitada y me esforzaba por ocultarlo al darme cuenta de que su expresión no presentaba ni una pizca de gracia.

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