⚜️VII⚜️

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»Un día más de vida y otro más de mi tan esperada muerte«

Como era costumbre, me despertó esa pesadilla.

Como siempre, el reloj marcaba las 6AM. Y como si no fuese suficiente, el rostro de Eli fue lo primero que apareció en mi mente perturbada.

Ya he mencionado que la vida solía ser monótona, pero resulta extraño admitir que alguien como él, tendría la culpa de ese sutil deseo por vivir un poco más.

»¿Debería empezar a preocuparme?«

Pensé en su cabello. Tan oscuro que parecía absorber la luz que lo rodeaba. Pensé en sus ojos, que a simple vistazo no pareciera que en realidad son azules. También pensé en su voz, misma con la que pronunciaba fríamente mi nombre.

Ese repentino entusiasmo por saber más de él, se opacó por la angustia de tener que caminar en medio del pasillo. Aunque probablemente no sea más que angustia la que sentía cada vez que abría el casillero.

»¿Qué fue lo que había la última vez? ¿Una carta de amor?«

Respiré hondo, introduje la clave y permanecí de pie sin mover un músculo hasta que se abriera por completo.

Mi primer impulso fue el miedo, seguido de un profundo deseo de llorar. Después, una vergüenza casi paralizante al notar la atención de todos a mi alrededor. Intenté controlar mi respiración, pero la presión en mi pecho parecía ahogarme.

— ¡Buenos días, alegría! — saludó Conrad cuando llegué al patio, luego se bajó las gafas de sol y me miró con detenimiento antes de abrir la boca, pasmado — ¿Qué diablos...?

— Oye Conrad — murmure al sentarme frente a él — ¿Puedes encargarte del casillero... Por favor? Es la última vez, lo prometo. Iré a casa en vacaciones ¿bien? Prometo que

— ¿Qué fue esta vez? — interrumpió quitándose las gafas.

Sentía mucha vergüenza en ese momento, y cuando recordé lo que había en el locker, mi estómago dio un giro.

— Arañas...

Conrad no dijo nada, solo me miró, se levantó y se fue.

***

Con pasos pausados, Conrad Thompson se dirigió hacia el lugar. En su rostro no se reflejaba rastro de tensión, aunque por dentro le quemaba la inquietud de solo pensar en lo que había en el casillero. Caminó en medio de varios estudiantes que se detuvieron a tomar fotografías, luego se asentó frente al locker y sonrió cuando vio el interior.

»Hijos de puta«

Giró su cuerpo al oír algunos murmullos y se acercó a alguien que se encontraba tomando una foto.

— ¿Esto es gracioso? — Le preguntó cortando la distancia entre ambos. Al no obtener respuesta, volvió a cuestionar — pregunté ¿Esto es gracioso para ti?

— Entiendo — el muchacho parpadeó un par de veces ante la presencia abrumadora de quien solo oyó rumores — Entonces... ¿Ella es tu novia?

— ¿cómo te llamas? — preguntó Conrad, impasible.

— ¿Acaso me invitarás a salir?

— Las cosas se están poniendo tensas por aquí, sería una lástima que todo empeore si es tan fácil decirme tu nombre...

El chico trago saliva y mostró una amplia sonrisa temblorosa — Kaleb — dijo — ¿Ahora tendremos una cita?

Conrad exhaló un suspiro cargado antes de girarse y recorrer el mismo camino que había tomado, su mirada se deslizaba discretamente sobre aquellos rostros que, con atención furtiva, observaban la escena.

— terminó el espectáculo, chicos, váyanse de aquí.

Pensó en Kaleb. Seguramente habría varios con ese nombre en la universidad, pero luego lo recordó. No todos los Kalebs de ese lugar compartían un blog dedicado a exponer a cualquier figura polémica de Nebel, esto incluía a Knox.

— Que interesante — murmuró.

***

La intranquilidad de mi mente se disipó durante el día. Esa imagen insensible y desinteresada que se sugería sobre mi en esa página de internet, no podría estar más alejada de la verdad. Apenas pude salir de esa situación sin correr mientras lloraba.

No soy muy fan de los insectos, especialmente las arañas. No sólo "no soy muy fan", la realidad es que a los doce años quedé atrapada en los túneles debajo de la casa, desde luego, aquellos túneles no habían sido visitados en mucho tiempo así que en consecuencia, se convirtió en el hogar de cientos de insectos, cientos de arañas. Cuando veo una, solo puedo recordar la sensación de cuando recorrieron todo mi cuerpo hasta hacerme desmayar del shok.

— ¿En que piensas? — Dan Williams, el chico del curso de Historia, se encontraba con el rostro apoyado en una mano mientras me miraba fijamente.

— lo siento ¿dijiste algo?

— La familia De Vryonne, Bilerio, el atributo...

— Si... Todo el mundo lo sabe pero es prácticamente historia desde hace unas décadas.

— Leora... Te pregunté en qué piensas.

Respiré profundamente antes de abrir la boca. Siempre me ha costado establecer lazos con otros, pero ahora, necesitaba interactuar más con Dan. Era evidente su deseo de conectarse, sus gestos y su tono de voz lo delataban. Sin embargo, ¿Qué podía decirle? No quería espantarlo como lamentablemente suele suceder.

— Asumo que estás enterado del incidente de esta mañana.

— No necesitas mucho para que media universidad desaparezca, me pregunto que es lo que te detiene.

»Ya veo, quiere saber más de mí«

— Lo prefiero así — me limité a decir — es mas sencillo.

— ¿Es más sencillo dejar que te humillen?

»Hace muchas preguntas«

— La gente termina cansándose de ser ignorada, yo ni si quiera tengo que esforzarme, solo ser paciente.

— Bueno... No estoy seguro de si sea lo correcto o todo lo contrario.

— Míralo de esta forma, Williams, una persona que muestra abiertamente como pierde el control, se vuelve predecible.

— La señorita Knox es sabia. — Dan esbozó una sonrisa al pronunciar lo que debía ser un cumplido. Siendo sincera, no hubiera aceptado esas palabras de nadie más que de Conrad, pero al observar sus ojos, noté un brillo auténtico que se mantenía a pesar de la sonrisa que mostraba. Con este gesto pensé que era un buen chico, casi inocente y realmente amable.

»No te confíes« — dijo la depresiva voz a la que algún día terminaré por ponerle un nombre propio.

— Y el joven Williams se está desviando de la tarea — dije en un tono neutro que borró la sonrisa de su rostro — Así que "Atributo"... Supe un poco de la historia, no es algo que me haya llamado mucho la atención porque suena...

— ¿Falso? ¿Demasiado ficticio? Es verdad, no se sabe mucho porque es imposible que entre y salga información de ese país, es literalmente una isla además de la cúpula que la cubre.

— Una cúpula... ¿De qué está hecha? Debe ser algo muy avanzado si detecta a cada persona o cosa que entra y sale de Bilerio.

— Esencia — dijo el, y yo lo miré entrecerrando los ojos en busca de una explicación más larga, entonces prosiguió — La Esencia es una mezcla de tres atributos, solo unos cuantos seleccionados de las familias nobles con este atributo, son capaces de crearla.

— Esto es más interesante de lo que creía — dije — Podemos vernos en la noche, mientras más investiguemos, más rápido terminaremos con esto.

— ¿Tantas ganas tienes de deshacerte de mi? — Dan hizo un puchero y me recordó en la forma en la que actúa Conrad todo el tiempo.

— Suelo hacer todo con anticipación — dije tomando mis cosas — Nos vemos en la noche.

INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora