Me encontraba sumergida en la lectura de mi ensayo en una de las mesas del jardín lateral, cuando Conrad se acercó con pasos rápidos y decididos.
Al quedar frente a mí, exclamó con tal fuerza que, como siempre, las personas alrededor giraron hacia nosotros fastidiados.
— Un... ¿Un viaje a la selva? — repetí asombrada.
Conrad sonrió ampliamente y tomó mi rostro entre sus manos.
— Un viaje, solecito. Un viaje a la selva. En un increíble hotel con vista a los lugares mas exóticos. Vamos a acampar, asar malvadiscos, embriagarnos y tener mucho se
— Conrad — le interrumpí antes de que suelte al aire sus fetiches.
Un viaje con esa descripción sonaba a una auténtica película para adolescentes hormonales. Se trataba de un viaje que la universidad organizaba cada año, llamándolo "excursión con fines académicos".
Podía decir que no, considerando que nunca he ido, ni si quiera al crucero del año anterior al que Conrad se negó a ir sin mi.
Pero ahí me encontré con su mirada llena de expectación, unos ojos brillantes que parecían esperar ansiosamente una respuesta afirmativa.
En ese momento, Eli Sedman avanzaba hacia la biblioteca con su típica expresión seria, sin desviar la mirada de su camino. A diferencia de cómo era hasta hace poco en la mansión, este Eli era sin dudas el mismo de los primeros días: irritante, insoportable y serio a más no poder.
En una ocasión, cuando intenté acercarme para saludarlo, él cerró su casillero de un portazo y se alejó rápidamente, dejándome con una molestia que perduró todo el día.
— ¿Sedman irá? — pregunté de repente, como si lo hubiese pensado en voz alta.
Conrad, que estaba sonriendo, dejó de hacerlo de inmediato. Los ojos que me miraban con entusiasmo perdieron su brillo al instante, y entendí la razón.
— No lo sé. Ojalá que no, es jodidamente molesto ¿Por qué lo preguntas?
— Bueno... No quisiera tener que toparme con el.
— Claro, pasaste dos semanas con el, en la misma casa.
Conrad cruzó los brazos y se recostó en la silla, claramente molesto.
Ese comportamiento era sin duda inusual.
— No estoy celoso. Es solo que él... Leo, él es una persona horrible.
Podía estar de acuerdo con él hasta cierto punto.
«¿pero por qué le importa tanto?»
— ¿hay algo que deba saber? — pregunté, esta vez con seriedad.
Conrad apoyó el rostro sobre su mano y desvió la mirada, era claro que no quería hablar de ello.
Y eso lo hacía aún más sospechoso.
— Conrad — suavicé mi expresión y lo miré fijo a los ojos.
— No me agrada.
— Eso lo sé, pero debe haber una razón.
Resopló y volvió a acomodarse en la silla, incómodo. No era el momento para pensar en eso, pero se veía realmente adorable.
— Esa vez que te encontré en el hueco para gente loca o lo que sea.
— Si, el hueco para gente con inestabilidad emocional.
— El estaba ahí, Leo — dijo, con un gesto de desagrado — el te vio y solo... se fue, ¡Se fue! ¡¿sabes lo difícil que fue contener las ganas de golpearlo?! ¡Ah! Lo que daría por golpearlo.
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INEFABLE
Science Fiction"La verdad te hace libre", es lo que suelen decir. Pero nadie te dice la destrucción a la que una verdad te somete. Leora Knox no tiene idea de lo oscuro que puede ser el mundo, porque no recuerda su pasado... Su origen. ¿Crees realmente que la verd...