⚜️XXIII⚜️

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La mirada de Eli se deslizó por la penumbra de la habitación con Cautela. Ella solo lo observó recatada después de cerrar la puerta a sus espaldas.

— ¿Qué es lo que quieres? — cuestionó mientras caminaba detrás de Sedman, que miraba embelesado las pinturas en el techo.

— Escuchar tu voz — respondió él, girando su cuerpo — me complace.

— De verdad enloqueciste — rió Knox en voz baja, mientras Eli se sentaba sobre la alfombra — es mas cómodo el sofá.

— La alfombra es suave — respondió el, palpando un lugar a su lado.

Leora entendió lo que Eli sugería.

Tomó asiento unos pocos centímetros de él, disimulando a duras penas una respiración pesada.

Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando la mano cálida de Sedman encontró la suya, acariciándola con suavidad antes de entrelazar sus dedos.

— ¿Se siente bien?

Esta pregunta la desconcertó, pero más allá del caos de su mente, sintió una extraña sensación en el estómago.

Era similar a la que había experimentado unas horas antes, cuando él tomó su mano de la misma forma delicada.

— Es... Se siente un poco...

— La gente suele hacer esto para ayudar. Funciona.

— ¿Te suelen acariciar las manos? — preguntó, arrugando el entrecejo.

— No.

— ¿Entonces cómo sabes si funciona?

— Estás menos tensa, así que funciona.

Sonrió ansiosa mientras se dejaba llevar por el calor que comenzaba a extenderse por su mano fría.

Era la primera vez que experimentaba tal confusión abrumadora, tanto que la llevaba a cuestionar toda su existencia y si realmente valía la pena seguir ignorando sus sentimientos.

Actitud que rara vez pasaba por alto...

al lado de Sedman.

— Hay árboles — habló en voz baja, luego de un rato — es oscuro. Parece ser de noche... luego está la cabaña — Leora se estremeció al tratar de recordar — hay...sangre...

Eli tomó su mano con firmeza y la hizo reposar sobre su rodilla.

Comprendía lo que ella trataba de explicar, esto le generó de inmediato una sensación de temor que caló hasta lo más profundo de su mente.

— Está bien... puedes decírmelo.

— Hay una chica...

— ¿Y cómo es ella?

— No lo sé, es todo tan — parecía tener dificultad para hablar, la voz le temblaba ligeramente y sin darse cuenta, apretaba la mano de Eli, cosa que a él no aparentaba molestarle – Clara... se llama Clara.

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