|Capítulo 14: nube roja|

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Justo cuando Nick iba a abrir la boca, seguramente para maldecirlo o preguntarle en qué demonios pensaba, la puerta de su casa, la que daba al interior y no al garage, se abrió, revelando a un apurado Diego entrando por ella. Apenas se dio la vuelta luego de cerrar, se quedó estático al ver a ambos chicos en el living, sorprendiéndose ante su presencia.

—Eh... —balbuceó, con las cejas juntas, examinando a Nick. Luego, miró a Hunter. —Buenos días. —le mandó una mirada de «¿Qué demonios está pasando y quién es este?».

—Buenos días, Diego. —saludó su hermano, luego de unos segundos de aturdimiento. Dejó su juego en el olvido, y se levantó del sofá, para tirar del brazo de Nick, ante su extrañada mirada, y llevárselo hacia el comedor, con la intención de encaminarlo hacia el piso de arriba para que pudiera cambiarse. —No creí que vendrías. Pensé que irías directamente al trabajo.

—Sí, tengo que ir. Pero quería cambiarme la ropa. —comentó, sin quitar la vista de Nick. —Hunter...

—¿Sí?

—¿No me vas a presentar a tu visita?

Nick se zafó de su agarre, con una mala mirada, y Hunter lo volvió a tomar, colocando una sonrisa tensa, ocultando las ganas de gritarle que no hiciera un berrinche ahora mismo, con su hermano presente frente a él. Diego podía parecer tranquilo, pero no lo estaba, lo conocía perfectamente. Tenía una vena del cuello resaltándole, eso era lo que delataba su enojo, y él sabía perfectamente por qué estaba así.

Porque Hunter no debería estar en la casa, él debería estar trabajando.

—Diego, te presento a Nickolas Taylor, un... Eh... Conocido. Nickolas, te presento a Diego, mi hermano.

Ambos jóvenes se quedaron mirando, Diego con sorpresa y Nick con un poco de amargura.

—Un placer. —dijeron ambos. Diego volvió a mirar a Hunter.

—Iré al baño, ya tengo que irme. Luego hablaremos.

—Bien. Vamos, Nickolas. —lo tomó de nuevo del brazo, y desaparecieron escaleras arriba, con Taylor quejándose.

Diego se quedó allí parado, viendo fijamente el sofá en donde estaba tirado el mando de la play, pensativo y curioso.

¿Qué hacía el chico de los papeles de adopción con su hermano?

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Cerró la puerta, y rápidamente fue a abrir la ventana, mientras Nick seguía soltando insultos y quejas contra él. Cuando miró hacia la calle húmeda, se preguntó si había estado lloviendo durante la noche para que pudiera haber echado a Taylor antes de su casa. Ahora iba a tener que aguantar todas las preguntas de su hermano, contarle que ese tipo, además de ser el de los documentos de adopción, era primo de Melinda y Clara, que lo había atropellado a él mientras salía de una clínica de psicología... ¿Y cómo le iba a explicar que él iba al psicólogo debido a que tenía ataques de pánico, y que tomaba una medicina tan fuerte que podía ser adictiva?

Ah, y por si fuera poco, ¡también lo había descubierto dentro de su casa en la mañana, cuando debería estar trabajando! No podía decirle una mentira tan piadosa como la de «hoy me dieron libre», simplemente porque en esa tienda de música trabajaban él y otra chica; su jefe no tenía tantos empleados (aunque bueno, ahora debería tener uno nuevo que lo reemplazaba a él) y Diego sabía perfectamente eso. Hunter nunca había tenido días libres, y justamente lo habían echado por querer crearse algunos, quedándose durmiendo en su casa.

LAS HUELLAS DE LOS RECUERDOS [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora