Nueva VIDA

4

HAZEL BAKER

Desde que vi la dirección cuando me la mandó, cuando vi esa gran mansión y cuando abrió la puerta un chico bastante atractivo, supe que desde ese día mi vida va a cambiar, pero cuando vi a osito, es decir a Ronan, se me paralizó todo y mil recuerdos se me pasaron por la cabeza como una película, parece que el chico atractivo lo a planeado, ya que nunca pensé volverme a encontrar al único hombre que hizo sentirme yo misma. Tuve tanta alegría y tantas ansias de volverle a ver, que aunque sea fuerte unas lágrimas logró asomarse por mis ojos bajando por mis mejillas.

Me encuentro colocando la ropa y todas las cosas que he traído en mi nuevo cuarto. Paredes blancas, una enorme cama para mí sola, al igual que la habitación, es gigante para mí. Un escritorio, un tocador, un gran armario con espejo empotrado, un sofá junto a una televisión colgada mirando para el sofá y la cama, y lo mejor de todo, un balcón con sofás también blancos que da a una parte de la piscina y si me giro a la derecha puedo ver otro balcón pegado al mío, solo les separa una pared. Ojalá esa habitación sea la de Ronan.

Cuando por fin coloco todo, por último dejo en mi mesita una figura mediana de una moto. La de mis sueños. Me la regaló mi Honey hace dos años.

De pronto llaman a la puerta haciéndome sobresaltar. Podría ser el chico o Ronan, aunque todavía no conozco a los dos hermanos, puede que sean ellos también. Yo le accedo a que pase.

— Hola, ¿Estás cómoda aquí? —dice el chico atractivo abriendo la puerta y apoyándose en el marco de esta.

— ¿Qué si lo estoy? Esto es gigante, es más grande esta habitación que mi propio apartamento entero —me detengo un rato. Lo siento, tengo que controlar esto, debo de tener más respeto.

Mierda, odio ponerme nerviosa y ser una loca obsesionada por hablar.

— Eh, tranquila, aquí se puede hablar como quieras, está jodidamente permitido —yo me río y él me guiña un ojo. Bueno, he venido para saber si estás bien, ya te dejo tranquila —me da una sonrisa.

De pronto un pequeño muy parecido a él se aferra a sus caderas, mirándome extrañado, mientras se soba con sus diminutas manos sus ojos negros grandes.

— Zi, ¿Quién es? —se agarra más a él.

— Pequeño León, ella es nuestra nueva ama de llaves, se va a quedar con nosotros —dice el chico cuyo nombre aún no se. Salúdala.

— Hola ama de llaves —me da una sonrisa tímida y luego levanta su cabeza para mirar al que tiene aferrado —yo me río y me acerco un poco a él inclinándome poniéndome a su altura.

— Como ya te has convertido un amigo para mí, llámame Zel —estiro mi brazo con mi mano en un puño esperando a que él me lo devuelva.

— Yo soy Lion y también eres mi amiga, así que llámame Li —me acepta el puño y una risita se le escapa.

Yo le doy una cálida sonrisa para luego acariciarle la mejilla rojiza. Me vuelvo a levantar y me vuelvo a encontrar con los ojos del chico mirándome. Me pone nerviosa esas miradas.

— ¿Te gustan los niños? —dice de repente.

— Me encantan —digo muy directa.

La verdad sí que me encantan los niños, es algo que disfruto ver (aparte de las motos), me dan mucha tranquilidad y a la vez me divierto con ellos. Son bolitas de azúcar.